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Tabla Redonda: El silencio interior (vídeo)


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La primera etapa del aprendizaje masónico está signada por el silencio como medio hábil de lograr una atmósfera de trabajo adecuada y una herramienta eficaz para el desarrollo intelectual y cultivo de la mente.

Es una herramienta hábil como un inductor hacia la calma interna necesaria para contrarrestar la ansiedad y la prisa impuesta desde las tentaciones del mundo profano.

Los Hermanos Aprendices, dedicados a la talla y desbaste de la piedra bruta en silencio; somos símbolo vivo y operante de quien trabaja en la construcción de su propia perfección, de quien busca alcanzar los más altos principios intelectuales, morales y sociales que modelen nuestro carácter plenamente; puesto que esta actitud implica una buena cuota de fuerza de voluntad para contener nuestra necesidad natural de polemizar y expresar nuestros pareceres. El silencio nos dará la paciencia necesaria para la resolución de problemas, nos dará la posibilidad de elección de la palabra precisa cuando se nos habilite el uso del verbo; nos dará la posibilidad de brindar una respuesta adecuada, inteligente, fraterna, libre de egoísmos, de falacias y ofensas pero sí cargada de luz.

Origen del silencio masónico

       Históricamente, en la comunidad filosófico-educativa que significó la Escuela Pitagórica (sabido era una escuela Iniciática); sus discípulos se distinguían en tres grados, siendo el primero el acústico, así llamado para aprender a silenciar la mente, en el cual se imponía un período de noviciado de tres años, en donde se les admitía como oyentes, observando un silencio absoluto, como método de asimilación de conocimientos y adquisición de mesura; como instrumento para el desarrollo de la razón y meditación. Posiblemente sea este el origen del periodo de aprendizaje adoptado por los masones como método.

Como virtud

Para aprender a callar, hay que ser consciente de nuestras flaquezas… ¡vaya que resulta a veces difícil encontrar nuestro silencio interior! De esa dificultad deriva sin duda la mayoría de los vicios del ser humano; pues la palabra resulta ser la consecuencia directa de nuestros pensamientos, la expresión audible de nuestros sentimientos y pareceres. La mejor palabra es aquella que es breve y concisa, la sabia, la que transmite la verdad, la que persigue el bien. Aprender a hablar poco, lo justo y suficiente, significa en el masón en general, no sólo en el Aprendiz; la fuerza de voluntad, el carácter templado, el dominio de sí mismo, la elevación de su espíritu.

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Publicado por:

Garibaldi

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Comments

  1. Josè Maximiliano Alemàn Molina    

    A mis 77 años. DE VIDA…. ENCUENTRO UN CONOCIMIENTO…. que me hará VIVIR MAS.

    NO ME MUERO…. HASTA adquirir mucho conocimiento.

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