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Simón Bolívar y su calidad masónica


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Simón Bolívar y su calidad masónica

 

 

 

 

Autor: Christian Gadea Saguier/ Fuente: Blog los Arquitectos

Hace unos tres años decidí investigar la pertenencia de Bolívar a la Masonería. Desde mis primeros pasos, escuché todas las leyendas sobre el Libertador, y en una estadía en Buenos Aires adquirí algunos libros que los utilizo como base para esta nota.

Simón es un personaje bastante singular, adelantado a su época, junto con los otros padres de la emancipación americana, pretendieron una sola América, principio tibio y un tanto mediocre que están realizando hoy nuestros políticos, pero en fin, el inicio de aquel sueño.

Tomo como punto de partida, el relato de uno los importantes biógrafos del Libertador, Jules Manzini, quien afirma que se inició en Cádiz en la logia mirandista Lautaro. Sobre esta base se abordarán las pesquisas.

Las logias mirandistas eran aquellas fundadas por el hermano Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, el verdadero precursor de la Independencia Americana, aquel hombre que le dio a Colombia el nombre del país, combatiente de un montón de batallas ganadas o perdidas, formó parte del contingente de hermanos franceses que lucharon al lado de los filadelfos de Franklin en la gesta emancipadora de Estados Unidos. Ese hombre universal, cuyo nombre figura en el Arco del Triunfo en París, soñador, libertario, incansable luchador, combativo, culto, intrigante y maquinador, fue realmente un masón creador de logias e instigador de sociedades secretas que conspiraban en pro de la libertad de América.

Iniciación

Luego de la muerte de su esposa, Maria Teresa del Toro, ocurrida a comienzos de 1.803, Simón José Antonio se encuentra en un gran estado de abatimiento “rayano en la desesperación”. Buscando salidas a su situación interior, viaja a España. Se dice que en Cádiz, en la logia gaditana Lautaro, es reconocido, admitido y proclamado como aprendiz masón.

Aunque se insiste en que su iniciación se efectuó en 1.803, el Libertador no llegó a esta ciudad sino hasta diciembre de ese año, lo que hubiera obligado a golpear a las puertas de la Orden y a ser admitido en un lapso muy corto. Pero además, no había llegado a la mayoría de edad (debemos recordar la fecha de su nacimiento: 24 de julio de 1.783), lo que dificultaría aún más su recepción en los Templos en ese año. Igual dificultad enfrentamos con quienes afirman que su ingreso a la Orden no ocurrió sino hacia febrero de 1.804.

En tal razón, su Iniciación debió haber ocurrido luego del 24 de Julio de 1.804. Veremos más adelante que el año de 1.805 resulta más verosímil.

Por otra parte, se ha llegado a decir que Simón José Antonio fue iniciado no en la logia Lautaro, sino en una logia llamada Londres # 5 en 1.806, dato que resulta muy discutible sobre todo si tiene en cuenta que uno de los pocos documentos, claros y veraces, que se tiene de las actividades masónicas de Bolívar, el Trazado de su aumento de Salario fechado el 11 del mes 11 del año 1805.

Existirían unos argumentos un tanto peregrinos a favor de la fecha de 1.806, basados sobre todo en los calendarios masónicos versus los de la era vulgar, ya que el año masónico 1.805 inició el 24 de junio y terminó el 23 de junio de 1.806. No discutiré el tema ya que no tengo las bases suficientemente sólidas para considerar lo de la Logia Londres # 5.

Veamos entonces lo referente a la opinión más extendida, es decir su iniciación en 1.803. Para ello deberíamos aceptar la aseveración de Saurat, en el sentido que antes del segundo viaje a Europa, el Libertador ya se había puesto en contacto en Caracas con representantes de Miranda para buscar su iniciación a los pocos días de su llegada a Cádiz, ciudad a la que arribó en diciembre de ese año; ¿Qué tan posible es esto?

A falta de documentación, doy el paso a las condiciones psicológicas del Libertador. A su llegada a España se encuentra muy deprimido por su viudez. Un duelo de estas características impide o al menos dificulta la vinculación de una persona con actividades relacionadas con lo intelectual, debido a la fijación del pensamiento en el sujeto perdido, máxime si la persona se solaza en su tristeza como ocurrió con Bolívar. El afirma, recordando ese momento de su vida: “la pena de amor es un tormento, pero un tormento delicioso”.

