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El masón que vengó a De Molay cuatrocientos años después


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La leyenda cuenta que un masón, una vez cayó la cuchilla sobre Luis XVI, subió al cadalso y exclamó: «Jacques de Molay, tu es vengé!»

Según Charles Porset y Ferrer Benimeli Está demostrado que los masones no participaron en conspiración alguna. Pero también es seguro que reuniendo hermanos de cualquier confesión y origen se podría llegar a la conclusión de que la masonería ha contribuido a la desestabilización de la sociedad del Antiguo Régimen, de la que formaba parte.

En el último tercio del siglo XVIII, Francia se encuentra en crisis: agobiada por los impuestos, las cajas están vacías. Es sabido que para hacer frente a esta situación que se agravaba por momentos; Luis XVI aceptó, a instancias de su ministro Calonne, convocar una asamblea de notables encargada de aprobar la política financiera del ministro. La mayoría de sus miembros eran masones. Calonne propuso la igualdad fiscal, que fue rechazada por todos los hermanos y por el alto clero; con la única excepción del masón Montmorency-Luxembourg, gran administrador del Gran Oriente, que la aprobó.

Es, pues, natural que muchos masones lo encontrasen en el combate político. En los Estados Generales 214 eran diputados masones de un total de 1165 miembros. Pero esos masones no constituyeron nunca un grupo disciplinado y nunca votaron unánimemente en los grandes debates. Según Lamarque, se les puede dividir en tres grupos de desigual importancia: un centenar de ellos (de los cuales una decena pertenecía al clero; alrededor de cuarenta a la nobleza y los demás al tercer estado) se pronunciaron constantemente en favor de las medidas revolucionarias; alrededor de cincuenta tuvieron una actitud carente de relieve, incluso equívoca; y el resto adoptó la causa del Antiguo Régimen.

El masón que vengó a De Molay

Grabado de la ejecución de Jaques de Molay, último Gran Maestre de la Orden del Temple

En una conversación con Víctor Hugo en 1840, un hombre llamado Leboucher; quien había llegado a París desde Bourges en diciembre de 1792 y estuvo presente en la ejecución, dijo:

He aquí algunos detalles desconocidos. Los ejecutores eran cuatro; sólo dos realizaron la ejecución; el tercero permaneció al pie de la escalera, y el cuarto estuvo junto al carro que iba a transportar el cuerpo del rey al cementerio de la Magdalena y el cual estaba esperando a unos pocos pasos del cadalso. Los ejecutores llevaban calzones, abrigos al estilo francés tal y como la Revolución los había modificado; y sombreros de tres picos con enormes escarapelas tricolores. Ejecutaron al rey con sus sombreros puestos, y fue sin quitarse su sombrero que Sanson (su ejecutor); sujetando por su cabello la cabeza cortada de Luis XVI, la mostró a la gente, y por unos pocos momentos dejó la sangre gotear por el cadalso.

Una popular aunque apócrifa leyenda asociada con la ejecución sostiene que tan pronto como la cuchilla cayó, un masón saltó sobre el cadalso, hundió su mano en la sangre, salpicó con ella a la multitud y gritó: «¡Jacques de Molay, estás vengado!» («Jacques de Molay, tu es vengé!»). 

Jacques de Molay (muerto en 1314), último Gran maestre de la Orden del Temple, había maldecido a un ancestro de Luis XVI, Felipe IV de Francia, tras haber sido condenado por éste último a ser quemado en la hoguera en base a confesiones hechas bajo tortura. La historia se difundió rápidamente y la frase sigue empleándose actualmente para referirse al triunfo de la razón y la lógica sobre la superstición religiosa.

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Publicado por:

Garibaldi

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