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Discurso de Allende ante la Gran Logia de Chile


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Discurso de Allende ante la Gran Logia de Chile

 

 

 

 

Salvador Allende

[14 de Abril de 1970]

Venerable Maestro, Queridos Hermanos:

Es para mí motivo de íntima emoción masónica el poder dialogar con los Hermanos de la Respetable Logia “Franklin” 27 y los Queridos Hermanos Visitadores.

Agradezco, en lo personal, los conceptos del Venerable Maestro, y destaco el profundo y hondo contenido masónico de sus palabras, no de aprobación con el que habla, sino con los principios y fundamentos permanentes de la Orden.[1]

Es por ello que estoy aquí con profunda tranquilidad de conciencia, como un Hermano que a pesar que en la vida profana, la arena candente del combate, lo ha obligado muchas veces a usar el lenguaje de la dureza implacable para defender sus ideas, jamás negó su condición de masón y. por el contrario, en más de tres o cuatro oportunidades, dentro de su propio hogar político, cuando por desconocimiento o intransigencia, se quiso excluir a los masones de la convivencia dentro del Partido Socialista, cumplí con el más elemental de mis deberes de señalar que yo era masón regular y en actividad y que el día que el Partido Socialista estableciera esa incompatibilidad, abandonaría sus filas de la misma manera que lo haría el día que la Orden, cosa que no es imaginable, quisiera poner cortapisas al pensamiento de un Hermano.[2]

Pido excusas por no haber traído, y era mi obligación, una plancha escrita; lamentablemente, obligaciones diversas me han impedido hacerlo. Me someto a la tolerancia de los Hermanos. Creo que disculparán la falta de vertebración que pudiera haber en la exposición de mi pensamiento.

EXPLICACIÓN PRELIMINAR

Deseo, antes que todo, referirme a un hecho que pudiera no tener, para los verdaderos masones, significación y creo que no es mi deber explicarlo, porque comprendo y pienso que mis Hermanos habrán entendido el alcance real de los comentarios que en torno a algunas palabras mías, en una entrevista de televisión, se hicieron desde las respetables e imparciales columnas del centenario Mercurio.

Por haber dicho, requerido por uno de los periodistas que actúa en ese espacio de televisión que comento, dije que yo estaba “en sueño” y además agregué, frente a la imputación que se hiciera de que algunos hombres, o en algunos países, la Orden estaba disminuida, que yo personalmente sentía la satisfacción de destacar que la Gran Logia de Chile, a través de su existencia, había mantenido la firmeza y la prestancia del pensamiento filosófico de la Masonería

Que no ocurría lo mismo en otros países en donde, a mi juicio lamentablemente, la Francmasonería no ha respetado la profundidad y el sentido humano de nuestras convicciones y de nuestro ideario, palabras que en reiteradas oportunidades dije dentro de los templos cuando fuera invitado a dialogar sobre los problemas del hombre contemporáneo, sobre los regímenes, la sociedad presente y la acción y la actitud de la Masonería en el campo continental o mundial.

Dije que estaba “en sueño”, yen realidad creí que bastaba esa expresión, porque creo que no es pertinente que un masón dilucide los problemas de la Orden en público, sobre todo cuando comprende la intención de la pregunta y la esperanza de una respuesta que pudiera ser aprovechada torcidamente.

El Diccionario enciclopédico de la Francmasonería expresa: En sueño: Se dice del alejamiento voluntario de los trabajos de un francmasón o de la suspensión temporal de los mismos de una Logia, en cuyo caso se titulan “durmientes”.

En realidad, Venerable Maestro, y queridos Hermanos, yo empleé esa expresión por estimar, desde el punto de vista de la concepción responsable que yo tengo de las obligaciones masónicas, que estaba ausente del cumplimiento regular de estas obligaciones. [3]

En un recodo de mi vida, por hechos que no es del caso analizar, y después de haber enviado una comunicación al Gran Consejo de la Orden, pedí mi carta de retiro a mi Respetable Logia. Fue la compren¬sión generosa, fraternal y tolerante de mis Hermanos de la Respetable Logia “Hiram” 65, la que hace que este Hermano pueda hablarles esta tarde.

Por la unanimidad de la oficialidad del Taller fue rechazada mi carta de retiro y se me autorizó un permiso que se ha ido renovando a lo largo de algunos años, y en esos años, muy y muy tardíamente, he concurrido a mi Respetable Logia; he ido sí invitado a otros talleres de este Valle y de otros del país, y recuerdo con satisfacción que lo hiciera también el año pasado, concurriendo a una tenida de la Respetable Logia “Franklin” Número 27.[4]

Pero para mí, dentro de la acepción clara del término y del contenido que él encierra, es algo que estaba justificado, cuando yo valorizo la obligación que tiene un masón regular de cumplir estrictamente sus compromisos, fundamentalmente con su Taller.

Por respeto a mis hermanos, por afecto fraternal, he creído antes de entrar en materia hacer referencia a este hecho por la intención que él tiene y por el propósito indiscutible de pretender crear una vez más un abismo entre el hombre que actúa firmemente en la vida profana y su lealtad a los principios de la Orden, principios que juró respetar y que cree honestamente que ha cumplido.

Pero pretender deducir de estas palabras que el Hermano Allende renegaba públicamente de su condición de masón es un hecho muy distinto. De allí que me viera obligado a enviar una comunicación, que es posible hayan leído algunos Hermanos, que yo voy a resumir, sosteniendo frente a El Mercurio que reiteraba lo que había expresado seis años antes, cuando también El Mercurio, piadosamente, quiso sorprenderme con una fotografía publicada en dimensión no corriente, cuando yo venía a dar también una charla a mi Respetable Logia.

En aquella oportunidad, y como siempre, El Mercurio destacaba, queriendo crear un clima de resistencia en los ambientes políticos por el hecho de que yo concurría a un Taller masónico.

En aquella ocasión le escribí a El Mercurio en pie y en réplica a su falsía con los siguientes términos: “He recibido como única herencia un nombre limpio, una vocación para servir al pueblo nacida de la formación masónica de mis antepasados”.

En la comunicación, en respuesta a los comentarios malévolos de El Mercurio que hiciera el 4 de abril, digo, entre otras cosas, que fue publicada esta carta mía el día 7, que reitero lo que dijera y aclaro cuál es en realidad mi situación en la Francmasonería y en mi Respetable Logia.

NI UNA SECTA, NI UN PARTIDO

Venerable Maestro, Queridos Hermanos, siempre he pensado y como usted -en los conceptos profundos que he leído lo dice-, que no siendo la Orden ni una secta ni un partido, busca en el hombre la posibilidad de actuar en el campo profano, sobre la base de hacer que el masón se compenetre en conciencia de lo que es y debe ser un hombre que pretende ser libre y perfecto.

Si la Masonería no actúa colectivamente y lo hace a través de los hombres, que somos los Hermanos, más allá de los templos, en el campo social, es de imaginarse, lógicamente, que la acción de los Hermanos no puede ser en función del pensamiento masónico una actitud objetiva, sino subjetiva, frente a los problemas del hombre.

Y de allí, también, es lógico pensar que la vida y el hombre van cambiando y haciendo que cada vez haya en el pensamiento humano las mutaciones que la realidad va haciendo necesarias.

Aquí estamos, indiscutiblemente, hombres que tenemos un pensamiento que tuvieron años y años otros hombres que pasaron por la Orden y por los templos, pero que actuaron y hablaron un lenguaje que hoy no hablamos nosotros.

Somos los mismos, pero somos diferentes, y siendo diferentes somos los mismos en cuanto a la vigencia de los principios de la Orden que hemos hecho nuestros; de allí la trascendencia que tiene el pensamiento filosófico de la Francmasonería, que yo no diría se adapta, porque sería empequeñecerlo, sino que hace posible que el hombre, en función de realidades distintas y frente a hechos sociales, aplique, en el campo profano con vigencia permanente, los conceptos y principios que de manera diferente y en otra época, lealmente y como masones, aplicaron Hermanos nuestros.

Por ejemplo, nadie puede negar que la inmensa mayoría de los Hermanos que han actuado y actuaron en el campo profano a fines del siglo pasado, a comienzos de éste y aun siendo masones, desde el punto de vista de sus concepciones, se agruparon, para hacer más factible la posibilidad de la lucha que impulsaba su generosa concepción del masón frente al hombre, en el Partido Radical; pero al mismo tiempo nosotros no podemos dejar de reconocer que en el pensamiento del radicalismo hubo, como era lógico imaginarse, posiciones distintas en un instante de su vida, y quizás, en el momento más decisivo de su trayectoria.

Y fueron los masones los que discreparon, y fueron los mesones los que combatieron en posiciones distintas y lo hicieron en el campo profano sin renegar de sus principios, cada cual en el atalaya de sus convicciones, cada cual dándole a su pensamiento el contenido honesto que creía que era mejor para llevar a la realidad profana el pensamiento masónico individualmente interpretado.

Cómo no recordar, por ejemplo, que frente al pensamiento liberal de Mac Iver,[5] se alzó el de Valentín Letelier,[6]que le diera al ideario radical el contenido de un pensamiento distinto para hacer la idea combatiente de la intervención del Estado, dándole el alcance de un pensamiento socialista.

Basta leer el trabajo de extraordinaria profundidad de Letelier sobre “La génesis del Estado” para comprender la efectividad de lo que estamos sosteniendo.

De la misma manera, frente a un mundo regido por un pensamiento dogmático, sectario, los masones individualmente combatieron en el ardoroso campo de la política defendiendo, en su época, los cementerios laicos, el Registro Civil. Y con legítima satisfacción yo puedo decir que un masón, del cual desciendo, en el siglo pasado, hizo posible la primera escuela laica de Chile que tiene más de un siglo de existencia, que es la Escuela Bias Cuevas, que creara el Serenísimo Gran Maestro de la Orden, doctor Ramón Allende Padín.

Quiero señalar en función de esto, que es el proceso de cambio en el pensamiento que ha tenido indiscutiblemente, en función de los medios de difusión y de la realidad internacional, etapas que marcan lentitud, aceleración, digo, que posteriormente a esas grandes luchas que encarnaron los masones, la gran preocupación que naciera en los templos, fue indiscutiblemente la que el hombre pudiera expresar su pensamiento y para ello era necesario crear las condiciones que permitiera la base esencial de un conocimiento que una sociedad les negaba a las grandes masas desprovistas de los medios económicos y la posibilidad de acceso al campo de la educación, no digo de la cultura.