Bajo esas condiciones, con el conflicto de atracción hacia su sujeto perdido y al mismo tiempo repulsión frente a su pérdida que lo lleva ambivalentemente a dejar su casa en San Mateo, en donde vivió su idilio y su pérdida y al mismo tiempo a ir al encuentro de su suegro para llorar juntos, el pensamiento se encontraría fijado en su Maria Teresa, con dificultad para fijar su libido en nuevos sujetos cargados emocionalmente, como son por ejemplo, una iniciación. De modo que existe un determinante psíquico que creo difícilmente le permitiría acercarse a la Orden.

Ahora bien, luego de su salida de España, llega a París a comienzos de mayo de 1.804, ciudad en la que aparece una franca defensa maníaca orientada hacia el manejo de su tristeza: buena vida, baile, juego, juerga, mujeres, teatro, palco propio en la ópera, gastos excesivos de dinero, compra de caballos y de carruaje, sosteniendo públicamente una bailarina, cambio de pasión erótica cada 15 días, preocupación por la moda al punto de haber puesto en boga en París el sombrero “bolívar”; estas demandas narcisistas cuya satisfacción debía ser inmediata, esta presión instintiva, esta “borrachera dionisiaca” no es ciertamente el estado anímico más propicio para entregarse a una iniciación, ¿o si?.

Se podría argumentar que era un hipomaniaco y que tales personas se caracterizan por su hiperactividad física y mental teniendo la posibilidad de vincularse a múltiples acciones al mismo tiempo, pero personalmente creo que Simón José Antonio, esta aparente hipomanía se relaciona mejor con un trastorno fronterizo de la personalidad, más que con una enfermedad afectiva.

En todo caso, luego de algunos meses, su defensa se rompe y reaparece la tristeza que le lleva a un cambio en su estilo de vida, a buscar algo concreto de que asirse, algo que le brindara esperanzas y este algo llegó bastante entrado el año de 1.804 en la persona que le ofreció un punto de amarre durante su adolescencia, sin el cual no se hubiera sostenido. El mismo Libertador lo llama “el Sócrates de Caracas, un amigo mío que adoro”, en su maestro Simón Rodríguez, quien era masón.

Al día siguiente del encuentro con Rodríguez, Simón José Antonio abandona su lujoso apartamento parisino y se instala en otro más modesto, en compañía de su querido maestro. A partir de este momento se presenta un cambio cualitativo en el Libertador, renaciendo su interés por Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Spinoza y los Enciclopedistas, entre otros.

Ya su estado anímico es más receptivo para una búsqueda masónica y creo yo, que estaban dadas las condiciones de edad y juicio interior para recibir las influencias del pensamiento masónico de su mentor y de buscar su admisión en la Orden.

Aumento de Salario

Ahora bien, Simón José Antonio llegó a París en la primavera de 1.804 y allí, a los 22 años de edad recibió su Aumento de Salario al grado de Compañero en la muy respetable madre logia de San Alejandro de Escocia, que se reunía el primer y tercer miércoles de cada mes. Todo indica que fue el día 11 de noviembre de 1.805, según un trazado original que conservaba el Supremo Consejo del Grado 33 para Venezuela, cuyos certificados de autenticidad pueden ser encontrados en el texto de Carnicelli.

Es una lástima que ese documento con la firma autógrafa del Libertador haya desaparecido por acción del fuego durante un incendio en 1.990. Sin embargo, existen copias como las que reposan en las Fundaciones John Boulton y Nectario María.

El Trazado está en francés y su traducción es la siguiente: “A la gloria del Gran Arquitecto del Universo, el 11 de noviembre de 1805 los trabajos de Compañero han sido abiertos al Este por el respetable hermano de Latour d’Auvergne, alumbrando el Oeste y el Sur por los respetables hermanos Thory y Potu: la lectura de la última plancha trazada ha sido hecha y aprobada, el Venerable ha propuesto que se eleve al grado de Compañero al hermano Bolívar recientemente iniciado a causa de un próximo viaje que está a punto de emprender. El parecer de los hermanos habiendo sido unánime para su admisión y el escrutinio favorable. El hermano Bolívar fue introducido en el Templo y después de las formalidades necesarias ha prestado a los pies del Trono la obligación usual; fue colocado entre los dos Vigilantes habiendo sido proclamado caballero Compañero masón de la respetable madre logia escocesa de San Alejandro de Escocia. Este trabajo ha sido coronado por un triple hurra y el hermano, después de haber dado las gracias, ha ocupado su lugar a la cabeza de la Columna del Mediodía. Los trabajos se han cerrado del modo acostumbrado”.

