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Sandino masón y teósofo


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Sandino masón y teósofo

 

 

 

¿Existió un intento de formar una red organizada de pensadores teósofos en Latinoamérica para la gestación de un modelo alternativo fundamentado en principios espirituales?

Aunque suene extraño o disparatado, esta hipótesis viene siendo estudiada por varios investigadores en los últimos tiempos, los que intentan desvelar qué vínculos ocultos existían entre Francisco I. Madero, José Vasconcelos, Víctor Raúl Haya de la Torre y Augusto Sandino, entre otros.

De acuerdo al chileno Eduardo Devés Valdés, “la Teosofía contribuyó a modelar, en algunos intelectuales y políticos de la región, un particular tipo de liderazgo mesiánico y a veces carismático” (1), en el marco de una “sensibilidad teosófico-oriental [que] impregnó buena parte del quehacer intelectual y político. En particular, la red intelectual más importante de los años 20 –aquella que armó un proyecto social (socializante), mestizófilo, indigenista, antiimperialista– pensó y se pensó en buena medida con categorías provenientes de lo teosófico-orientalista.

En este esquema, un cierto pacifismo, la reivindicación de lo telúrico, la armonía de las razas y las culturas, la búsqueda en lo indígena de una sabiduría ancestral, la rebelión contra un “positivismo” o un “pragmatismo” de limitados horizontes, son ideas coherentes con el clima descrito” (2).

Wünderich, por su parte, comenta que “las enseñanzas teosóficas impresionaban por su erudición filosófica, su universalismo, y su tolerancia frente a todas las religiones.

Al mismo tiempo marcaban nuevas pautas en la ética personal. Su prédica de la fraternidad universal encajaba bien con la herencia masónica que entonces muchos compartían, incluso podía articularse con las tendencias democráticas y populistas de la época” (3), es decir que “los intelectuales de Centroamérica estaban buscando nuevas orientaciones que superaran la estrechez de las ideas hasta entonces en boga” (4).

Teniendo en cuenta esta idea, en el presente artículo me centraré en el trasfondo teosófico-masónico del revolucionario nicaragüense Augusto César Sandino, siendo totalmente consciente que el actual “sandinismo” de Ortega (o el movimiento político que se ha autoproclamado continuador de su obra) no está en la misma sintonía que su referente histórico, pues ha preferido ocultar o ignorar las tendencias espirituales de Sandino, sustituyendo a la incómoda Teosofía oriental por un ateísmo militante o bien por la “conveniente” Teología de la Liberación (5).

Sandino y la Teosofía

De acuerdo con Donald Hodges, el primer contacto de Sandino con el esoterismo fue en Buenos Aires (Argentina) en el año 1904 (6). Otros se inclinan, con más fundamentos, que su vínculo definitivo con la Masonería se gestó en la ciudad de Mérida (Yucatán) a mediados de 1929 donde fue recibido “por diversas asociaciones, principalmente grupos masones de la Logia Francisco Morales G. y del Partido Socialista del Sureste” (7).

Durante su permanencia en Mérida, Sandino no solamente habría sido iniciado en la Orden Masónica sino que también habría tomado contacto con la Teosofía, aprovechando la “casual” visita del conocido teósofo cingalés Jinarajadasa al Yucatán, donde brindó varias conferencias organizadas por la Logia “Mayab”, una de ellas sobre “Ideales de la Masonería”.

Según cuentan las crónicas, de esta charla “masones y profanos quedaron gratamente impresionados. (…) Los profanos supieron de labios autorizados que las enseñanzas masónicas no están reñidas con sectas ni religiones, y si antes al contrario su origen místico es similar al de las religiones porque tanto ésta cuanto las otras han sido creadas y son inspiradas por grandes instructores espirituales de un solo origen porque todos ellos son servidores de la Gran Fraternidad Blanca” (8)

Sandino fue invitado a esta conferencia por sus amigos masones y, después de la misma, pudo dialogar abiertamente con Jinarajadasa, quien confesó en sus memorias que “en Yucatán, en México, hablé con el Jefe rebelde Sandino, y escuché de sus labios una historia completamente diferente concerniente a liberales y conservadores” (9).