De allí entonces que fueron masones, y fue uno de ellos, el caudillo popular del año ’20, que antes tomara una bandera levantada por la Masonería.

Individualmente a través de sus hombres en el campo profano, para hacer posible la lucha por la educación primaria obligatoria, batalla dolorosa frente a la intransigencia de los hombres de la época y al dogmatismo y al sectarismo de las capas del pensamiento retardatario del conservantismo y de la Iglesia.

Y el Hermano Alessandri[7] planteaba como bandera de combate y de avanzada en aquella oportunidad estas ideas, como también, en un lenguaje que hoy día no tendría cabida, la posibilidad de que el hombre explotado, y no lo decía así, tuviera siquiera la posibilidad de expresar, en la voluntad ciudadana, su derecho a elegir.

Y convulsionó a la “querida chusma”, en las movilizaciones que en esa época tuvieron contenido de protesta y rebeldía, y por ello fue acusado hasta de asesino nada menos en la gran batalla que lo hiciera senador por Tarapacá, y donde recibiera el apodo de “El León de Tarapacá”, cuando el prefecto Delgado murió como consecuencia de un incidente en que estaba presente el Hermano Alessandri.[8]

Y además la reacción de esa época calificaba al Hermano Alessandri, por las ideas que en esa época eran avanzadas, de “vendido al oro del Perú” y de “maximalista”, que era el término despectivo con que ignorantemente, motejaban a los que creían que tenían un pensamiento de avanzada, contrario al pensamiento liberal ortodoxo.

Y la mentira y la calumnia azotó muchas veces al Hermano Alessandri, y el encono con que se le combatió lo llevó en su lenguaje de combatiente ardoroso a calificar a los que hoy apoyan a su hijo, de “canalla dorada”.

Son así los tiempos, Venerable Maestro, son los hechos, Venerable Maestro, que golpean más fuerte que la desmemoria de algunos, o que la cobardía moral de otros, y que por cierto no son los que están dentro de la Orden.

SURGE EL FRENTE POPULAR

Y pasa el tiempo y son masones, pero son masones que teniendo vigencia en su convicción en el ideario de la Orden, actúan de manera distinta, porque el medio es diferente, porque los pueblos avanzan, porque el proceso social tiene un contenido bullente y de manera distinta se expresan las ansias de las masas que ya no son “chusma”, que son trabajadores.

Y es un Hermano el que recoge la inquietud, y más que eso, es un Hermano el que toma para la realidad chilena, aunque pudiera pensarse que no era justo, o justa, una táctica que se proyectaba internacionalmente en el año 1937 para combatir la presencia devastadora del nazifascismo en el campo internacional.

Y entonces, en una oportunidad, en el viejo Partido Radical, se alza la voz de un hombre joven formado en la disciplina responsable de los principios masónicos y plantea la creación del Frente Popular, Frente Popular que era nada menos, reitero y repito, Venerable Maestro y queridos Hermanos, que una táctica de tipo internacional nacida del pensamiento socialista de Dimitrov[9] para combatir la ola que amenazaba con ahogar al mundo de la democracia burguesa en escala amplia y profunda de la humanidad.

Y Justiniano Sotomayor[10] fundamenta la necesidad de una táctica, y yo vaya releer; para mí releer y para ustedes leer; parte del pensamiento que tuve el orgullo, entre otros Venerables Hermanos, como el Querido Hermano Héctor Arancibia Lazo,[11] que en esa época era presidente del Partido Radical.

Dice Justiniano Sotomayor:

“El Partido Radical, por su programa, por sus viejas tradiciones, y por su composición social, es un partido eminentemente popular y, por lo tanto está en la obligación ineludible de defender; cueste lo que costare, los intereses nacionales y los derechos del pueblo.

Y de acuerdo con las resoluciones de la Convención de Viña del Mar, nuestro partido reconoce la lucha de clases y frente a ella se coloca sin vacilaciones al lado de las reivindicaciones del proletariado y de todos los humildes que tienen hambre y sed de justicia y libertad; que las riquezas fundamentales del país han pasado a manos del capitalismo extranjero, el cual defiende al fin y al cabo el interés de un grupo de parásitos sin conciencia.

La sumisión de Chile al conquistador extranjero sólo ha sido posible por la traición de una oligarquía reaccionaria, vendida al oro de Londres y New York, que se mantiene en el poder por la división en que se encuentra el pueblo chileno y por la instauración, mediante un estado de sitio inconstitucional, de una dictadura reaccionaria y antinacional, suprimiendo todas las libertades conquistadas en heroica lid por nuestros antepasados.”

Era Presidente de la República un Hermano, el mismo del año ’20.

Se constituye la impostergable necesidad nacional de salvar al proletariado, a los campesinos y a todo el pueblo de las consecuencias del hambre, la miseria y las enfermedades, de la ignorancia, del analfabetismo y la incultura y el pago de impuestos usurarios, así como salvar al comercio y la industria nacional y a la agricultura de la ruina a que están condenados por la nefasta política que se sigue.

La asamblea radical de Santiago acuerda que su aspiración más ferviente es la inmediata formación de un amplio Frente Popular, antiimperialista Y antirreaccionario. Estamos hablando del año 1937.

Se solicita de la Junta Central que tome sin pérdida de tiempo la iniciativa de la creación del Frente Popular, invitando a los partidos del block de izquierda, al Partido Comunista, a las organizaciones obreras, empleados, campesinos, artesanos, estudiantes, profesionales, intelectuales, a las asociaciones deportivas y culturales, a todos los hombres y mujeres honestos y leales al país, sin distinción de ideologías, creencias o religiones, un vasto movimiento, todo el pueblo, en su invariable decisión de luchar por la liberación nacional, por las libertades democráticas y por el mejoramiento y seguridad de las masas trabajadoras.

Las palabras de Justiniano Sotomayor caen en tierra fértil, y el Partido Radical encabeza la agrupación de fuerzas marxistas y no marxistas, porque los radicales del año ’37 no eran marxistas, como no son hoy día marxistas, y los socialistas del año ’37 éramos tan marxistas, como ahora somos los socialistas; y los comunistas del año ’37 eran tan marxistas como marxistas son hoy día.

Ni radicales claudicaron, ni vendieron sus convicciones los marxistas.

Y Chile fue el único país del mundo, Venerable Maestro, que aun incorporando una táctica no nacida de la realidad chilena, pero necesaria frente a la experiencia mundial, que dio un paso trascendente en la historia de nuestra Patria al hacer posible, primero, la victoria del maestro estadista Pedro Aguirre Cerda,[12] que además era un buen masón.

Y aquí, en el recodo de la historia, se empieza a escribir una página distinta, la presencia de la clase media en el ejercicio del poder, la derrota de la oligarquía, cuyo abanderado era el que llamábamos en esa época el “ministro del hambre”, Gustavo Ross Santa María,[13] la organización de la clase obrera en la Confederación de Trabajadores de Chile y el proceso, como era justo, en una etapa en que era necesario ya mirar el desarrollo económico, de la Corporación de Fomento, que significó las bases de la industria pesada en nuestro país, con el petróleo, con el acero y la electricidad.

¡Cómo fue combatido Pedro Aguirre Cerda!, ¡cómo se le motejó de vendido al oro de Moscú!, ¡cómo el Hermano Pedro Aguirre Cerda fue artera y canallescamente combatido por las centenarias columnas del diario Mercurio, para no hablar de las columnas de un diario confidencial, no tanto de esa época, pero de ahora, como El Diario Ilustrado!

Pero si al ataque verbal, si a la ponzoño destilada todos los días, había que agregar la nota que expresara lo que siempre se ha hecho, no fue remisa la derecha chilena en demorarse y una tentativa de golpe militar se alzó por el delito increíble, en una manifestación del pueblo, al término de ella, cuando los ministros y el Presidente estaban en los balcones, y yo era ministro de Pedro Aguirre Cerda, se había apoyado en la Casa de Toesca, en el primer piso, un pendón rojo que llevaba algún obrero que tenía derecho por sus convicciones a llevarlo. Y entonces nace la tentativa de Ariosto Herrera, y la derecha chilena se confabula y la amenaza se cierne…

Y el golpe militar se aplasta, sin disparar un tiro por la actitud consciente de las masas populares dirigidas por sus partidos de vanguardia, los marxistas de ayer y de hoy, y por la actitud moral de firmeza de un Hermano que tuvo siempre el sentido de la dignidad del cargo que desempeñaba.

Me tocó y es un hecho que tiene ribetes de anécdota histórica, estar presente a las cinco de la mañana de ese día en La Moneda; junto a don Pedro, no estaba otro hombre que Roberto Wachholtz,[14] que fuera después ministro de don Pedro, o ya lo era, y misiá Juanita, cuando el edecán, Venerable Maestro, vino a decirle al Presidente Aguirre Cerda que estaban listos los autos frente a la amenaza que se cernía de las tropas que avanzaban hacia La Moneda. Y yo oí y aprendí y nunca olvidaré lo que es la firmeza serena de la dignidad hecha hombre. Don Pedro Aguirre

Cerda le dijo:

“Usted está formado para luchar, use los autos. Yo soy un hombre de Derecho. Saldré de aquí con los pies hacía adelante, pero jamás abandonaré este cargo que el pueblo me entregó. “

Con esa respuesta quedaba definitivamente establecido el hecho de que don Pedro Aguirre, pequeño y moreno, chilenazo y masón, tenía un alma y una conciencia que ha hecho posible, además, que su recuerdo se incorpore al corazón agradecido del pueblo que sabe, sin saberlo, que muy distante de él, tan sólo otro Presidente, Balmaceda,[15] en otro recodo de la historia, puede compararse al Gobierno de Pedro Aguirre Cerda que marcó una etapa del proceso de desarrollo chileno. Y que llevó a la magistratura de la nación su pensamiento masónico y en su actitud fue muy diferente y en su acción, del pensamiento masónico que me imagino que también impulsara al caudillo del año ’20.

