“Las AFP y la zona de Milagros” se tituló la entrevista que hace apenas dos meses le hiciera el Director de la Revista Occidente, Roberto Rivera, a Carlos Correa Cruzat. Corría una carrera contra el tiempo, que finalmente, no pudo terminar.
Carlos Correa estaba consciente que no tenía mucho tiempo, pero sí el suficiente para dar una batalla para que la AFP le devolviera sus fondos. Los médicos lo desahuciaron hace diez años por un cáncer de hígado del cual logró recuperarse. Luego, generó metástasis en todos sus órganos; a pesar de ello, siguió caminando y trabajando. De hecho, en enero 2019, el Gran Maestro, Sebastián Jans lo recibió en su oficina y le ofreció apoyo en lo que fuese necesario.
Carlos Correa le confesó al Gran Maestro que sabía que esta carrera no la tenía ganada, pero sí iniciada. Se definía como un hombre afortunado porque desde este escenario adverso buscaba caminos que podían significar un cambio para miles de personas. “ Si el fallo es adverso a lo que solicito me sentiré igualmente satisfecho. Sentaré un nuevo precedente, como otros casos, y la suma de ellos, es lo que puede dar un giro a este problema. El derecho a la vida está por sobre la seguridad social”, acotaba Correa.
Él ya lo había confesado. No alcanzaría a ver el cambio, pero estaba convencido que otros sí podrían.
Un masón al que no se le podrán rendir los homenajes debidos, por las restricciones sanitarias que imperan por el coronavirus. Sin embargo, los Hermanos le rinden tributo desde sus hogares y lo saludan virtualmente.
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