Las alusiones de Jinarajadasa a la Francmasonería no eran casuales, ya que una de sus misiones en Latinoamérica era fomentar y fortalecer la Masonería Mixta o “Co-Masonería”, íntimamente ligada a la Sociedad Teosófica (S.T.) por impulso de su presidenta internacional, Annie Besant.

En Mérida existía desde los años 10 una logia co-masónica llamada “Itzá” Nº 562 y el profundo vínculo entre la S.T. y esta logia puede observarse en la revista “Teosofía en Yucatán” donde aparecen constantes referencias a este taller que estaba conformado por hombres y mujeres.

Jinarajadasa en una logia co-masónica

Profundamente impresionado por la idea de unos instructores espirituales o “Maestros” que colaboraboran con la evolución del ser humano, Sandino aprovechó sus momentos de ocio en Mérida para conocer más a fondo las enseñanzas teosóficas. Abrumado por la dificulad intelectual que suponía la lectura de “La Doctrina Secreta” de Madame Blavatsky, el revolucionario se volcó por la lectura de las obras de Leadbeater, Besant, Krishnamurti (especialmente “A los pies del Maestro”) y algunos librillos de Joaquín Trincado que abordaban los problemas sociales desde una espiritualidad de corte teosófico.

Las obras de Trincado eran editadas por la EMECU (Escuela Magnético Espiritual de la Comuna Universal) y se sabe exactamente cuáles fueron las que leyó Sandino, ya que tienen una dedicatoria de Fuentes. Dice Giulio Girardi: “La fuente más importante de su pensamiento religioso parece haber sido una “escuela magnético-espiritual de la comuna universal”. Sandino la conoció por medió del tal Francisco Fuentes, quien le obsequió algunos tomos de la escuela, como recuerdo de su visita a Yucatán el 14 de diciembre de 1929. Gracias a la cortesía de Jorge Eduardo Arellano, he podido consultar una fotocopia de los originales leídos por Sandino, donde aparece también la dedicatoria de Francisco Fuentes. (…) Los libros son: “El espiritismo estudiado o Política del creador y Gobierno del Espiritismo” y “Los cinco amores, Ética y Sociología”. (10)

 

Plenamente convencido de la validez de las ideas de Joaquín Trincado, Sandino lo nombra corresponsal del EDSNN (Ejército Defensor de la Soberanía Nacional) en la lejana Argentina y en Mexico hace lo propio con Francisco Pulgarón, responsable de las relaciones exteriores de la EMECU en Veracruz. Asimisimo, el propio Sandino se convierte en “celador” de la EMECU en Nicaragua.

Sandino en México

De acuerdo al periódico nicaragüense “La Prensa”, “al regresar Sandino de México escribe sus textos más apocalípticos, como el Manifiesto “Luz y Verdad” (1931) y empieza a dirigirse a sus hombres como “Hermanos” y también les orienta que hagan lo mismo. Otra evidencia del giro filosófico de Sandino, según los especialistas, es que deja a un lado su lema de “Patria y Libertad”, que tanto acompañó en sus cartas en los primeros años de lucha en la montaña y lo cambia por el lema de la EMECU: “Siempre más allá”. (11)

En las “Conversaciones con Sandino” de Ramón de Belausteguigoitia en 1933 se perciben claramente las concepciones espirituales de Sandino. El entrevistador afirma que “la impresión que da el general Sandino, lo mismo en su aspecto que en su conversación, es de una gran elevación espiritual. Es, sin duda, un cultivador del “yoga”, un discípulo de Oriente”(12).