Exaltación

Sobre la exaltación de Simón José Antonio al sublime grado de Maestro se tienen pocos documentos fidedignos.

Mientras se encontraba en Bucaramanga, en mayo y junio de 1.828, esperando los resultados de la convención de Ocaña, Bolívar le cuenta a su edecán, Perú de Lacroix, Grado 33, que había sido exaltado en París, dato confirmado por Edgar Perramón, historiador de la Gran Logia de Venezuela.

El nombre de Bolívar figura en los documentos de la logia San Alejandro de Escocia, de último en la Columna de Maestros, en un documento editado por esta Logia en diciembre de 1.805, lo que podría significar que le fue conferido el Grado en esta Logia al poco tiempo de su aumento de Salario. Pero no debemos olvidar el problema de las fechas masónicas y profanas ya esbozado.
Desconocemos la fecha exacta y la Logia en la que se realizó su exaltación. Se dice que fue en agosto de 1.806, pero no hay pruebas de ello.

Para otros, el Grado le fue conferido durante la misión a Londres en 1.810 en la logia mirandista La Gran Reunión Americana, pero van en contravía de las palabras del Libertador. Si ello hubiera sido así, debió ocurrir en algún momento entre el 10 de julio y el 21 de setiembre, fechas de llegada y partida de Inglaterra. Efectivamente, Bolívar conoció allí a Miranda y fue introducido a su grupo de amigos curiosamente durante un té que este ofreció en homenaje al Libertador.

Luego de su regreso a Venezuela, ingresó a La Sociedad Patriótica que era la parte visible de la masónica caraqueña, por lo que se podría pensar que estaba afiliado a alguna Logia. Debe anotarse que la Masonería Venezolana había comenzado en 1.808, con la logia San Juan de la Margarita, en la Isla Margarita viéndose reforzada en 1.810 con el triángulo masónico de Barcelona.

Altos grados
En el museo masónico de New York se encuentra el mandil y el collarín de Bolívar correspondientes a su Grado 32.

Se dice que fue investido en Caracas con el Grado 33 de manos de José Cerneau, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Hemisferio Occidental de New York, el 21 de abril de 1.824, figurando su nombre en la lista nominal que reposa en el Archivo General de la nación en Caracas.

Sin embargo, que haya sido investido por Cerneau es imposible, ya que para esa fecha, como se encuentra perfectamente documentado, Bolívar se encontraba en el Perú, específicamente en la ciudad de Jauja.

Ante esto, se ha mencionado que recibió su alta investidura en el Perú de manos del general de brigada, el puertorriqueño Antonio Valero de
Bernabé, pero el problema con esta afirmación es que el mencionado hermano, afiliado a la logia Fraternidad Bogotana # 1 y luego visitador de la logia Filantropía Bogotana # 16, tenía tan solo Grado 32, habiendo recibido el Grado 33 definitivamente con posterioridad a 1.843.

Efectivamente, Valero fundó varias logias en el Perú y a comienzos de 1.825 levanta columnas de la única logia militar ambulante que existió en el ejército del Libertador, la Unión Auxiliar. Es más, el Libertador teniendo problemas con él, lo saca del Perú y se queja del general ante el hermano Santander. “Últimamente ha dejado establecidas unas cuantas logias que no dejan de dar qué hacer”.

Así las cosas, queda desvirtuada la versión que el realmente ilustre Valero hubiera conferido el Grado 33 al Libertador.

¿En ese caso no sería más probable que el Grado 33 se lo hubiera conferido su edecán Luís Perú de Lacroix, que como se mencionó, pudiera haber sido representante de algún Supremo Consejo?

No habiendo por el momento otros datos que aportar, con muchos puntos aun por resolver, queda por lo menos establecido que Simón José Antonio de la Santísima Trinidad si fue francmasón.

 

 

 

Publicado por:

Diario Masónico

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Comments

  1. Joze Mego    

    El acercamiento a la verdad sobre Simón Bolívar y su pertenencia a la Orden Masónica, por caso de Christian Gadea Saguier, extraído del Block «Los Arquitectos» Son, sin lugar a dudas, un esfuerzo por sembrar la duda, para que quienes hemos tenido el gusto de saborear los datos, los investiguemos, más a fondo.

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