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Para estudiar la masonería dominicana


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Para estudiar la masonería dominicana

 

 

 

Imagen: Gregorio Luperón

La masonería dominicana salió fortalecida de la Guerra de la Restauración, aun cuando sus templos tuvieron que ser cerrados durante la anexión a España.

Terminado el conflicto con los españoles, los masones reinstalaron sus talleres, y de aquellas primeras logias todavía quedan varias funcionando en una continuidad de casi 150 años.

Trabajan todavía, en Santo Domingo, la Cuna de América No. 2, instalada en enero de 1859; en La Vega, la Concordia No. 3, instalada en septiembre de 1859; en Azua, la Perfecta Armonía No. 4, instalada en agosto de 1859; Santiago, la Nuevo Mundo No. 5, instalada en septiembre de 1859; en Santo Domingo, La Fe, instalada en diciembre de 1861; y en Puerto Plata, La Restauración No. 11, instalada en septiembre de 1868.

No es casual que los masones puertoplateños tomaran el nombre de la gesta restauradora para su logia,  ya que la lucha por la tercera independencia nacional estuvo acicateada y dirigida por masones.

Existen varias historias generales de la masonería dominicana, pero todavía queda mucho que contar. La primera fue escrita por Carlos M. Nouel, quien la tituló “Reseña histórica de la masonería en Santo Domingo” y la publicó en una revista llamada “La Colmena Masónica” en 1873.

De esta narración dijo Haím H. Lopez-Penha que “se caracteriza por su veracidad, el abundante y selecto material que se expone en ella con método, esmerada y amena redacción, lo que evidencia que su autor, además de ser docto, tuvo a su alcance buenos archivos y referencias”.

Carlos Nouel fue luego sacerdote y escribió también la primera “Historia Eclesiástica de la Arquidiócesis de Santo Domingo, Primada de America”, publicada en dos tomos en 1913, y reimpresa en tres tomos por la Sociedad Dominicana en 1979.

La segunda historia de la masonería fue publicada en 1848 por Juan Francisco Sánchez con el título “Historia Sintética de la Masonería Dominicana“.

Este es un corto, pero interesante relato de 18 páginas, poco conocido en estos días.

La tercera fue publicada por el mismo López-Penha en 1956 con el título “La Masonería en Santo Domingo“. Contiene esta obra una corta reseña histórica, que sigue muy de cerca la de Nouel, así como diversos artículos de López-Penha, y de Enrique Patín Veloz, publicados anteriormente en revistas y periódicos.

La cuarta es obra de un obispo católico, que no fue masón, pero que entendió la importancia de esta institución y decidió estudiarla para mostrar sus vínculos y contradicciones con la Iglesia Católica y su peso social y político en la vida nacional.

Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito publicó en 1985 su obra “La Masonería en la República Dominicana” en la Universidad Católica Madre y Maestra. En ella recoge algunas noticias que no habían sido registradas por los autores anteriores, pero por su naturaleza introductoria, esta obra deja abierta la puerta para nuevas investigaciones.

En adición a estas obras ya mencionadas, varias logias intentaron contar sus propias historias, como puede verse en las siguientes publicaciones: “Reseña Histórica de la Masonería en el Cibao Escrita por una Comisión Nombrada por la Respetable Logia Nuevo Mundo N. 5 con la Aprobación de la M.R.G.L. de la República Dominicana“. Santiago de los Caballeros: Imprenta del Yaque, 1877. 22 p.

Francisco Veloz Molina. “Relación Histórica de la Resp. Logia Veritas No. 8165: Cincuentenario“. Santo Domingo: s.n., 1910. 23 p. Logia La Fé, no. 7 Santo Domingo. (Santo Domingo). “El Caso de la Respetable Logia La Fe No.7 con el Gobierno Militar: Relación Documentada“. Santo Domingo: Impr. J.R. Vda. García, Sucs., 1926. 48 p.

Santiago Osvaldo Rojo Carbuccia. “Breve Historial de la Benemérita Respetable Logia Independencia No. 17, al Oriente de San Pedro de Macorís, R. D”. San Pedro de Macorís: Impr. Antonieta, 1933. 20 p.

Logia Nuevo Mundo No. 5 (Santiago). “Biografías de sus Ex-venerables Maestros“. Santiago de los Caballeros: Editorial El Diario, 1949. 40 p.

López Penha, Haím H. “Reseña Histórica del Supremo Consejo del Grado 33 y Último del Rito Escocés Antiquo y Aceptado para la República Dominicana“. Ciudad Trujillo: Editora Montalvo, 1952.

Logia Concordia, No. 3 La Vega. Documentos Relativos a su Fundación e Instalación: Septiembre 8 de 1859, E:.V:.”. La Vega: s.n., 1953. 19 p.