El periodista preguntó a Sandino: “He visto en los soldados un sentido espiritual admirable. Hablando con muchos de ellos, les he oído decir que la justicia estaba con ellos y que por eso vencían siendo tan inferiores. ¿Cómo ha conseguido inculcarles estos principios?”, a lo cual respondió éste: “Hablándoles muchas veces sobre los ideales de la justicia y sobre nuestro destino, inculcándoles la idea de que todos somos hermanos. Sobre todo, cuando el cuerpo desfallece es cuando he procurado elevar su espíritu.

A veces, hasta los más valientes decaen. Es necesario conocerlos, seleccionarlos. Y alejar el temor, haciéndoles ver que la muerte es un ligero dolor, un tránsito”. El sentido de “justicia” y de “leyes cósmicas” aparece reiteradamente en la obra de Joaquín Trincado que era llamado “Maestro Juez”. Incluso la publicación de EMECU (que Sandino recibía y leía en medio de sus campañas) tenía como título “La Balanza”.

El cronista Belausteguigoitia buscó profundizar sobre el aspecto espiritual de Sandino y le preguntó: “¿No cree usted en la supervivencia de la conciencia?”, tras lo cual se suscitó este jugoso diálogo:

“Sandino – ¿De la conciencia?
Yo – Sí, de la personalidad.
Sandino – Sí, del espíritu, claro está; el espíritu supervive, la vida no muere nunca. Puede suponerse desde el principio la existencia de una gran voluntad.
Yo – Todo es cuestión de palabras; para mí, eso es la religión, la trascendencia de la vida.
Sandino – Como le digo, la gran fuerza primera, esa voluntad, es el amor. Puede usted llamarle Jehová, Dios, Alá, Creador… (…) Yo tengo la convicción de que mis soldados y yo cumplimos con el que se nos ha señalado. Aquí nos ha reunido esa voluntad suprema para conseguir la libertad de Nicaragua.

Yo – ¿Cree usted en el destino, en la fatalidad?
Sandino – ¿Pues no he de creer? Cada uno de nosotros realiza lo que tiene que hacer en este mundo.
Yo – ¿Y cómo entiende usted, general, esa fuerza primera, que mueve las cosas? ¿Como una fuerza consciente o inconsciente?
Sandino – Como una fuerza consciente. En un principio era el amor. Ese amor crea, evoluciona. Pero todo es eterno. Y nosotros tendemos a que la vida sea no un momento pasajero, sino una eternidad a través de las múltiples facetas de lo transitorio.
Yo – Insisto en este punto, porque creo que toda gran obra solo se ha hecho a base de una gran fe, que yo llamo religiosa y usted la llama con otras palabras; pero que no es sino el empujón de un mundo espiritual. He apercibido en su ejército esa compenetración, esa espiritualidad.
Sandino – Si eso es todo, estamos compenetrados en nuestro papel; todos somos hermanos” (13).

Anastasio Somoza se burlaba de las concepciones teosóficas y espiritistas de Sandino y lo acusaba de ser un trastornado “maestro de Teosofía” (14).

En la edición de 1976 del libro de Somoza “El Verdadero Sandino o Calvario de las Segovias”, dice Francisco A. Mendieta en el prólogo: “La mente de Sandino estaba realmente desequilibrada, tanto por sus desmedidas ambiciones megalomaníacas como por las perturbaciones que le causaban sus incursiones desatinadas en el espiritismo, la cábala, las creencias orientales del karma, etc. Se creía un iluminado psíquico, un predestinado apóstol de las alturas.

Deambuló también erradamente en los campos de la teosofía, sin ninguna guía que pudiese señalarle el sendero de la Verdad. Se consideraba clarividente. Seguía un credo espiritualista transnochado. Y en su mundo de los espíritus, disparataba. Creía que magnéticamente, por medio de su voz, dirigía a sus huestes” (15).

En rigor de verdad, Sandino no era demasiado culto (16) y su comprensión de las enseñanzas esotéricas era bastante limitada, aunque entre sus pertenencias en el monte siempre contaba con algunos libros pequeños de Teosofía, entre ellos “A los pies del Maestro” de Jiddu Krishnamurti y varios ejemplares de la revista “La Balanza” de Joaquín Trincado.