CRUJEN LAS VIEJAS ESTRUCTURAS

El tiempo pasa y el mundo cruje y la Segunda Guerra implica la presencia de miles, no de miles, sino de cientos de pueblos que emergen a la realidad de un mundo que empieza a crujir en las viejas estructuras, y la Técnica, expresión de la Ciencia, alcanza cada vez niveles superiores. Y los medios de información rompen las fronteras.

Y los pueblos sienten en el despertar de su angustia que hay desniveles brutales que señalan la realidad de países pequeños, sometidos y explotados, y países poderosos, y que dentro de sus propios países explotados colectivamente hay sectores minoritarios que tienen todas las ventajas del poder y para quienes es permitido tener la posibilidad de adquirir, como se quiera, aquello que no es indispensable para el hombre, que entra dentro de lo que podríamos calificar ayer de suntuario y que hoy los economistas llaman la sociedad de consumo.

Y los pueblos buscan, en el derecho a vivir, los cauces y los caminos que permitan al hombre el desarrollo integral de su personalidad.

Y el masón es masón hoy día como lo fueran los que dieron forma y contenido al Partido Radical, los que innovaron como Alessandri en las viejas concepciones liberales, los que impulsaron, como Pedro Aguirre Cerda, el desarrollo económico de Chile.

Y en nuestro país, que no es una isla, y en donde los vientos renovadores empujan el ansia justa del pueblo, el hombre que tiene como nosotros la posibilidad de mirar más allá de la frontera, adentrarse en la comparación, afincar su fe y su convicción en el estudio, empiezan a comprender que la dimensión de la inquietud individual y colectiva tiene un contenido que no podía tener años atrás.

Y por eso decía -quizás esta explicación sea necesaria-, que somos los mismos, pero que somos diferentes, porque el proceso dialéctico, y para mí el pensamiento es la expresión materialista también, está señalando que el hombre cambia y cambia frente a las necesidades que siente el propio hombre.

Y hoy día nadie pensaría que basta luchar por la libertad abstracta, por el derecho, que por lo demás no existe en las grandes masas, a expresar su pensamiento.

El hombre, Venerable Maestro, sabe que es el prisionero de una realidad que lo esclaviza más implacablemente que cuando existía el régimen de los esclavos, y más implacablemente porque el hombre hoy día, lo que no pudo hacer el esclavo, se informa, oye, sabe lo que ocurre en su aldea, en su provincia, en su país y en el mundo.

Y entonces el hombre contemporáneo lucha por derrotar la alienación que constituye el proceso que lo amarra al hambre, a la incultura, a la falta de trabajo, a los salarios insuficientes. El hombre sabe que la libertad, en el amplio y profundo contenido de su acepción, sólo se alcanza en función de derrotar esto que es la gran lacra de un régimen y de un sistema que se caracteriza esencialmente por la explotación del hombre por el hombre.

¿Y cómo, entonces, los masones, los que tenemos el ideario que señala, que luchamos por la Igualdad, la Fraternidad y la Libertad vamos a estar al margen de este proceso que sacude al mundo y que rebota en Chile?

¿acaso el Venerable Maestro, no ha recordado los acuerdos del Primer Convento Masónico de 1943, donde la Francmasonería habla de la paz en el mundo, de la justicia y la Fraternidad entre los pueblos?

Paz en el mundo. Para nosotros, los que tenemos el derecho a usar un método científico como el marxismo para estudiar la historia, la guerra es un negocio que no quieren los pueblos, pero sí quienes ganan con la guerra.

Para nosotros es un mito hablar de la justicia, cuando hay pueblos famélicos y hambrientos que son potencialmente ricos y que viven como pueblos pobres, empobrecidos por la alianza antipatriótica de las castas oligárquicas y del capital foráneo que perforó nuestra economía y que nos domeñó políticamente.

Para nosotros, y digo para nosotros, y planteo que puedo y creo tener el derecho a sostener que no hay ninguna contradicción entre poder decir que un Hermano piensa que el método científico del marxismo le permite apreciar la historia y decir que no está renegando de los principios masónicos.

Si yo creo en la Fraternidad que me enseñaron en los templos, si yo creo en la Igualdad que me enseñaron en los templos, si yo pienso que es cierto que en los templos me hablaron de Libertad, yo no me imagino que pueda haber Fraternidad en un mundo donde el poderoso aplasta al pequeño desde el punto de vista de la correlación de fuerzas de los países.

Yo no creo que pueda haber Fraternidad entre los hombres, mientras pueblos viven desangrando a pueblos que son hoy, por culpa de ellos, económicamente débiles.

EL PODER ECONÓMICO

Yo no creo que pueda existir Fraternidad cuando, como consecuencia del proceso económico y la concentración capitalista, se hace cada vez más evidente y claro que minorías tienen, en mayor escala, el control del poder económico y con ello tienen el poder militar y el poder político para defender sus intereses. Y pienso entonces que la Paz y la Fraternidad y la Justicia entre los pueblos están ausentes de muchos continentes, no por culpa de los pueblos débiles, sino por la actitud de los pueblos poderosos.

Yo no me imagino algún Hermano que no se pregunte por qué el país más poderoso del capitalismo ha gastado más de 120 mil millones de dólares en la agresión más brutal, en el genocidio histórico más amplio, para tratar de impedir que un país pequeño, de econo¬mía agraria, que se llama Vietnam, a pesar de los compromisos internacionales, pueda reunificarse y ser un país como nosotros, siquiera políticamente libre.

Yo no me imagino algún Hermano que no piense que el proceso de la realidad que confronta el mundo, donde las viejas estructuras crujen y alcanzan a seculares instituciones, como la Iglesia, en donde la Iglesia Joven, motivo sería de entrar a profundizar el contenido de este movimiento, llega a expresarse hasta con la actitud de algunos de sus integrantes que usaron las armas para expresar su protesta a un régimen y a un sistema.

Pero si el ejemplo pudiera parecer exagerado, bastaría leer las pastorales de los obispos chilenos o las encíclicas papales: bastaría darse cuenta del lenguaje distinto de un Juan XXIII,[16] para comprender que algo ha estado y está pasando en escala mundial.

EL DRAMA DE CHILE

Si no somos una isla y si Chile, que es indiscutiblemente el país latinoamericano que ha alcanzado el más alto nivel de desarrollo de la democracia burguesa, constata en los hechos que ningún Gobierno, hasta ahora, ha sido capaz de satisfacer las necesidades esenciales del hombre, no porque seguramente no lo deseen los gobernantes, sino porque el régimen y el sistema no lo permiten.

Pondré un ejemplo: don Pedro Aguirre me llamó un día y me dijo: “Yo quiero que usted, ministro de Salud Pública, haga una exposición de la vivienda, porque yo sé, y usted lo ha escrito, la interrelación que hay entre vivienda insalubre y salud”.

Y de ahí entonces, Venerable Maestro, la Primera Exposición de la Vivienda que se hiciera en Chile. Fue el año 1940, frente al Club de la Unión, en la Alameda de la Delicias. Y ahí, con cifras y datos irrefutables, poniendo el acento en la producción, e inclusive los elementos de la construcción, señalábamos que en esa época en Chile faltaban 320 mil viviendas y que un millón 250 mil chilenos vivían en habitaciones insalubres.

Ya han pasado 30 años, estamos en el año 1970, han pasado cinco gobiernos distintos, cinco presidentes diferentes, y en todos ellos yo supongo que había un anhelo humano y tibio: darle techo al hombre que no lo tiene. Y hoy día en Chile, Venerable Maestro, queridos Hermanos, no faltan 320 mil viviendas, hoy día en Chile faltan… 420 mil viviendas, y hoy día, Queridos Hermanos, no viven en Chile un millón 200 mil chilenos en habitaciones insalubres, sino que viven… un millón 550 mil a 600 mil chilenos en esas condiciones.

Es decir, ningún Gobierno ha sido capaz de construir para el aumento vegetativo de la población.

Y si del campo de la vivienda, esencial para el hombre, pasamos al campo de la educación, sin negar lo que se ha hecho, todavía este país está marcado por niveles del analfabetismo que alcanzan, en algunas provincias, sobre el 28%.

Y sabemos que a pesar de lo que se ha hecho, y todo Gobierno hace algo, cientos y miles de niños se quedan sin matrícula en la escuela primaria, a pesar del esfuerzo de los masones para hacer de la educación primaria una obligación.

Y los maestros, que por Suerte decoran en gran y crecido número nuestras columnas, saben qué porcentaje de jóvenes no pueden aprender un oficio, terminar el ciclo secundario, y qué porcentaje de jóvenes hoy día quedan al margen de la universidad. Si mal no recuerdo, de 46 mil postulantes, tan sólo 17 mil han ingresado a la universidad.

Y en la Universidad de Chile, más democrática que otras universidades del continente, nunca ha pasado un hijo de obrero, y el dos por ciento de los alumnos son hijos de obreros.

Y este país democrático, de la democracia que defienden con tanta pasión, y con tan pocos argumentos y tan superficialmente, alguna gente; en este país, Venerable Maestro, y lo saben los médicos que decoran estas columnas, hay 600 mil niños retrasados mentales, hijos de obreros y de campesinos, y aun de empleados, que nacieron de parto de término, de padre normal que nacieron con peso y estatura normal, en la inmensa mayoría de los casos, pero cuyas madres no tuvieron la leche para alimentarlos y cuyos padres, o no supieron o no pudieron comprar la leche que ese niño necesitaba.

Y los médicos y los sicólogos y los maestros que están aquí saben que el desarrollo cerebral se conforma en los primeros ocho meses de vida, y si en esos primeros ocho meses no hay alimentación necesaria, se puede después, sobrealimentando al niño, hacer que recupere el peso y la estatura, pero no recupera el desarrollo de las células cerebrales, las conexiones, y ese niño, de peso y estatura normal, es un niño con menos imaginación, con menos memoria, en resumen, con menos posibilidades de asimilar y aprender. 600 mil niños en Chile, en esta democracia, que se exalta hasta el paroxismo.

Venerable Maestro y nadie podría imaginarse en un hombre que tiene la responsabilidad de un Taller[17] y que usa el mallete[18], siendo un igual entre sus iguales, ha dicho que no habrá paz en la conciencia de los masones mientras haya un niño sin zapatos, sin leche, sin cuadernos, pero si no son niños imaginarios, Hermanos, si no son niños de otro país, son los hijos del pueblo, son niños chilenos, son hijos de trabajadores.

