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El significado de las velas en las tenidas


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El significado de las velas en las tenidas

 

 

 

[Tomado de: Juan Carlos Daza.- Diccionario Akal de Francmasonería.- Ediciones AKAL]

VELAS.- Las velas, como su nombre indica, sirven para desvelar e iluminar los secretos. Su simbolismo está estrechamente unido al de la llama, al de la luz, y masónicamente, al de las estrellas.

Desde el punto de vista esotérico, ya en las Sagradas Escrituras (Génesis) encontramos la primera referencia que une al hombre con la Luz, la cual fue creada en el cuarto día para que fuera posible la fundación de la materia viva sobre el mundo. Esta referencia nos sugiere un hombre no creado, que vivía en un mundo vacío y sin forma. El hombre ya creado, al recibir el conocimiento de la luz, vivió feliz hasta que Lucifer (o Prometeo en la mitología griega) le enseñó el uso del fuego, deslumbrando a los hombres. Desde ese momento. el hombre sustituyó la luz Verdadera por la luz del Fuego, encontrándose con su propio libre albedrío al reconocer un nuevo conocimiento, más humano, más terrena]. A pesar de ello, el hombre nunca ha perdido el sentido trascendente de la existencia, reconociendo al fuego como una manifestación divina, como la puerta hacia la iluminación.

El uso tradicional de las velas es bastante conocido; se puede encender una vela para eliminar malos olores (ya que la cera posee la propiedad de disolver los perfumes), para celebrar una e1eméride (luz que se consume como los años), para atribuir interioridad a un acto, para velar al difunto (la luz del alma que asciende), etc.

Encender una vela comporta un ritual, es tocar una puerta, invocar a fuerzas superiores en concordancia con nuestra voluntad. Así, el papel que desempeñan las velas dentro de un ritual es devocional y esotérico, por lo que se debe observar un código que nos conecta devocional y etéricamente con el trabajo:

Sólo se debe usar una vela por iluminaria y trabajo: una vela para cada cosa. Escoger la vela adecuada para el trabajo a desarrollar, encenderla, sólo, por astilla de madera o mecha y apagarla con un apaga­velas (nunca soplando).

Cuanto más pura sea la cera de la vela, más pura será la conexión con nuestra interiorización. Deberá tener pues el mayor porcentaje de cera de abeja posible.

Tomar conciencia clara, del cómo, cuándo y porqué se enciende una vela (p.e. sabiduría, fuerza y belleza para el trabajo).

La luz con que se ilumina el templo masónico es de vital importancia para el desarrollo de las tenidas. Simboliza la luz del mundo, el Hijo divino, el Sol que hay detrás del Sol; luz que está representada por la denominada “Luz Eterna” (iluminaria que se sitúa en el Oriente, al pie del Altar de la Verdad). Antes de la apertura de una tenida, sólo el Oriente tiene luz (luz eterna), la cual nunca debería apagarse (habría que disponer para ello de una lamparilla de aceite) pues representa la Luz que brilla en un espacio consagrado como es el templo, y que ha trasmitido otra logia o Grandes Oficiales en un ceremonial de Consagración del lugar. Ningún ritual debe tener lugar a menos que esta luz perpetua esté encendida.

En el templo masónico las llamas de las velas reciben el nombre de estrellas, por lo que encenderlas se dice “hacer visibles las estrellas”. Está iluminado por dos tipos de estrellas: las que corresponden al mundo de los arquetipos y las que representan el mundo material; en el grado de Aprendiz, las primeras corresponden a los pilares de la Sabiduría, Fuerza y Belleza, y las segundas son las que están en los sitiales del Venerable y Vigilantes, correspondiendo a su manifestación. Estas últimas, en el grado de Compañero ascienden a cinco, con las iluminarias del Orador y el Secretario: y en el grado de Maestro a siete, con las del Tesorero y Hospitalario.