Su sueño mayor consistía en la instauración de una fraternidad universal y así lo expresó en una nota del diario “La Nueva Prensa” el 26 de febrero de 1933:“Las fronteras tendrán que desaparecer y la América realizará el sueño del gran libertador. Mas no es sólo esto mi ideal sino lo grande y lo sublime sería que realizado esto, Europa y los demás continentes formaran la gran confederación, la gran fraternidad humana” (17).

Esta fraternidad no era otra cosa que un utópico “reino del amor” donde no existirían opresores ni oprimidos y donde se gestaría “una nueva comunión entre los hombres, si es que en cada uno de ellos también ha triunfado el amor y la justicia” (18).

Siempre en consonancia con los ideales de Justicia tomados de Trincado, Sandino declaraba que “la injusticia no tiene ninguna razón de existir en el universo, y su nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres antes de haber comprendido su espíritu. Pero la incomprensión de los hombres solamente es un tránsito de la vida universal; y cuando la mayoría de la humanidad conozca de que viven por el espíritu, se acabará para siempre la injusticia y solamente podrá reinar la Justicia” (19).

En una carta al general Pedro Altamirano, el revolucionario declaró lo siguiente: “Muy querido hermano: tenga usted presente y los demás hermanos que se encuentren en esta lucha de que soy simplemente, nada más que un instrumento de la Justicia Divina para redimir a este pueblo y que si yo necesito de alguna de las miserias que existen en la tierra es porque tuve que venir ante Uds. nacido también de una mujer y presentármeles lleno de las mismas miserias humanas como todos lo estamos en este mundo terrestre, pues, en otro caso, no podrían Uds.haberme creído si yo no estuviera lo mismo que Uds.” (20).

Como bien dice Rodolfo Cerdas Cruz: “La terminología teosófica adquiría en el lenguaje del general Sandino connotaciones muy particulares. La utilizaba para imponer su autoridad sobre sus subalternos, y para infundirles coraje, valor y confianza a las tropas. Les decía que la misión de los escogidos era la de venir a la Tierra a borrar la injusticia, y que todo hombre que lucha por la libertad de los pueblos es un continuador de Jesús y otros escogidos. Para Sandino, el Juicio Final sería el dia en que se destruiría la injusticia sobre la Tierra, y se instalaría el reinado de la justicia, que él llama de Luz y Verdad” (21).

Masonería y traiciones

No se sabe mucho acerca de las logias masónicas en las que Sandino participó. Algunos sostienen que fue iniciado en la logia “Chilam Balam” o en la “Finix” Nº 18 (¿Fénix?), mientras que otros afirman que participó en la Logia “Acción” Nº 31.

Sobre este punto, Esteban Pavletich (delegado del APRA en el ejército de Sandino) sostuvo en una entrevista de 1974 que “Sandino se había incorporado a la masonería en Mérida Yucatán a la Logia Chinambalán [sic]. Lo curioso es que en esa misma logia se hizo masón Haya de la Torre” (22).

Tampoco se conoce el grado alcanzado por el revolucionario dentro de la Orden Masónica. Mientras que unos afirman que fue Maestro Masón (grado 3º), otros sostienen que alcanzó el grado 18º, al mismo tiempo que su nieto Walter C. Sandino dice que llegó hasta el grado 33º (23), lo cual es muy poco probable.

Abrazo Somoza-Sandino

Lo cierto es que el dictador Anastasio Somoza García también era francmasón y algunos investigadores tratan de desentrañar los misterios de la tormentosa relación Sandino-Somoza a través de su condición de “Hermanos” y de su pertenencia a la misma Orden.

