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El I.·.P.·. H.·. Vicente Hernández Gil ya ocupa su columna en el Oriente Eterno


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¡¡¡D.·. D.·. D.·.!!! El Q.·.H.·. Vicente Hernández Gil, partícipe de los corazones de sus HH.·., hombre íntegro, leal, utópico, luchador, Masón querido por sus HH.·. y persona querida por todos, ha pasado al O.·. E.·.

Hermanos míos, nuestro H.·. no oye nuestra voz. También
él, como esta luz, brillaba lleno de vida; como ella era el guía
del amigo y amante de la verdad, más como ella un soplo lo ha
extinguido y abismado en las tinieblas. En vano le llamamos a
este templo. No existe ya. Su voz se ha perdido para nosotros.
Tributémosle los últimos honores, y que en el seno de la
eternidad, en donde habita, acoja nuestro dolor y nuestro
llanto.

Extracto del Ritual de Honras Fúnebres Masónico

Al intentar glosar la figura de nuestro Q.·. H.·. Vicente Hernández me embarga la emoción. Su carácter afable, su vasta cultura y laicismo, el infinito amor para con sus Hermanos, su humildad, su generosidad, su espíritu humanista, la multitud rasgos personales que todos los que le conocimos sabemos, conformaban un espíritu selecto, un hombre que atesoraba muchas de las cualidades que otorgan dignidad al ser humano.

Su figura humana es sobradamente conocida por los HH.·. , en el que realizaba su trabajo, y también por aquellas personas que rinden homenaje póstumo al familiar o al amigo al que amaron y que, en adelante, amarán en el recuerdo.

Rememorar es renacer espiritualmente y yo deseo hablar contigo Vicente. No acepto tu muerte. Sé que el tiempo es una magnitud virtual, y porque es relativo nuestra separación es sólo temporal.

Tu vida ha sido plena Vicente: tu labor profesional fue una carrera constante como Ingeniero en la Diputación de Alicante. Fuiste un hombre de progreso y eminentemente laicista, cualidades imprescindibles para un M.·. M.·., fuiste fiel a tus ideas y las defendiste con tus actos y tu palabra. 

Has profesado una fe inquebrantable a tu familia, y como diría el poeta: “Temprano levantó la muerte el vuelo”. Nos dejas temporalmente en el otoño de tu vida y, un alud de las nieves de tu invierno y tu tiempo no vividos, inunda el valle de tu historia y de la nuestra, y se convierte en arrollo de memoria viva.

Tras una lluvia de tristeza incontenible que nos ha calado emocionalmente al conocer tu paso al Oriente Eterno, alígeros levitamos del estremecimiento del dolor a una serena placidez, del abatimiento de la consternación a una paz de silencio espiritual, y de un penoso desaliento a un reconfortante consuelo. Sólo te ausentas temporalmente querido amigo, y podemos manifestar el orgullo de contarte entre las personas amadas y que nos han amado.

De ti hemos aprendido generosidad, una de las asignaturas más difíciles en esa «escuela» que es el mundo actual, enfangado por una cicatería avarienta que enferma de codicia al espíritu humano.

También hemos aprendido de tu honestidad, otra asignatura difícil, porque la verdad es incendiaria y abrasa a su paso a la hipocresía.

A muchos nos dejas huérfanos de amigo en una cadena de unión sin el eslabón más notable, por tu verbo sereno y firme.

Vicente, querido amigo, Queridísimo Hermano, hasta pronto… hasta siempre… Ya trasciendes el espacio y el tiempo, toda la energía que ha conformado tu ser se transforma en una nueva infinitesimal parte de ese proceso termodinámico universal evolutivo que algunos, llaman Dios. Ya has vuelto al barro y a la piedra del valle que, como agua de deshielo, esculpes un simbólico cauce en nuestras memorias.

Poema indio Cherokee

No te pares en mi tumba a sollozar.
No estoy ahí, no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan
y sostienen las alas de los pájaros.
Soy el destello del diamante sobre la nieve.
Soy el reflejo de la luz sobre el grano maduro,
soy la semilla y la lluvia benévola de otoño.
Cuando despiertas en la quietud de la mañana,

soy la mariposa que viene a tu ventana,
soy la suave brisa repentina que juega con tu pelo.
Soy las estrellas que brillan en la noche.
No te pares en mi tumba a sollozar.
No estoy ahí, no he muerto.

Recibe nuestro ósculo de la paz. Vicente, querido amigo, hasta pronto… hasta siempre…

He dicho

Garibaldi 

Entrevista a Vicente Hernández Gil, en donde se puede apreciar su visión de la masonería

Publicado por:

Garibaldi

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