In Memóriam del Il:. Y Pod:. H:. Antonio Díaz Florido, 33º

Nos encontramos en la Sede del Supremo Consejo del Grado 33º y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España, en Madrid, con el Muy Il:. Y Pod:. H:. Ramón Torres Izquierdo, Sob:. Gr:. Com:. ad vitam.

La presencia de Ramón Torres transmite serenidad. Nos sonríe con esa levedad que caracteriza a quienes están de vuelta de casi todo en la vida y han adquirido el autodominio abandonando el lastre de lo trivial, de aquellos que han surcado mares procelosos navegando entre farallones de conflictos y dificultades y han sabido encontrar las aguas tranquilas de la solución adecuada, el sosiego del espíritu y la paz.

En su rostro se amalgama, como en un crisol alquímico, un reflejo de experiencia, conocimiento y sabiduría, y a nuestras preguntas sus palabras fluyen pausadamente, con la lentitud que les marca la reflexión… como repensadas, con la exactitud de la saeta certera, y las modula y las silencia, y las une y las separa, depositándolas en el éter con la calidez de una prosa casi poética.

Nadie mejor que él para glosar la figura del Il:. Y Pod:. H:. Antonio Díaz Florido, su compañero infatigable durante muchísimos años en el camino de la Masonería.

Torres inicia su relato:

Toni nació en Puerto Rico en 1921 hijo de españoles, pues una antigua ley declaraba españoles a los nacidos antes de 1898 en las llamadas provincias españolas de Ultramar, tal era el caso de Puerto Rico, por tanto era hijo de españoles.Toni ha pasado al Oriente Eterno en Madrid a la edad de noventa y tres años, y aunque su deseo siempre fue nacionalizarse español, en el momento de su muerte era puertorriqueño. Hace años intentó obtener la nacionalidad española, pero algunas dificultades legales lo impidieron.

Se formó en los EE UU como ingeniero civil y vino a España en 1954, después que el gobierno del general Franco y el de los EE UU acordaran la instalación de Bases militares americanas en territorio español. Su trabajo consistía en colaborar en el proyecto y la construcción de una pista de aterrizaje de hormigón armado, para bombarderos de la Fuerza Aérea Estratégica de los EE UU en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, que fue sede de la Decimosexta Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Europa durante la Guerra Fría.Realizado su trabajo, había entablado estrechas relaciones con Generales y Jefes españoles del Ejército del Aire y naturalmente con los americanos, ello le valió para ser oficialmente el enlace entre ellos además de continuar con las obras en la Base hasta su jubilación laboral.

Como anécdota cita Torres:

Circulaba en aquellos años por Madrid una furgoneta con la escuadra y el compás pintados en las puertas y, en ocasiones nos preguntábamos: ¿Quién será el atrevido que conduce este vehículo existiendo la ley de Represión de la Masonería?. Indagando, finalmente, el Il:. Y Pod.. H:. argentino residente en España Pedro Álvarez Rodríguez localizó al conductor que, no era otro que Toni Díaz Florido, y nos pusimos en contacto con él; a partir de ahí surgió nuestra relación, fuimos carne y uña los tres toda la vida.

Hijo de masón, fue iniciado en esta augusta orden en Puerto Rico cuando contaba dieciocho años de edad. En Torrejón de Ardoz había militares americanos masones y decidieron levantar columnas de una logia para lo que solicitaron autorización al gobierno español; se les dio conformidad condicionada a que nunca ningún español fuera miembro de la misma. Esto no afectaba a Toni que era ciudadano puertorriqueño. Así el gobierno de la Dictadura franquista consintió el establecimiento de la logia americana Arthur T. Weed nº 59 en un enclave de suelo español mientras perseguía con saña a los masones españoles. En esta logia, Toni Díaz participó activamente.

Más tarde, establecida ya la Democracia y por consiguiente reemprendiendo su camino la Masonería en España, buscábamos la Regularidad.

Había otro grupo masónico, el Gran Oriente Español Unido cuyo Gran Maestro era el Resp:. H:. Francisco Espinar Lafuente, quien solicitó la Regularidad a nivel internacional; a la vez se había creado la Gran Logia de Distrito de España, dependiente de la Gran Logia Nacional Francesa, cuyo Gr:. Maestro Luis Salat i Gusils solicitó igualmente la Regularidad para España. Esta última se convertiría en la Gran Logia de España, a la que se otorgó la Regularidad. En todo este proceso tuvo relevancia la intervención de Toni Díaz Florido.

Cuando abatió columnas la Logia de Torrejón, ya finalizando la década de los años 80, Toni ingresó en la Resp:. Log:. Lautaro nº 41 de la Gran Logia de España. En la actualidad era miembro activo del Sup:. Cons:. del Gr:. 33º y último del R:. E:. A:. A:. para España.

En reconocimiento a los muchos méritos que acumuló en su vida masónica, recibió un cálido homenaje del Sup:. Cons:. Del Gr:. 33� en el Convento y Fiesta de la Orden celebrado en Lanzarote en 2006 y otro de la G:. L:. E:. en la Gran Asamblea de Barcelona de 2013.

El entrevistado, el Muy Ilustre y Poderoso Hermano Ramón Torres Izquierdo (Soberano Gran Comendador Ad Vitam)

Torres hace un largo silencio, baja su nivel de vehemencia oratoria y expresa:

«Como resumen yo diría que Toni era un hombre profundamente respetuoso, sencillo; destacaría su gran sentido de la responsabilidad y su entrega incondicional a la Masonería».

Aquí se quiebra su voz y se hace casi inaudible: «Ha sido un hombre humilde… humilde… con esa humildad que nace de la sublimación del amor a los demás…» Hace otra larga pausa y balbucea de nuevo: «… del amor a los demás… Fue un ejemplo de masón».

Rayos horizontales de una luz ya casi dormida penetraban en el despacho por una ventana lateral, iluminando la mitad de su rostro. A Ramón Torres, el recuerdo del hermano y del amigo le arrancó una lágrima con forma de estrella de cinco puntas que, ante la última y amarillenta radiación solar de la tarde, brilló un instante… titiló vacilante y se difuminó en la piel de su mejilla.

In Memóriam de Antonio Díaz Florido, un masón ejemplar.

Madrid, 17 de mayo de 2014