El peruano Esteban Pavletich, por ejemplo, reveló que “Sandino recibió unas tierras, en las que creó una cooperativa con los cien hombres que le quedaban de su ejército. Todo parecía en paz hasta que un día lo invitaron a Managua, la capital. En la noche, después de cenar en Palacio, fue ametrallado en el aeropuerto. Allí estaba montada una ametralladora. Da la coincidencia de que un mayor disfrazado de cabo que era el ejecutor de la maniobra ideada por Somoza, así como otro oficial, eran masones. (…)

Bueno, el mayor llamó al teatro en el que en ese momento estaba Somoza, escuchando un recital de la declamadora peruana Zoila Rosa Cárdenas. También Somoza era masón, y por eso el mayor quiso consultarle. Pero Somoza se hizo negar. Hay que precisar que horas antes había conferenciado con el embajador de Estados Unidos, Arthur Lane. El hecho es que la orden se cumplió. La ametralladora fue puesta en marcha, y liquidaron al general Sandino, a su hermano Sócrates y a sus generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor. Sus cadáveres desaparecieron para siempre” (24).

Antes de ser traicionado en Managua, Sandino había recibido una carta de Joaquín Trincado donde le advertía del peligro que suponía confiar en el presidente Sacasa (tío político de Somoza), a lo cual Sandino respondió que no le temía a la muerte y que -en todo caso- él volvería a nacer para continuar su lucha.

Años antes le había comentado a José Román: “En mi fuero interno creo firmemente que mi deber es permanecer aquí y por eso, como ya le he dicho antes, sólo muerto saldré de aquí. No es simple testarudez, créame que se trata de una resolución racional e intuitiva inspirada por vibraciones cósmicas y tengo que seguirla a cualquier riesgo. ¡Es mi destino!” (25).

Dr. Enoc Aguado

Años más tarde, en septiembre de 1956, el propio Somoza terminaría siendo asesinado, víctima de un complot en el que participó otro reconocido francmasón: el Dr. Enoc Aguado, que en el año 1932 había recibido el grado 33º. Aunque algunos investigadores buscaron alguna relación entre los dos asesinatos, lo cierto es que Aguado no tenía ninguna vinculación política con Sandino ni con las doctrinas espirituales que este defendía.

Según cuentan las crónicas, el doctor Aguado financió en secreto el entrenamiento y los gastos del asesino de Somoza, Rigoberto López Pérez. Tras el atentado, Aguado fue detenido y torturado despiadadamente, tras lo cual perdió primero la vista y después la vida.

Un punto interesante del vínculo de Sandino con la Masonería está vinculado a la bandera sandinista roja y negra donde destacaba una calavera blanca con huesos cruzados, la cual le habría sido revelada durante su pasaje por la cámara de reflexión, donde comprendió que la única forma de vencer en su cruzada era tener a la muerte de su lado.

De acuerdo con Marco Aurelio Navarro-Génie , el color rojo representaba la libertad y la resurrección, el negro la muerte y el luto, mientras que la calavera significaba que la lucha era hasta la muerte (26). También podríamos vincular estos tres colores (Negro-Blanco-Rojo) con las fases de la Gran Obra Alquímica: Nigredo, Albedo y Rubedo, una relación cromática que algunos investigadores han relacionado también con la bandera nazi.

En los campamentos de Sandino tambien flameaba otra bandera: la de EMECU de siete colores que aludía a una séptuple realidad y que representaba la Unión HispanoAmérico-Oceánica “UHAO” junto a la bandera nacional de Nicaragua.

Realmente se ha investigado muy poco este aspecto “esotérico” de Augusto Sandino pero -como hemos podido ver- el mismo es fundamental para comprender las motivaciones y los sueños revolucionarios de un personaje fascinante.