El ritual de encendido de las luces consiste en la invocación de las fuerzas inmanentes en el Templo. En él, el Venerable dice: “Hermanos vigilantes, uniros a mí en el Oriente para encender nuestras antorchas y hacer visibles las estrellas … “, tras lo cual el venerable desciende el primer escalón al Noreste y enciende su antorcha “tomando luz” de la Luz eterna, y como portador de ésta, se la pasa a los vigilantes para que éstos tomen luz de la suya: tras lo cual, cada uno enciende la estrella de su pilar y sin apagar su antorcha llevan esta luz hasta sus sitiales para encender sus estrellas materiales como reflejo del mundo de los arquetipos que son.

La vela podrá ser de color si éste es el adecuado al trabajo a desarrollar y el producto colorante utilizado no resta pureza a la cera y limpieza de la llama. Lo habitual es que de forma genérica se utilicen sólo velas blancas (al comprender el blanco a todos los colores).

La utilización de velas de color es compleja, pues dependerá de cómo ha de desarrollarse el Rito, de la dificultad de encontrarlas de cera y sin estar perfumadas, etc. De forma genérica se pueden establecer las siguientes correspondencias:

– Vela naranja: representa al Sol: utilizada para trabajos en los que se pide alegría y paz, protección, creatividad y placeres, etc., y esotéricamente para recibir la Luz y alimentar al espíritu. (p.e. Tenida del Solsticio de verano).

– Vela blanca: representa a la Luna: simboliza la limpieza, la pureza y armonía del trabajo. (p.e. Tenidas Ordinarias).

– Vela roja: simboliza el principio de la raza en el mundo y se utiliza para trabajos de la Autoridad o impulso de protección. (p.e. Tenidas Magnas de la Obediencia).

– Vela amarilla: simboliza la mente del ser humano y los actos de la misma, el orden, el razonamiento, la lógica, etc. (p.e. Tenidas de Instrucción).

– Vela púrpura: simboliza los estudios, así como los juicios y la autoridad. (p.e. Tenida Cámara de Justicia).

– Vela azul: ligada al plano emotivo y todas las relaciones del plano afectivo. Simboliza la reconciliación, la pasión, el amor, etc. (p.e. Tenida Lovetón).

– Vela verde oscuro: vinculada con la realidad del mundo, representa a nuestros antepasados (p.e. Tenida Fúnebre).

El simbolismo de la vela (o cirio), por estar hecha de cera, adquiere también parte del simbolismo de la abeja: trabajo, justicia, actividad y esperanza. Su simbolismo por otra parte enlaza con el temario, pues según la tradición cristiana, la cera representa al Padre, la mecha al Hijo y la llama al Espíritu Santo, o cuerpo, alma y espíritu (imagen de la sublimación espiritual).

La llama es vivificante y ritual, mientras que la luz eléctrica tiene siempre algo de artificial, por lo que un verdadero Templo debería estar solamente iluminado por llamas de vela o lámparas de aceite de oliva. En este sentido, la antigua liturgia cristiana explicaba: “…hay que evitar cerca del Tabernáculo toda luz artificial. El olivo significa la paz, caridad, abundancia y fecundidad, pero preferiremos la cera al aceite de olivo porque la llama es más limpia y bella, así como más cómoda de utilizar”. Las velas en el templo masónico son fuego sagrado, por lo que su uso no debería ser abandonado o sustituido.

Cuando un visitante destacado entra en el Templo, el maestro de Ceremonias le precede con un candelabro de tres estrellas, cada una de las cuales habrá encendido en cada uno de los pilares. Esto representa la luz del Venerable y Vigilantes, que sin moverse de sus sitiales salen a recibirle y acompañarle.

 

Fuente: http://canarianfreemasonry.org/inicio/archivos/620

Publicado por:

Garibaldi

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Comments

  1. Antonio Hernandez    

    HOLA, SOYel Q:.H.: ANTONIO HERNANDEZ V.:H.: de la Resp.:Log.: Simb.: Miguel Tejeda Nº 257 al Or.: de la Asunción estado Nueva Esparta Venezuela la bella isla de Margarita donde ejerzo de Orad.:Fisc.: y estoy leyendo sus piezas de arquitectura con mucho interés.gracias os doy por sus luces y conocimientos

  2. cincinato    

    Solo tengo palabras de admiración la verdad, por esto y por todos los trabajos que se publican por el autor.

    Cincinato

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