No son hijos nuestros, porque nosotros tenemos la suerte de formar parte de los sectores de la burguesía media, que aún pueden todavía alimentar a sus hijos normalmente. Pero, ¿habrá paz en la conciencia masónica?, ¿habrá tranquilidad en la conciencia de los Hermanos?, ¿habrá silencio en el lenguaje que cada Hermano, que tiene la firmeza de sus convicciones, debe levantar su voz en el mundo profano para condenar una realidad que hace en forma tan brutal el destino y el futuro de la Patria, estén marcados por el hecho increíble de que falta la leche, como símbolo de una realidad y de un sistema?

POLARIZACIÓN DE LAS FUERZAS

Entonces, frente a lo que sucede, siendo Chile un país en donde la democracia burguesa ha alcanzado los niveles que sostengo, no alcanzado por otros pueblos en América Latina, de todas maneras aquí, con más claridad, hemos podido observar el fracaso de un régimen.

Y perdón si me veo obligado, para ejemplarizar, a fijar fechas y gobernantes: inflación, alza del costo de la vida, cesantía, incapaz de construir más viviendas, salarios insuficientes, en el Gobierno tipo del capitalismo de Alessandri,[19] en los años ’58 y ’64.

Inflación, alza del costo de la vida, cesantía, incapacidad para construir más viviendas, salarios insuficientes, en el Gobierno de Frei,[20] del ’64 hasta ahora. En ambos gobiernos, el proceso social bullente; en ambos gobiernos, la protesta expresada, dentro de los cauces legales, en huelgas que duraron días y días y meses. La de los maestros, la mayoría radicales y masones, en el Gobierno de Frei. La de los obreros del carbón[21], en el Gobierno de Alessandri.

La de los maestros mojados, apaleados y encarcelados, en el Gobierno de Frei, por reclamar preocupación para la educación y dignidad para sus cargos[22].

Persecución implacable en el Gobierno de Alessandri contra trabajadores que se hunden en las profundidades del mar, con una vida más negra que el propio carbón, para cuando salir a la superficie y encontrarse con la represión, la angustia y la muerte de sus hijos, que tuvieron que sacar muchas veces de sus casas para sembrarlos a lo largo de Chile en hogares pequeños de sus hermanos de clase.

En ambos gobiernos la violencia, pero no la violencia de unas cuantas piedras, la violencia ceñuda, característica de un régimen y de un sistema, la violencia en el Gobierno de Alessandri en Madeco y en Mademsa y en Pedro de Valdivia y en José María Caro[23], y superando la violencia y los muertos, la violencia en el Gobierno de Frei en El Salvador[24], en las calles de Santiago y en Puerto Montt, en Pampa Irigoyen[25]; pero no hubo esa violencia en el Gobierno del Frente Popular.

Y éramos marxistas, los que junto con los radicales, teníamos el ejercicio del poder. Y no hay un Hermano que pueda desconocer cómo y de qué manera se respetó la dignidad humana en esos años de lucha ardorosa y de progreso social en nuestra Patria.

Y no sólo se respetó la dignidad del hombre y los derechos del hombre, sino que se respetó aun a aquellos que teniendo una posición filosófica distinta a la nuestra y formando parte de una Iglesia combatiente contra el Frente Popular, Pedro Aguirre Cerda, en su actitud de tolerancia, hizo posible la designación del primer cardenal de la Iglesia Chilena, y por eso fue cardenal de Chile José María Caro[26].

Pero los tiempos cambian y las contradicciones del régimen y del sistema se expresan en nuestro país. Y al fracaso del capitalismo típico de Alessandri se sucede implacablemente el fracaso del reformismo demagógico de la Democracia Cristiana y el Gobierno de Frei.

Y los procesos sociales se agudizan, como tienen que agudizarse, no por culpa de los agitadores; por eso, Venerable Maestro, que Chile ha visto la ocupación de un regimiento por militares chilenos, representando a las Fuerzas Armadas y a Carabineros en un reclamo justo de mejores sueldos y salarios frente a una postergación indebida, pero como expresión muy clara de las contradicciones de un régimen y de un proceso inflacionario que alcanza niveles que no son ya de empleados, obreros o campesinos.

Y, por cierto, qué rapidez en solucionar un problema de gente que tenía razón, pero que además tenían cañones[27].

Pero no son dirigentes sindicales, no es gente que desconoce las leyes. Y de un Poder del Estado se solucionan sus problemas y nadie va a la cárcel y nadie pierde su puesto, pero queda la estela de un proceso que no ha terminado, Venerable Maestro, y que no podrá terminar mientras en este país no haya un cambio social, no haya un nuevo orden, una nueva concepción; mientras no se aproveche al hombre de la Patria para que con una nueva economía camine el proceso del desarrollo auténtico, económico nacional.

Y por eso, porque el proceso político ha llevado a la polarización de las fuerzas, es que nace, no por la voluntad de unos cuantos hombres, sino por una realidad social que ustedes viven, queridos Hermanos, la Unidad Popular, que me designó candidato y que me honro como masón y como chileno de poder representar. Nace un proceso de amplitud, de proyecciones incalculables en el destino de Chile. Y yo pienso, y por eso mi satisfacción profunda para la amplitud de su pensamiento y el de su Taller, Venerable Maestro, de que pueda, con el respeto a todas las ideas, expresarse en los templos masónicos un pensamiento que tiene la fuerza vital y un sentido patriótico, que yo pienso que ningún Hermano nos podrá negar.

¿Qué queremos?, ¿qué deseamos?, ¿por qué luchamos?

Queremos que el hombre de Chile deje de ser carne de miseria moral y psicológica, en un porcentaje muy amplio.

¿Qué anhelamos?

Que Chile sea un país capaz de colocarse en la era del proceso científico y técnico que vive la Humanidad, si no en una posición señera, por lo menos en un proceso de desarrollo no sólo económico, sino cultural, que le dé a la vida un sentido distinto.

¡Cómo no comprender que la realidad de nuestro drama está mucho más allá de la voluntad de los gobernantes y que entronca en un proceso yen un régimen y un sistema que nosotros como masones deberíamos no sólo discutir, sino combatir!

Pero si la esencia de nuestro pensamiento, de nuestra doctrina y de nuestro ideario es la Igualdad, es la Fraternidad, es la Libertad, ¿es que tiene libertad el campesino? ¿es que la tiene el obrero?, ¿es que la tiene el empleado?, ¿es que la tiene el periodista, cuyos niveles educacionales y culturales son más amplios?, ¿es que puede haber fraternidad e igualdad entre el explotador y el explotado, el opresor y el oprimido?

Yo creo que son cosas tan elementales que no me imagino no hayan pensado o pesado los que tenemos el dinero de un pensamiento que si tiene vigencia, es porque tiene como base el hombre que en nuestros templos se preparó para ser en la vida profana, realmente hombre.

Yo no me imagino a un masón renuente a mirar lo que sucede frente a su casa o a diez minutos de su hogar; basta para ello que algún día, en horas de ocio, llegue a las poblaciones marginales y mire con ojos de masón.

Pero si desde el punto de vista humano, y no me lo imagino, algún Hermano no quisiera hacerlo, que piense que este país, como la mayoría de los países de este continente, como la mayoría de los países en otros continentes, está sacudido por tensiones y fuerzas sociales que harán estallar la realidad actual y que nuestra obligación es buscar un cauce que impida la lucha fratricida, la quiebra sin destino, la violencia sin meta y la pasión enferma sin contenido.

De allí la importancia que tiene la Unidad Popular, que reitero, es un instrumento del pueblo de Chile, nacido de su experiencia y su realidad, no es el producto de la cábala de unos cuantos dirigentes que buscan ubicación en función de ventajas personales o de posibilidades electoreros.

Es la responsabilidad histórica de los que nos damos cuenta que este país o hace posible dar un paso hacia adelante en un proceso de auténtica democratización, o caeremos en una dictadura civil implacable o en un golpe militar.

Pero si somos una isla en este continente, si somos una excepción en este continente, si los derechos humanos están barrenados, si ningún Hermano masón chileno puede llamar Hermano a un masón brasilero, si acaso no alza la voz para protestar por cosas que protesta hasta el Papa. Si ningún masón chileno puede mirar con indiferencia el silencio del masón americano cuando el genocidio de Vietnam lo condena hasta el Papa.

¿Es que tienen o no tienen valor nuestros principios, Venerable Maestro? Si los tienen, y yo creo que los Hermanos lo sienten, tendrán por lo menos la comprensión para los que hemos asumido en la vida profana, una dura tarea que hace que la mentira., la insidia y la calumnia lo rocen a uno. Si a mí, desde el punto de vista de combatiente social, no me alcanza ni la mentira ni la calumnia, me puede sí, en mi entereza, quebrar un poco la duda de algún Hermano. Y eso me duele en mi convicción, en la tibieza de la Fraternidad que yo reclamo, porque la he dado, o si quieren la

Tolerancia, para comprender que otros tenemos el derecho de jugamos más cuando sentimos más la aplicación profana de las ideas y los idearios que nos enseñaron en los templos.

Por eso, y quizás abusando, y pido excusas, pero no es posible que yo vuelva a dialogar con mis Hermanos quizás por mucho tiempo, yo quiero insistir en que el movimiento unitario popular chileno tiene un contenido trascendente y mucho más importante, a pesar de la importancia que tuvo el Frente Popular de 1938.

Y salvando la distancia de los hombres y el valor de ellos, Pedro Aguirre Cerda es Hermano y el que les habla es Hermano.

Pedro Aguirre Cerda fue el candidato del entendimiento de partidos marxistas con partidos no marxistas, y yo que soy marxista soy la expresión de un entendimiento muy amplio, entre partidos marxistas y no marxistas; pero, dejaría de ser el Hermano de ustedes si no les dijera que hay una distancia sideral entre la lucha que dimos el año 1938, y yo fui, en la dimensión pequeña de mi responsabilidad de ese entonces, actor en ella.

El año 1938, Venerable Maestro, queridos Hermanos, luchábamos por ser la izquierda de un régimen y de un sistema. En 1970 no luchamos por ser la izquierda de un régimen capitalista, luchamos por sustituir el régimen capitalista, por hacer posible una sociedad distinta, una convivencia social diferente, una moral diferente, por hacer posible el desarrollo integral de la personalidad humana, porque sea verdad el humanismo que no tiene la expresión de grandeza en el régimen capitalista que alcanza en la sociedad sin clases de un régimen socialista.

