De la histórica pugna entre la GLE y el GOE

Dividida la masonería en dos ramas mayoritarias seriamente enfrentadas estas hasta principios de 1933, las dos obediencias tendrían litigios durante dos largos años. La razón de ello sería el recelo de la Gran Logia Española de la política expansionista del Grande Oriente Español. Este recelo provocaría la histórica guerra entre la GLE y el GOE que hoy les relatamos.

En 1931 el conjunto de la organización masónica de España estaba repartida en dos obediencias mayoritaria reconocidas ambas por diversas potencias masónicas extranjeras que agrupaban prácticamente la totalidad de los masones españoles. Se trataba del Grande Oriente Español y de la Gran Logia Española. A pesar de ser absorbida finalmente el Grande Oriente Español por la Gran Logia de España, en los primeros años de la II República, la mayoría de las logias estaban integradas en la estructura federal del Gran Oriente Español. La proporción de organismo pertenecientes a este oriente, en comparación con los correspondientes a la Gran Logia Española, era de tres a uno aproximadamente. Así pues, esta histórica guerra entre la GLE y el GOE se llevaría a término en un largo contencioso regido por autoridades masónicas internacionales.

El Gran Maestre de la Gran Logia Española: “Pierden, pues, lastimosamente el tiempo, los que guiados por un espíritu absorbente, no aspiran a otra cosa que a la destrucción de la Gran Logia Española”

El origen de dicho hecho fue el abandono, durante 1930, de 13 talleres de la Gran Logia Española sin efectuar los requisitos preceptivos recogidos en la normativa masónica. A su vez, los talleres fueron auspiciados en el Grande Oriente Español. Debido a este hecho ,que suponía una grave infracción de los pactos de amistad que ambas obediencias, La Gran Logia Española recurrió a la Asociación Masónica Internacional para intentar sancionar a la otra potencia. Dicha entidad masónica internacional convocó varias reuniones para solucionar el conflicto, la cuales fueron arena de combate donde las dos potencias masónicas del momento intercambiaron duras acusaciones. Como ejemplo de ello, El Gran Maestre de la Gran Logia Española, en su alocución a los participantes en la asamblea de la obediencia, celebrada en La Línea en mayo de 1932 dijo al respecto: “Pierden, pues, lastimosamente el tiempo, los que guiados por un espíritu absorbente, no aspiran a otra cosa que a la destrucción de la Gran Logia Española”

José Ignacio Cruz Orozco:“entre los altos organismos de la Gran Logia Española siguió existiendo un constante temor ante la tendencia expansionista de la otra obediencia”

Finalmente, una Comisión designada por la Asociación Masónica Internacional, fallaría a favor de la Gran Logia Española. Al parecer, el fallo del organismo fue que el Grande Oriente Español, al auspiciar las logias de la Gran Logia Unida, había cometido “una infracción a una de las reglas tradicionales que deben ser observadas en las relaciones fraternales entre obediencias masónicas”. La potencia infractora, debido a su situación predominante , sólo fue reprendida por escrito, y no se le impuso sanción alguna. Sin embargo, no fue esta la única situación que crispó a la Gran Logia Española. También se cruzaron fuertes acusaciones debido a la escisión y cambio de obediencia de uno de los sectores más fuertes y numeroso: la Logia Añaza de Santa Cruz de Tenerife en junio de 1931.

No obstante, pese a los enfrentamiento contenciosos y disputas  que caracterizó esta histórica guerra entre la GLE y el GOE, el fenómeno de trasvase de talleres de la Gran Logia Española al Gran Oriente Español, no cesó de producirse durante toda la etapa republicana. José Ignacio Crudo Orozco ­Catedrático de la Universidad de Valencia y miembro fundador del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME)­ afirmó en sus obras: “entre los altos organismos de la Gran Logia Española siguió existiendo un constante temor ante la tendencia expansionista de la otra obediencia”

 GLE y el GOE
 entre la GLE y el GOE