Imágenes

Visita de Jinarajadasa a Mérida en 1929

 

Transcripción de la conferencia de Jinaradasa en Mérida, a la que concurrió Sandino

 

Invitación de los masones de Mérida a la conferencia de Jinarajadasa

 

 

Banderas de Nicaragua y de EMECU (1932)

 

Bandera de Sandino

 

Sandino en Mérida con varios masones del Yucatán

 

Algunas frases de César Sandino

“Las prácticas que utiliza nuestro Ejército y que utiliza el enemigo de la Casa Blanca, son más o menos las mismas; pero con la superior diferencia de que los Espíritus de Luz protegen a nuestro Ejército y de que los espíritus negros son los que favorecen a la tal Casa Blanca, pero que en sí es un sepulcro blanqueado” (Carta de Sandino al general Abraham Rivera, 21/2/1931)

“Siendo el amor el primero que existió, sobre todo lo creado y que crear se pueda, natural y lógico que hasta en el átomo más imperceptible del Universo exista allí su electrón de amor, por lo que Dios está en todas partes. Con las pocas explicaciones que me permito enviarle creo que Ud, sabra encontrar la confianza de nuestro triunfo en todo lo que Ud. mire, pues en las hojas, en los pájaros, en las flores, en las arenas y aún en las aguas del mismo río”(Carta de Sandino citada por Anastasio Somoza)

“Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército, desde su principio y así lo será hasta su fin. Ese mismo impulso pide en Justicia de que todos nuestros hermanos miembros de este Ejército, principien a conocer en su propia Luz y Verdad, de las leyes que rigen el Universo” (Manifiesto “Luz y Verdad”)

Notas del texto

(1) Devés Valdes, Eduardo: “Redes intelectuales en America Latina”
(2) Devés Valdes: op. cit.
(3) Wünderich, Volker: “Sandino, una biografía política”
(4) Cerdas Cruz, Rodolfo: “La hoz y el machete”
(5) Vease: Dussel, Enrique: “El “giro descolonizador” desde el pueblo y hacia la segunda emancipación”
(6) Hodges, Donald: “Sandino’s Communism: Spiritual Politics for the Twenty-First Century”
(7) Ramírez, Gabriel: “Sandino en Mérida”
(8) Revista “Teosofía en el Yucatán”, 1929.
(9) Revista española “El Loto Blanco”, enero 1930: “Un año de viaje por América Latina”
(10) Giulio Girardi en “La esperanza en el presente de América Latina: ponencias presentadas al II Encuentro de Científícos Sociales y Teólogos sobre el tema “El Discernimiento de las utopías”, Costa Rica, 11-16 de julio de 1983″
(11) “La prensa” del 1/6/2001. https://www.laprensa.com.ni/2001/06/01/nacionales/803302-sandino-milit-en-logia-metafsica
(12) Belausteguigoitia, Ramón de: “Conversaciones con Sandino”
(13) Belausteguigoitia: op. cit.
(14) Somoza, Anastasio: “El Verdadero Sandino o Calvario de las Segovias”
(15) Mendieta, Francisco en la edición 1976 del citado libro de Somoza.
(16) Un poema de Ernesto Cardenal (“Hora O”) dice: “Sandino no era inteligente, ni era culto / pero salió inteligente de la montaña”.
(17) Citado en “Proyectos políticos y culturales en las realidades caribeňas de los siglos XIX y XX”, editado por Josef Opatrný
(18) Girardi, Giulio: op. cit.
(19) Citado por Girardi, op. cit.
(20) Carta al general Pedro Altamirano, 2 de enero 1930, citada en “El Pensamiento vivo de Sandino”
(21) Cerdas Cruz, Rodolfo: op. cit.
(22) Entrevista aparecida en la revista “Caretas”, el 7 de febrero de 1974.
(23) Sandino, Walter C.: “La Espiritualidad Luz y Verdad de mi “Gran Padre”, el Gral. Augusto Cesar Sandino”
(24) Entrevista citada a Pavletich
(25) Citado en “El Iluminado FSLN” de Alejandro Bolaños Geyer
(26) Navarro-Génie, Marco Aurelio: “Augusto “César” Sandino: Messiah of Light and Truth”

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Garibaldi

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