Y aquí estamos, combatientes unitarios los que ayer inclusive, en actitudes distintas, tuvimos hasta la palabra dura y el término injusto para agitar nuestras posiciones. Los radicales no han llegado a la Unidad Popular sin sacrificios ni entregas y nosotros no hemos llegado a la Unidad Popular sin también podar muchas de las posiciones que antes intransigentemente sosteníamos.

Yo soy marxista y fundador del Partido Socialista, pero no soy candidato del Partido Socialista, soy el candidato de la Unidad Popular, que es el pensamiento común de radicales, socialistas, comunistas, mapuchistas o mapucistas, socialdemócratas e independientes que se agrupan en el API y en otras organizaciones.

El programa de la Unidad Popular no es un programa socialista, ni es un programa comunista, ni es un programa radical, ni es el programa de los mapucistas, ni de los socialdemócratas, ni del API. Es el programa de todos los que en este pedazo de la historia de la Patria creemos que es indispensable para crear el nuevo orden y evitar que el actual tenga que mantenerse sobre ríos de sangre y sobre cientos de cadáveres.

Y nuestra lucha tiene un acento, que tiene de estimulante, porque saben que cuando las masas populares comprendan el contenido patriótico de nuestro ideario y el embate de nuestro combate, serán más y más todavía las voluntades que vengan a fortalecer este ejército combatiente de la liberación económica de Chile.

Seiscientos mil niños retardados, año a año más grave el problema de la vivienda, importación todos los años de 180 millones de dólares en carnes, trigo, grasas, mantequilla y aceite; 250 mil cesantes, miles y miles de chilenos viviendo hace años en la Patagonia Argentina; niños marcados por la injusticia y ancianos condenados en vida para ser mendigos en la etapa final de su existencia de explotados, sean civiles o de las Fuerzas Armadas o Carabineros.

Y los que hablan de democracia ni siquiera cumplen con la ley, ni con la propia Constitución y nos vemos obligados a acusar a ministros de Estado para que cumplan como la ley determinó, pero siempre se confabulan los que dicen estar en posiciones distintas cuando se sabe que se hieren sus intereses.

Nosotros sostenemos con patriótica devoción, que podrá discutirse pero no negarse, que Chile no podrá progresar jamás, ni alcanzar el desarrollo económico necesario mientras las riquezas fundamentales de la Patria estén en manos del capital extranjero.

Venerable Maestro, todos los años salen de Chile 450 millones de dólares, la mitad del Presupuesto Nacional, para ir a fortalecer las grandes empresas del país más poderoso del capitalismo del mundo.

Todos los días, Queridos Hermanos, un millón 300 mil dólares sale de Chile. Yo decía esto en Valparaíso y después que yo habló un regidor, que era maestro, yen ese sentido mucho más cálido y didáctico, que les dijo a las masas ahí reunidas: “Lo que ha dicho el senador Allende es esto: la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, de la cual formo parte “, dijo ese regidor, “tiene un presupuesto para urbanizar los cerros que son 36 mil millones de pesos al año. Y los americanos se llevan en dos días el presupuesto de la segunda municipalidad en importancia en Chile, en dos días el presupuesto del año de la municipalidad para urbanizar los cerros”,

Y el Fondo Monetario Internacional nos amarra a compromisos que implican, ¿qué cosas?, que implican que cada quince días sube el dólar, que cada quince días baja el escudo. ¿Será necesario que en los templos, donde el nivel cultural es más alto, tenga que explicar yo qué representa eso en un proceso inflacionista del alza del costo de la vida?

Yo sostengo que esa falta implica estar expropiando todos los días el sueldo y el salario de la inmensa mayoría de los chilenos, expropiación diaria, de todos los días, que implica hambre y sufrimiento para miles y miles de hogares.

RECHAZO A VIOLENCIA

Venerable Maestro, cuando el mundo se sacude, cuando América Latina se estremece, cuando la juventud, en Francia o en el mundo, lanza en su protesta airada, inconexa, lo que es la generosidad joven, pero que no tiene continuidad: cuando vemos que en nuestra propia Patria los jóvenes se sacuden de la inercia de los adultos y buscan una explicación, un cauce y un camino y se sienten atraídos por la guerrilla, por el foco militar, por la violencia armada, nosotros los acusamos de violentos.

Nosotros los marxistas decimos, Venerable Maestro, que todavía es posible que aquí en Chile, dentro de los cauces legales, podamos conquistar el Gobierno; pero esto no se reconocerá jamás por los enemigos, esto nunca se reconocerá, pero sí tendrán que reconocerlo los Hermanos que no podrán negar que nuestra voz es la voz responsable de los que no están predicando, sino que haciendo lo que piensan que debe hacerse. Pero también es cierto que tenemos que herir intereses y que esos intereses son poderosos, que son demasiado poderosos y por eso se defienden y por eso la mentira y por eso el terror.

El mismo lenguaje frente a Alessandri, el que hablaba de la “chusma” y le decían “vendido al oro del Perú”; el mismo lenguaje, frente a Aguirre Cerda, quien no hablaba de la “chusma”, sino de los trabajadores y le decían “vendido al oro de Moscú “.

Ahora es el terror, son los marxistas, es la violencia desatada contra los trabajadores en el carbón. Y el Hermano que les habla fue al carbón a desagraviar a los obreros, porque los obreros del carbón no querían la violencia, pero sí tenían derecho, y yo lo sostengo de marcar a fuego con la expresión de no trabajar, al gobernante que por lo menos les negó el pan para sus hijos y la tranquilidad para sus hogares.

Es que las cosas están dadas en este lenguaje, Venerable Maestro, y ése es el lenguaje que un Hermano tiene que usar, no pidiendo la Tolerancia de los talleres para que lo escuchen, sino porque es la esencia de su convicción y porque ella se afinca en los principios que aquí aprendió. Por eso esta tarde yo les pido a los Hermanos que me juzguen o no lo juzguen en función de lo que somos y no en función de lo que quieren que seamos. El pueblo no quiere la violencia, no necesita la violencia; la violencia no la ha ejercido jamás el pueblo, sino cuando se rompen los diques de la historia y cuando las masas avanzan a la revolución.

Jamás el terrorismo, el ataque físico, ha sido la táctica que usaran en ninguna parte del mundo los partidos que tienen un ideario como el nuestro.

¿Cuántos años tiene de vida el Partido Comunista en Chile? ¿cuándo alguno de ustedes, queridos Hermanos, ha visto el ataque a una persona?, ¿cuántos años tiene el Partido Socialista?, ¿qué sacaríamos mañana nosotros con suprimir físicamente a un Alessandri, cuando saldría otro del mismo apellido o de las mismas ideas y los mismos intereses aunque no tuviera ese apellido?, ¿qué sacarían con liquidarme a mí, cuando habría, con más capacidad y con más devoción, cientos de gentes que representarían, como yo represento, los intereses, las ideas y el pensamiento de un vasto sector de chilenos?

No queremos la violencia. No necesitarnos la violencia. La violencia revolucionaria es la respuesta a lo violencia reaccionaria. Son otros los que pueden usar la violencia, porque tienen los medios para usarla.

Nosotros soñamos, Venerable Maestro, y con esto termino, en un Gobierno fuerte, pero en un Gobierno fuerte que no esté afianzado en la fuerza de las armas, sino en la fuerza moral, en la unidad de un pueblo, en la responsabilidad colectiva. En el hecho social que haya aquí un maestro universitario que se sienta hombre junto al compañero campesino o al obrero. En el hecho que el hombre entienda que la mujer no sólo es un motivo de placer o de explotación.

Soñamos con una sociedad distinta y queremos luchar por ella, aprovechándonos de la experiencia histórica, pero sin ser imitadores y sin ser repetidores de procesos que en otras latitudes tuvieron el contenido de una realidad para su propia realidad.

Alguna vez lo dije vulgarmente y lo repito aquí con perdón de ustedes, dije que la revolución cubana se hizo con gusto a azúcar y sabor a ron; la revolución chilena la haremos con gusto a vino tinto y sabor a empanada de horno.

Cada pueblo tiene su propia realidad y, frente a esa realidad, los dirigentes responsables tienen que desatar las tácticas que hay que seguir. En algo sí estamos de acuerdo más allá de nuestras fronteras: hoy no es el hombre individualmente el que puede hacer el proceso del desarrollo de un país, o la tarea de un pueblo, ni siquiera en el caso nuestro, por muy respetables que sean, y lo son en dimensión iguales-igual, pero siempre en una dimensión de valor, los partidos que integran la Unidad Popular, desde el centenario y más que centenario Partido Radical.

Hasta las fuerzas pujantes que rompen con la Democracia Cristiana, renunciando al poder y sus ventajas, para bajar, en los mapucistas, a las tareas del combate; por eso, frente a la realidad de Chile, en la quietud de los templos un Hermano de ustedes rompe, quizás, no diré con la tradición, sino que rompe con el hecho de haber usado un lenguaje que quizás en su tono se pudo apartar en un instante, del que debe usarse aquí donde se invoca siempre la Serenidad, pero más allá del tono de las palabras, está la Serenidad de las convicciones que en el caso mío tienen los años que tengo dentro de la Orden Masónica.

Como corresponde a tenidas de esta naturaleza, no hubo aplausos; pero quienes asistieron a la reunión recuerdan que se produjo un intenso silencio, que en todos los lugares del mundo es el escenario de la meditación.

La semilla quedó sembrada.

SALVADOR ALLENDE

[1] Se refiere al recibimiento que le brinda el entonces Venerable Maestro de la Logia “Franklin” 27, el profesor Carlos Fredes Aliaga. Éste expresa que la resolu­ción adoptada en octubre de 1943 por la Primera Conferencia Interamericana de la Francmasonería Simbólica, señala que uno de los propósitos esenciales de la Orden “es estudiar e impulsar, por encima de todo, aquellos problemas refe­rentes a la vida humana, para asegurar la paz, la justicia y la fraternidad entre los hombres y los pueblos, sin diferencia alguna de raza o nacionalidad”. Es en razón de esta norma por la cual la Logia invita a los candidatos presidenciales masones a exponer sus programas de Gobierno. En esa misma línea, la Logia “Franklin” 27 había invitado también a exponer su proyecto gubernamental al precandidato del Partido Radical de 1970, el economista Alberto Baltra Cortés.

