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Poema masónico: «Tronco de pobres»


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Poema masónico: “Tronco de pobres”

 

 

Explicación previa:

La Escritura nos enseña que el “Diezmo” o “Maaser”, bien podría ser de lo producido en la tierra, como así mismo de la reproducción del ganado que se tuviera.

Hay autores que consideran el diezmo como décima parte de las ganancias, cantidad designada para mantener el clero o para otro uso religioso. Si bien el diezmo es ofrecido a Dios es entregado a sus sacerdotes o ministros.

El diezmo no es una costumbre o una buena acción del buen judío, sino que es una obligación religiosa a cumplirse en forma rigurosa.

Hay alguna relación  entre el diezmo y el tronco de la viuda, pero también son grandes sus diferencias.

En el pueblo judío hay numerosas obligaciones con respecto a los menos afortunados económicamente, estas reglas u obligaciones son:

1) maaser -diezmo;
2) shejejá y  leket -rastrojos y olvidos en las cosechas;
3) peá -puntas de los campos;
4) peret -olvidos en la cosecha de la vid;
5) olelut -regalos a los pobres;
6) shemitá -moratoria de deudas en el año sabático;
8) iobel -restitución de propiedades en el jubileo;
9) tzedaká  -dar de acuerdo a las necesidades del que recibe.

Tzedaká se traduce comúnmente como caridad, es el aporte que nosotros podemos realizar en procura de la justicia social, es decir, que la sociedad encuentre un equilibrio (salud) en la distribución de sus riquezas. Todos, pobres y ricos, viejos y jóvenes, mujeres y hombres, están obligados a la misma; en toda ocasión que se pueda.

Acordaos Hermanos de la angustia del pobre,
del que viste de harapos, del hambriento de pan.
Al dar a su miseria, con orgullo que absorbe,
vuestras piezas de plata, vuestras piezas de cobre,
en río benéfico a sus manos irán.

Oh, vosotros Hermanos que tenéis una casa,
una mesa, un lecho y un feliz corazón,
acordaos ahora del mendigo que pasa,
de los huérfanos tristes, de la viuda que amasa
con el agua del llanto su mezquina ración.

Los ciegos, los tullidos, los gibosos y ancianos,
la niña que el hambre empuja al lupanar,
todos los que padecen y son nuestros hermanos
hacia vosotros tienden sus temblorosas manos
llegando a vuestras puertas con ansioso llamar.

Para ellos es el fruto de este tronco bendito
La linfa de ese claro raudal de compasión.
Dejad allí la ofrenda como quien cumple un rito.
Los Masones oramos al Señor Infinito
Sembrando en la limosna la mejor oración.

 

 

Publicado por:

Diario Masónico

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Comments

  1. Jotenegro    

    Acordaos HH:. no sólo del que pide pan, ropa o algo que calzar, sino más bien del que pide luz ya que con ella podrá por si mismo tener las tres necesidades anteriores.

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