Hace 211 años, el 25 de octubre de 1806, nacía en Bayreuth Max Stirner; educador, filólogo, teólogo y filósofo alemán cuyas posturas profundizan en el egoísmo o solipsismo moral, nihilismo, existencialismo y anarquismo, especialmente en el anarco-individualismo. Es considerado uno de los padres de estas ideas.
El Único y su Propiedad es su obra más importante. Para Stirner el individuo debe ser el único ser supremo, liberado del yugo de Dios y de su reflejo en los humanismos. Este individuo autoliberado es el Egoísta, el Único «que más tarde daría lugar al Superhombre nietzscheano»; y sólo asumiendo sin hipocresías ese egoísmo esencial, el hombre puede llegar a ser feliz. Stirner distingue entre el concepto de sociedad, asociación forzosa y represiva de seres alienados controlada por sistemas autoritarios como el Estado, y el de libre asociación de individuos soberanos con fines mutuamente egoístas. «Nada prevalece sobre mí», sentencia sin concesiones. Esta obra no ha perdido un ápice de actualidad y ha ejercido una profunda influencia en varias corrientes de pensamiento, que abarcan desde el anarquismo hasta el liberalismo capitalista.
Las dos coordenadas que definen a Stirner son el anarquismo individualista y la crisis de la filosofía idealista alemana. Como libertario, se halla entre los primeros anarquistas individualistas de la época moderna occidental europea; en cuya corriente, quienes también son parte de ella son los ingleses Godwin y Shelly y con un enfoque menos individualista se encuentra Proudhon.
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