[2] Una de esas oportunidades ocurre en un congreso del Partido Socialista celebra­do en 1967, en Chillán, cuando un sector de la colectividad propone la incompa­tibilidad entre ser socialista y ser masón. En la discusión, dos diputados anuncian su renuncia a la Masonería. Con relación al tema intervienen varios congresales hasta que parece que la discusión está agotada. Pero en ese momento se levanta el senador Allende. En forma pausada, como era su estilo, demuele uno a uno los argumentos antimasónicos y concluye su intervención expresando que si el Parti­do Socialista le impone dejar de ser masón dejará de ser socialista, del mismo modo que si la Masonería lo obliga a dejar el Partido Socialista dejará de ser masón. La moción de incompatibilidad es rechazada por una amplia mayoría.

[3] Se trata del programa “A esta hora se improvisa”, que en ese tiempo se transmitía por Canal 13 de la Universidad Católica, en que participaban el publicista y actor, Jaime Celedón, el periodista Fernando Rivas Sánchez y el escritor Enrique Cam­pos Menéndez; es decir; el centro, la izquierda y la derecha.

[4] Efectivamente, el senador Salvador Allende asiste, debidamente invitado, a una tenida de la Logia “Franklin” 27 celebrada el 1 de abril de 1969 y encabezada por el Venerable Maestro Hernán Vergara Rojas, para dar inicio a un ciclo de charlas denominado “La realidad nacional y la Francmasonería”; oportunidad en que expo­ne su punto de vista sobre la situación nacional económica, social y política.

[5] Enrique Mac Iver Rodríguez (1844-1922), Abogado, parlamentario radical du­rante 46 años. Gran Maestro entre 1887 y 1894. Hijo de un marino escocés, cuyo barco naufraga en la bahía de Valparaíso, como consecuencia de lo cual se queda en Chile, casándose con una dama maulina, Mac Iver conoce de las primeras letras en su propio hogar y luego estudia en el Colegio de los Padres Franceses, en Valparaíso. En 1869 recibe su título en la Universidad de Chile. En sus tiem­pos de estudiante participa en el Club de la Reforma. Ingresa a la juventud del Partido Radical y a la Masonería. Jorge Montt lo nombra ministro de Hacienda. Es autor de varios tratados, entre ellos, “Los partidos políticos y El parlamentarismo”. Sus actividades parlamentarias no le impiden formar parle de la Real Academia de la Lengua Española y de la Sociedad Científica de Chile, de la cual llega a ser presidente. Ingresa a la Logia “Deber y Constancia” 7, de la cual es su Venerable Maestro en dos oportunidades, en 1873 y 1875, posteriormente desempeña el mismo cargo en la Logia “Justicia y Libertad” 5.

[6] Valentín Letelier. Periodista, diplomático, académico, de raigambre maulina y de familia de origen francés. Como consecuencia de malos negocios, sus padres se instalan en Talca, donde hace sus primeros estudios. Completa su educación en Santiago. Ingresa al Partido Radical y es elegido diputado por Copiapó y por Talca. En 1887 propone la creación del Instituto Pedagógico en la Universidad de Chile. En 1891 ocupa un cargo diplomático en Alemania. Con la caída de Balmaceda ataca el sistema parlamentario que él mismo había ayudado a estable­cer en el país. Consecuente con su nueva posición se niega a concurrir al Congre­so. Es autor de varias obras, entre ellas, “De la ciencia política en Chile, Lucha por la cultura, Por qué se rehace la historia, Filosofía de la educación y La génesis del Estado”, que es su obra cumbre. Es designado rector de la Universidad de Chile y en tal condi­ción crea el Servicio Sismológico. Es el organizador del Primer Congreso Cientí­fico Panamericano. Fallece en junio de 1919.

[7] Arturo Alessandri Palma (1868-1950). Sus primeros estudios los realiza en los Padres Franceses y más tarde ingresa a Derecho en la Universidad de Chile. La Guerra Civil de 1891 lo sorprende en cuarto año. En la contienda adhiere a las fuerzas que se oponen a Balmaceda. En este tiempo escribe en el diario La Justicia. En esos años ingresa también a la Masonería. En 1894 se casa con Éster Rodríguez, con quien tiene cinco hijos, Uno de ellos, el ingeniero Jorge Alessandri, llega a ser Presidente de la República en el período 1958-1964. En 1915 es elegido senador por Tarapacá, campaña en la que vence al oligarca iquiqueño Arturo del Río. Los nortinos lo apodan “El León de Tarapacá”. En 1920 es elegido Presi­dente de la República. Como Primer Mandatario debe enfrentar una serie de situaciones contingentes con las Fuerzas Armadas, en particular con el Ejército. Con ocasión de una polémica discusión sobre la dieta parlamentaria, el 5 de septiembre de 1924 se produce un pronunciamiento militar conocido como “Rui­do de Sables”. Alessandri se refugia en la Embajada de Estados Unidos. El Con­greso se ve obligado a aprobar una serie de leyes estancadas durante años. Alessandri presenta su dimisión, la que es rechazada aprobándose en su reempla­zo un permiso por seis meses. El general Altamirano asume la presidencia de una Junta Militar que disuelve el Congreso el 11 de septiembre, coincidentemente con el futuro. El 20 de marzo de 1925, Alessandri reasume la Presidencia de la República y hace sus mejores esfuerzos para dotar al país de una nueva Constitu­ción que asegure un Ejecutivo fuerte. El proyecto es plebiscitado y aprobado. En medio de una dura lucha con Carlos Ibáñez del Campo, Alessandri pierde la contienda electoral y abandona La Moneda para volver a instalarse en ella en 1932, con lo cual se inicia un período de alta normalidad política que sólo es interrumpida en 1973. Alessandri Palma termina su período en 1938 siendo su­cedido por un joven profesor de militancia radical, llamado Pedro Aguirre Cerda. El “León de Tarapacá” no se rinde. En 1944 es elegido senador. En 1949 asume la presidencia del Senado, Fallece en 1950.

[8] El incidente ocurre durante la campaña de Tarapacá, de Arturo Alessandri Pal­ma, en la que disputa la senaduría de esa provincia con el empresario iquiqueño Arturo del Río. La campaña es durísima. Ambos candidatos andan con guardaes­paldas y hay muertos por los dos lados, La violencia no descansa y como conse­cuencia de ella muere acribillado un oficial de policía, conocidísimo por su imparcialidad política: Manuel J. Maira. El ministro en visita que investiga el ase­sinato ordena detener al prefecto Rogelio Delgado, llevado ex profeso por los riístas desde Antofagasta, a Iquique para manipular la elección. Así se llega al 5 de mar­zo. Faltan 48 horas para la elección. El incidente ocurre cuando Delgado, des­pués de comer en una casa amiga, se dirige a la oficina del telégrafo para enviar un telegrama a la Corte de Apelaciones de Tacna, ciudad que en esa época es administrada por Chile, en el que anuncia su apelación a la encargatoria de reo. En las afueras lo protegen diez policías armados. Alessandri, que acaba de pro­nunciar uno de sus célebres discursos, se dirige también al telégrafo, según expli­có más tarde para poner un telegrama precautorio a Santiago, pensando que los diez policías armados estaban allí para tenderle una celada. Pero en ese momento su “querida chusma”, que también se había percatado de la excesiva presencia policial, al ver que su líder entra sólo con cuatro o cinco acompañantes a la ofici­na del telégrafo, piensa que probablemente Alessandri va a caer en una trampa y comienza a gritar contra los hombres de Delgado. Los policías repelen a la turba a tiros. Los manifestantes responden también a balazos. Cae herido en la rodilla un guardaespaldas de Alessandri de apellido Lemus y muere de un tiro en la cabeza un riísta. El “León” y sus acompañantes, ya en el interior del telégrafo, desenfundan sus armas y penetran al interior de la oficina del jefe donde estaba nada menos que el prefecto Delgado, también con revólver en mano. Los alessandristas desde el exterior derriban la puerta y entran arrolladoramente al interior en medio de tiros, golpes e improperios, momento en el cual cae herido de muerte Delgado. En la investigación posterior, Alessandri asegura que Delga­do le disparó antes de morir, pero que erró el tiro y que en ese momento uno de sus acompañantes, Isidoro Huneeus, se le fue encima, escapándosele al policía un segundo disparo. En ese momento entran los manifestantes. Calibrando la gravedad de lo sucedido, Alessandri se retira del lugar y se dirige al hotel donde aloja el general Parra, jefe de las fuerzas en la zona. Como no lo encuentra, le muestra su revólver a su ayudante, el mayor Gómez, y al comisario Francisco Sil­va, segundo de Delgado, para que constaten que éste está con su carga completa y que no ha sido disparado. De poco le valen estas precauciones. Sus enemigos se aprovechan del suceso para atacarlo cada vez que pueden acusándolo de asesino.

[9] Se trata del secretario general del VII Congreso de la Tercera Internacional, celebrada en 1935, en Moscú, George Dimitrov, quien plantea la formación de Fren­tes Únicos o Frentes Populares para oponerse a las fuerzas burguesas y capitalistas y al nazifascismo. El llamado es acogido primero en Francia, después en España y también en Chile.

[10] Justiniano Sotomayor Pérez Cotapos. Dirigente del Partido Radical de amplia trayectoria que se caracteriza por su fuerte tendencia hacia la izquierda dentro de ese partido. Se le considera como el gestor del Frente Popular. Hay una anéc­dota al respecto. Se dice que Sotomayor sostenía que sus correligionarios le te­nían tanto miedo al concepto de “lucha de clases”, que en vez de denominarla de esa manera la llamaban … “Luisa de clases”. Sotomayor también perteneció a la Logia “Hiram” 65.