Existen muchas otras publicaciones que registran momentos o sucesos particularmente importantes para la masonería dominicana que esperan ser estudiados, pues la memoria de esos eventos parece haberse perdido. Entre las obras que exponen o discuten esos temas se encuentran: “Exposición del Congreso Masónico Dominicano, a los Supremos Consejos del Grado 33 de los Estados Unidos de Norte América“. Santo Domingo: Imprenta Listín Diario, 1920. 31 p.

Logia La Fé, No. 7 Santo Domingo. “Frente a la Constitución Ilegal de la Gran Logia Nacional“. Ciudad Trujillo: Impr. de J. R. Vda. García, 1931. 46 p.

Logia Cuna de América no.2 (Santo Domingo). “Recomendaciones de Reforma Constitucional”. Ciudad Trujillo: Impr. La Opinión, 1944. 27 p.

Sentencia Dictada por el Tribunal Supremo Masónico en Fecha 15 de Diciembre de 1949, E:.V:.“. Ciudad Trujillo: Benemérita y Respetable Logia La Fe No. 7., 1950. 32 p.

Logia Cuna de América no.2 (Santo Domingo). “Historia de un Recurso de Inconstitucionalidad”. Ciudad Trujillo: Editora Montalvo, 1955. 42 p.

Oraciones Fúnebres: Pronunciadas en la Muy Resp. Log. Cuna de América“. Santo Domingo: Imprenta de los HH. García Hermanos, 1969. 16 p.

Cuando se examinan las fuentes masónicas dominicanas, lo que más sorprende es la abundancia de publicaciones que contienen las constituciones y leyes internas, los estatutos, los reglamentos y los “cuadros de miembros” de las logias.

Hemos podido registrar 30 obras conteniendo esas normativas, algunas de las cuales son bastante voluminosas y pasan de las 150 páginas, aunque algunas son publicaciones más modestas.

Aquí tenemos varios ejemplos de las más sencillas:

Logia Nuevo Mundo No. 5 (Santiago). “Reglamento Interior de la Respetable Logia Nuevo Mundo, No. 5 al Oriente de Santiago de los Caballeros”. Santiago de los Caballeros: Impr. J. M. Vila Morel, 1935. 19 p.

Constitución Masónica para el Orden Simbólico de la República Dominicana“. Ciudad Trujillo: Editora Montalvo, 1944. 37 p.

Logia Cuna de América No. 2 (Santo Domingo). “Cuadro General de los Miembros que Componen la Resp. Logia “Cuna de América No. 2“, en el Or: de Santo Domingo, Año de 1886”. Santo Domingo: Impr. Cuna de América, 1866. 11 p.

Logia Cuna de América No.2 (Santo Domingo). “Cuadro General de los Dignatarios, Oficiales y Miembros“. Santo Domingo: Impr. G. Rivera, 1923. 15 p.

Logia Nuevo Mundo No. 5 (Santiago). “Cuadro General de los Miembros que Componen la Respetable Logia Nuevo Mundo, No. 5 Inc. Regularmente Constituida al Oriente de Santiago de los Caballeros bajo los Auspicios de la Muy Respetable Gran Logia Nacional para la República Dominicana, Año Vulgar de 1947“. Santiago de los Caballeros: Impr. Muchas Gracias, 1947. 12 p.

Logia Nuevo Mundo No. 5 (Santiago). “Cuadro Lógico de la Respetable Logia Nuevo Mundo, No. 5, Inc“. Santiago de los Caballeros: Impr. La Información, 1951. 15p.

Logia Nuevo Mundo No. 5 (Santiago). “Estatutos para el Socorro Mutuo Establecido por la Resp.: Logia Nuevo Mundo No. 5, Inc. Durante el Período Masónico de 1926, Reformado en 1945“. Santiago de los Caballeros: Impr. Muchas Gracias, 1945. 9 p.

Antes de terminar, debemos consignar que los francmasones no han sido los únicos que han mantenido logias en el país.

También están los “Oddfellows“, importante institución caritativa y de ayuda mutua internacional que se estableció en la República Dominicana como un capítulo de la tradición anglosajona.

Existe, por lo menos, una historia de los Oddfellows en el país escrita por Angel María Gatón y publicada con el título “Resumen del Origen y Fundación del Odfelismo en la República Dominicana“. Ciudad Trujillo: Imprenta Jackson, 1954. 41 p.

Las logias odfélicas dominicanas también han publicado susconstituciones, leyes, estatutos y reglamentos, lo mismo que han hecho otras instituciones similares como el Orden Kadosh, los Rosacruces y los Teósofos.

De todos ellos es posible escribir más largamente, pero tendrá que ser en otra ocasión.

No es casual que los masones puertoplateños tomaran el nombre de la gesta restauradora para su  logia, ya que la lucha por la tercera independencia  nacional estuvo acicateada y dirigida por masones.

Publicado el 23 AGO 2008 en: http://www.diariolibre.com/opinion/lecturas/para-estudiar-la-masonera-GEDL30109

Publicado por:

Diario Masónico

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