[11] Héctor Arancibia Lazo. Figura del Partido Radical, quien llega a ser vicepresiden­te del Senado. En la crisis de 1924 el Presidente Arturo Alessandri demanda al Congreso Nacional la aprobación de una ley para cubrir el déficit fiscal, iniciativa que es rechazada, en cambio la Cámara aprueba un aumento de 2.000 pesos mensuales en la dieta parlamentaria. El 2 de septiembre de 1924 unos 50 oficiales del Ejército se hacen presentes de uniforme en las tribunas del Senado, en los momentos que éste está tratando justamente el tema del aumento de las remune­raciones del Poder Legislativo. La mesa del Senado protesta por esta “intromi­sión indebida”. Envía un oficio al ministro de Guerra, Gaspar Mora, quien asegura que los insubordinados serán castigados. Pero al día siguiente no aparecen 50 oficiales en el Senado; sino 100. El vicepresidente Héctor Arancibia les prohíbe ingresar a la tribuna, circunstancia por la cual los jóvenes oficiales se instalan en la galería. El ministro Mora ordena al contingente que abandone el lugar, orden que es acatada, pero al salir de allí hacen sonar fuertemente sus sables como señal de protesta. El episodio es conocido como “Ruido de Sables”, expresión que se ha generalizado para describir cualquier tipo de inquietud en las Fuerzas Armadas.

[12] Pedro Aguirre Cerda (1879-1941). Nace en Santiago. Realiza sus estudios supe­riores en el Instituto Pedagógico y en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, obteniendo sus títulos de profesor y abogado, con su tesis “La instrucción secundaria en Chile”. En 1910 viaja a Francia para estudiar Derecho Administrativo y Financiero en La Sorbona de París y Economía Política y Legislación Social en el Colegio de Francia. Entre 1915 y 1918 es diputado por San Felipe, Putaendo y Los Andes y más tarde lo es también por Santiago. Arturo Alessandri lo nombra ministro del Interior, como una manera de atraer hacia sí a los radicales. En la convención celebrada cutre el 15 y el 17 de abril de 1939, los partidos Radical, Socialista y Comunista lo designan candidato presidencial del Frente Popular, luego de que renunciara a tal distinción el socialista Marmaduque Grove. Con el eslogan “Pan, techo y abrigo” enfrenta al candidato derechista Gustavo Ross San­ta María. El triunfo es estrecho. En los tres años que dura su administración, el Presidente Aguirre Cerda entrega nuevas escuelas primarias y crea la Corfo, que se transforma en una poderosa palanca para impulsar el desarrollo industrial del país. El organismo es la base de la Endesa, la Enap y los altos hornos de Huachipato, entre otras grandes obras. En 1939 se produce el terremoto de Chillan, el cual causa cuantiosos daños, y lo que es peor, más de 40 mil muertos. Aguirre Cerda es masón, lo que no le impide: hacer gestiones diplomáticas ante El Vaticano para que Chile tenga un cardenal de la Iglesia Católica, Sus esfuerzos tienen éxito. El arzobispo de Santiago José María Caro se transforma en el primer purpurado de la historia de Chile. El Presidente Aguirre Cerda fallece a los 62 años de tuberculosis, poco después de recibir la extremaunción y los santos óleos, justamente de manos del carGustavo Ross Santa María. Nace en Valparaíso. Siendo muy joven se dedica a los negocios bursátiles y logra acumular una fortuna. Se le apoda “El Mago de las Finanzas”. Pero en 1927 el Gobierno del general Ibañez lo deporta. Se instala en París, donde continúa con sus especulaciones bursátiles. En 1932, el Gobierno de Arturo Alessandri Palma lo designa ministro de Hacienda, cargo desde el cual desarrolla una estricta política fiscal. Como ella genera disconformidades en los trabajadores, éstos lo apodan “Ministro del Hambre”. En 1938 es proclamado candidato presidencial por los partidos de derecha. Compite con Pedro Aguirre Cerda, quien lo derrota por un estrecho margen. Una de las ideas de Ross, y lo decía en serio, era que estaba dispuesto a invertir mil millones de pesos para traer a Chile a todos los europeos que quisieran venir. Según él, ésta era la única forma de “mejorar la raza”.denal Caro.

[13] Gustavo Ross Santa María. Nace en Valparaíso. Siendo muy joven se dedica a los negocios bursátiles y logra acumular una fortuna. Se le apoda “El Mago de las Finanzas”. Pero en 1927 el Gobierno del general Ibañez lo deporta. Se instala en París, donde continúa con sus especulaciones bursátiles. En 1932, el Gobierno de Arturo Alessandri Palma lo designa ministro de Hacienda, cargo desde el cual desarrolla una estricta política fiscal. Como ella genera disconformidades en los trabajadores, éstos lo apodan “Ministro del Hambre”. En 1938 es proclamado candidato presidencial por los partidos de derecha. Compite con Pedro Aguirre Cerda, quien lo derrota por un estrecho margen. Una de las ideas de Ross, y lo decía en serio, era que estaba dispuesto a invertir mil millones de pesos para traer a Chile a todos los europeos que quisieran venir. Según él, ésta era la única forma de “mejorar la raza”.

[14] Roberto Wachholtz. Nace en Tacna en 1899. Obtiene su título de ingeniero civil en la Universidad de Chile con una tesis sobre la electrificación de los Ferrocarri­les. Participa en diversas sociedades comerciales, hasta que en 1938 es llamado por el Presidente Aguirre Cerda para que encabece el Ministerio de Hacienda, desde donde impone fuertes restricciones al gasto fiscal, pero ofrece su total apo­yo a las grandes iniciativas, como la construcción de nuevas escuelas. En 1946, Gabriel González Videla lo designa ministro de Economía. Más tarde es nombrado presidente de la Corporación de Venta de Salitre y Yodo. En enero de 1959 es elegido senador de la República.

[15] José Manuel Balmaceda (1840-1891). Nace en Santiago. Sus primeros estudios los realiza en el Colegio de los Sagrados Corazones y luego en el Seminario Conciliar, donde se distingue por ser un alumno brillante en todas las materias y una persona de buen carácter. Siendo muchacho, su padre, que era uno de los hom­bres más acaudalados de Chile, lo hace participar en el mundo de los negocios, donde el joven José Manuel aprende el arte de tratar cuestiones importantes. También aprende a conocer a las personas y a tener una noción real de la vida v el trabajo. Casi al cumplir los 20 años, Balmaceda deja los negocios. Crea su pro­pia biblioteca, donde se dedica a los más variados estudios. Eso dura seis o siete años, En 1864 da sus primeros pasos en la vida pública. Participa en una reunión de jóvenes liberales donde es obligado a hablar. Con sus 25 o 26 años, Balmaceda hace un ponderado análisis de la situación nacional que deja asombrados a los asambleístas. En 1865 viaja a Lima como secretario privado del ex Presidente Manuel Montt. Constituyen la presencia de Chile en el Primer Congreso Ameri­cano, que se realiza en la capital peruana. En 1868 Balmaceda se une a los movi­mientos reformistas, en el Club de La Reforma, Gana prestigio político. Funda el diario La Libertad, crea la Revista de Santiago y publica dos estudios políticos: La solución política en libertad electoral y La Iglesia y el Estado. En 1878 es enviado a Buenos Aires por el Presidente Pinto para negociar la neutralidad de Argentina en el conflicto con Perú y Bolivia, cuyo estallido se consideraba inevitable. En 1881 es nombrado ministro de Relaciones Exteriores y Colonización y en 1882 ministro del Interior, cargo desde el cual impulsa importantes reformas políticas y la construcción de caminos, puentes y apoya la extensión de las líneas de los ferrocarriles y del telégrafo. En 1884 presenta su postulación presidencial. En 1886, triunfa por sobre José Francisco Vergara, Balmaceda inicia un Gobierno sobre el cual se cifran grandes esperanzas que se esfuman por su permanente confrontación con el Congreso. En el drama interviene además la mano oculta del coronel británico James Thomas North, dueño de la mayor parte de las salitreras del norte. Balmaceda había manifestado intenciones de nacionalizar esa riqueza básica chilena. Como sea, la guerra civil se desencadena. Las llamadas “fuerzas constitucionalistas” triunfan en las batallas de Concón y Placilla, el 29 de agosto de 1891. Cerca de 10.000 chilenos pierden la vida. Informado de lo ocurri­do, Balmaceda se refugia en la Legación Argentina donde permanece hasta el 19 de septiembre, fecha en que expira su mandato y día que ha elegido para quitarse la vida considerando que esa decisión era lo mejor para Chile y los chilenos.

[16] Juan XXIII (1881-1963). Nace en el Sotto il Monte, cerca de Bérgamo, Italia. En la Primera Guerra Mundial se alista en el Ejército italiano y es enviado al frente, donde llega al grado de sargento. Con la paz ingresa a la curia. En 1924 es desig­nado Administrador Apostólico en Sofía, Hungría, cargo que algunos años más tarde desempeña también en Estambul. En 1944 Pío XII lo designa Nuncio Apos­tólico en París y en 1953 recibe el birrete cardenalicio. El 28 de octubre de 1958 es elegido Papa. En 1959 llama al Concilio Vaticano II, el cual acuerda cambios fundamentales en la Iglesia Católica. El Jueves Santo de 1963 firma la encíclica Pacem in terris, dirigida a obispos, clero, fieles católicos, y por primera vez en la historia de la Iglesia Católica, “a todos los hombres de buena voluntad”.

[17] Nombre con que generalmente se designa a la Logia y muy particularmente al templo donde se verifican los trabajos (Kier).

[18] Nombre con que se designa al mazo, símbolo de autoridad que corresponde al Venerable Maestro y a los Vigilantes, para que por medio de sus golpes dirijan los trabajos de los Hermanos (Kier).

[19] Jorge Alessandri Rodríguez (1896-1986). Se gradúa de ingeniero civil en la Uni­versidad de Chile en 1919. Se dedica primero a la docencia. En 1926 es elegido diputado por Santiago. Un tiempo después es presidente de la Caja Hipotecaria y presidente de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones. En 1947 ocu­pa la cartera de Hacienda bajo la Presidencia de Gabriel González Videla. En 1956 es elegido senador por Santiago. Dos años más tarde, una coalición de par­tidos de derecha (Liberal y Conservador y una parte del Agrario Laborismo) lo designa candidato presidencial. Triunfa con el 31,18% de los votos sobre Salva­dor Allende (28,51 %), Eduardo Frei, Luis Bossay Leiva y Antonio Zamorano Herrera, el llamado “Cura de Catapilco”. Su Gobierno impulsó una importante política habitacional, intentó estabilizar los precios, con los sueldos y salarios y realizó la primera Reforma Agraria y una reforma tributaria, que incluyó el cam­bio del signo monetario de pesos por escudos. Crea la Empresa de Comercio Agrícola para garantizar el valor de los productos agrarios. En mayo de 1960 se producen dos sismos, seguidos de un maremoto, que destruyen once de las vein­ticinco provincias en que estaba dividido el país. Valdivia enfrenta la amenaza de ser inundada por las aguas del lago Riñihue. Miles de chilenos pierden la vida. Alessandri enfrenta fuertes conflictos internacionales. Con Argentina, en Palena, y con Bolivia por el río Lauca. En 1964 rompe relaciones con Cuba. Ese mismo año entrega el poder a Eduardo Frei Montalva. Colabora con el Gobierno militar en calidad de presidente del Consejo de Estado, cargo al cual renuncia en 1981 por su fuerte discrepancia con relación a la entonces recién dictada Constitución de 1980. Una de sus principales objeciones es que las Fuerzas Armadas aparezcan en ella como garantes del régimen democrático de Gobierno.

[20] Eduardo Frei Montalva (1911-1982). Nace en Santiago. Hace sus primeros estu­dios en el Seminario y luego en el Instituto de Humanidades, para estudiar más tarde Derecho en la Universidad Católica, donde se recibe de abogado. En 1934 es designado secretario general de la Confederación Iberoamericana de Estu­diantes Universitarios Católicos. En 1935 los jóvenes católicos deben enfrentar un agudo problema de conciencia. La mayoría de ellos milita en el Partido Con­servador, pero sienten que esta colectividad no resuelve los problemas de los más pobres. Frei, Bernardo Leighton, Manuel Carretón y otros crean entonces la Fa­lange Nacional, que junto con el joven Partido Social Cristiano, dan origen al Partido Demócrata Cristiano (PDC). En 1935 contrae matrimonio con María Ruiz­ Tagle, con quien tiene siete hijos. El mayor, Eduardo, llega a ser Presidente de la República en 1994. En 1936 Frei Montalva asume como director del diario El Tarapacá, de Iquique. Retorna a Santiago en 1937. Un año después, la Falange rompe definitivamente con el Partido Conservador por el apoyo que éste le brin­da a la candidatura del magnate Gustavo Ross Santa María. Esta vez lo logra. Gana con el 55,58% de los votos. La principal característica del Gobierno de Frei es que gobierna con un solo partido: el PDC, por lo cual debe enfrentar una fuerte oposición, tanto de la derecha como de la izquierda. Sin embargo, hubo importantes realizaciones como la intensificación de la Reforma Agraria y la lla­mada chilenización del cobre, mediante la cual el Estado de Chile pasa a ser socio de las grandes compañías cupríferas estadounidenses. Su Gobierno reduce el analfabetismo de un 16,1% a un 11 %; crea el Ministerio de la Vivienda y Urba­nismo y funda Cema-Chile, organismo destinado a capacitar a las dueñas de casa. Se abre el túnel Lo Prado y las obras del Metro quedan iniciadas. Pese a estos esfuerzos, el Gobierno de Frei no pudo cohesionar al país. La crisis desemboca con un acuartelamiento en el regimiento “Tacna” liderado por el general Rober­to Viaux. La situación se agrava al término de su mandato. Antes de entregar la Presidencia de la nación a Salvador Allende, un comando derechista asesina al comandante en jefe del Ejército, el general René Schneider Chereau. Frei es autor de varios libros, el mas conocido se llama La verdad tiene su hora.

[21] Se trata de la más larga huelga del carbón. Tiene lugar en 1960, en Lota. La movilización destinada a lograr mejoras y beneficios económicos y sociales tiene una duración de 92 días, a partir de mayo de 1960. Como un acto destinado a marcar presencia, los mineros marchan desde los yacimientos carboníferos a Concepción, distante 40 kilómetros, vistiendo su indumentaria de trabajo, es de­cir, cascos, lámparas, zapatos gruesos, fajas y pañuelos al cuello. Los acompañan sus mujeres, hijos, dirigentes sociales y políticos de la zona. Muchas familias de estos mineros trasladan a sus hijos a casas de familiares y amigos de otras zonas del país durante el conflicto, porque prácticamente no tienen que darles de co­mer.

[22] Huelga del magisterio. El conflicto se produce en 1968. Los maestros exigen el cumplimiento de la Ley Nº 16.517 que, entre otros beneficios, incluía aumentos escalonados de sus sueldos en cuatro etapas, para los años 67, 68, 69 y 70. El acuerdo significa que las remuneraciones del magisterio se reajustarían sobre la base de un promedio del aumento del índice de Precios al Consumidor (IPC). Esto se cumple sin ningún inconveniente en 1967. El problema surge al año si­guiente. El IPC llega ese año a 21 ,9%. El Gobierno envía al Congreso un proyecto de ley de reajuste de un 15% para toda la Administración Pública y le ofrece a los maestros pagarles la diferencia en bonos, La propuesta del Ejecutivo es rechaza­da, lo que desencadena la huelga.

[23] Población José María Caro. El suceso ocurre en noviembre de 1962, durante la administración de Jorge Alessandri Rodríguez, cuando pobladores y trabajadores que participan en un paro convocado por la Central Única de Trabajadores (CUT), en pro de mejoras salariales, intentan tomarse la vía férrea del tren al sur. El Gobierno recurre a los instrumentos legales que le permiten sacar a la calle a las Fuerzas Armadas. En la Población José María Caro un destacamento de la Fuerza Aérea enfrenta a manifestantes, que mantienen tomada la línea férrea. Los uniformados disparan. Seis personas, entre ellas un niño de catorce años, mueren en el incidente. Decenas de personas quedan heridas.

[24] El 11 de marzo de 1966, durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, fuerzas militares, carabineros y detectives desalojan a tiros desde una escuela a un grupo de mineros que se mantenía en huelga en el mineral de El Salvador, por motivos económicos. El Jefe de la plaza es el general de Ejército Manuel Sepúlveda Pinochet. En el incidente pierden la vida ocho trabajadores. El mineral de cobre de El Salvador esta ubicado a unos 2.600 metros sobre el nivel del mar, en la Tercera Región, cerca de Copiapó, En el campamento en ese tiempo vivían alrededor de 10.000 personas.

[25] El 9 de Marzo de 1969, durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, y siendo el Ministro del Interior Edmundo Pérez Zujovic, fuerzas del Grupo Móvil de Carabineros desalojan a 91 familias que cinco días antes habían ocupado un predio denominado “Pampa Irigoyen”, en los alrededores de Puerto Montt. En el desalojo, a tiros mueren 8 pobladores y 60 quedan heridos. El Senador Salvador Allende viaja hasta el lugar. En Puerto Montt se encuentra con el Periodista Sergio Gutiérrez Patri, quien en ese momento trabajaba en El Mercurio y ambos descubren un noveno cadáver, que las fuerzas policiales habían intentado ocultar en el cementerio para que pasara inadvertido.

[26] José María Caro Rodríguez (1886-1958). Primer Cardenal de Chile. Nace en Cáhuil, Colchagua, siendo sus padres el modesto matrimonio de campesinos formado por José María Caro Martínez y Rita Rodríguez Cornejo. Su vocación sacerdotal se manifiesta a temprana edad, para lo cual ingresa al Semanario de San Pedro Damiano. En 1887 es enviado al Colegio Pío Latinoamericano de Roma, donde estudio Teología. Retorna a Chile en 1890 y ejerce la docencia. También escribe distintas obras y artículos periodísticos en la prensa católica, que revelan una marcada tendencia conservadora. Uno de sus libros más polémicos es el Misterio de la Masonería, Descorriendo el Velo, en el cual ataca duramente a la Orden. Su primera diócesis es Iquique. Más tarde, Pío XI lo envía a La Serena. En esa ciudad el pensamiento político sufre una importante mutación. El presbítero Fidel Araneda Bravo en su Historia de la Iglesia en Chile dice que “en 1938, el Obispo Caro estaba totalmente desengañado de los conservadores. Su contemporáneo, Mario Connobio, en su libro El cronicón histórico, sostiene que el prelado decía que el lujo y la buena mesa, los placeres de algunos, se mantienen en algunos casos con las ganancias que se hacen a costa de la miseria, los harapos y del hambre de muchos”. Agrega el autor que en otra oportunidad escribió que “es inmoral creer que el hombre, que fue hecho a imagen y semejanza de Dios, pueda considerarse por los patrones como si se tratara de un animal de trabajo, una máquina o una herramienta”. Con el triunfo de Aguirre Cerda escribe un artículo en el periódico El Porvenir, en el cual insta a los católicos a obedecer a las nuevas autoridades constituidas legalmente “porque ellas son representantes de Dios”. En 1939 es nombrado Arzobispo de Santiago. Su labor se vio reflejada en distintas acciones, entre las que se destacan la fundación del Auxilio Social Cristiano, la Juventud Católica Obrera y numerosas cooperativas de ahorro y consumo. El 23 de diciembre de 1945, como consecuencia de las influencias de los presidentes radicales y masones, Pedro Aguirre Cerda y Juan Antonio Ríos, Pío XII lo nombra Cardenal. En octubre de 1958, a los 92 años, participa en el Cónclave que elige Papa a Juan XXIII.

[27] El suceso se conoce como el “Tacnazo”. Se trata de un acuertelamiento militar ocurrido el 2 de octubre de 1969, en las postrimerías de la Presidencia de Eduardo Frei Montalva, en el cual un grupo de oficiales alumnos de la Academia de Guerra y de la propia unidad se acuartelan en el regimiento de Artillería Nº 1 “Tacna”, ubicado en esos tiempos en la cercanía del Parque Cousiño (hoy O’Higgins). El movimiento lo lidera el general Roberto Viaux Marambio, quien ya había expresado al gobierno, saltándose todos los conductos regulares, su malestar por los bajos sueldos del personal del Ejército y –según él- la ninguna voluntad de renovar el armamento. Tal como lo señala Allende en su discurso registrado en el CD, el conflicto tuvo una rapidísima solución, pero deja sembrada una semilla que emerge con sangrienta violencia cuatro años mas tarde.

Publicado por Dres. Juan O. Pons y N. Florencia Pons Belmonte

Etiquetas: Allende Salvador – Discursos Políticos

 

 

 

Publicado por:

Diario Masónico

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