Reciba Diario Masónico en su e-mail

shadow

Habla testigo presencial de lo que sucedió con el cuerpo del piloto Oscar Pérez


shadow

Por Keyla Perez

William Jiménez Gaviria se vistió para la ocasión; corbata negra y camisa blanca. Fue así el único masón que estuvo a unos metros del momento en que el cuerpo de Oscar Pérez era enterrado.

Y aunque al piloto del Cicpc lo habían destituido de la logia a la que pertenecía, el Coordinador de Investigaciones Estratégicas del Senamecf, lo consideró un hermano a quien rendirle la despedida.

Fuente Punto de Corte Periodista Sebastiana Barráez

Ya había oscurecido en Lima, la capital de Perú, cuando el otrora Coordinador de Investigaciones Estratégicas de la morgue de Bello Monte, llegó a la entrevista, con un morral rojo al hombro y vistiendo una chaqueta característica de quienes hacen actividades de campo. Él es testigo presencial de lo que sucedió aquel 15 de enero con el cadáver del piloto del Cicpc, Oscar Pérez, asesinado por fuerzas regulares del Gobierno. Él es William Jiménez Gaviria.

Es tan sincero, que no se percata del impacto que puedan tener sus palabras. Habla con naturalidad. En su voz no hay rabia, ni indignación. Hay mucha tranquilidad y paz. Hoy tiene calidad de refugiado en el Perú

William es oriundo de la población de Obispo, Barinas. Allí pasó su infancia. Desde el año 2012 es miembro del capítulo de Derechos Humanos de la Federación Interamericana de Abogados, con sede en Washington. Y representante de Derechos Humanos en el Colegio de Abogados de Caracas. Es abogado con especialización en Derecho Penal.

En los últimos días en Venezuela vivió su aventura. No se percató en aquel momento que él estaba siendo protagonista de una de las historias más oscuras que registra Venezuela en el 2018. Habla a prisa, quiere contar todo en detalle para que cada explicación se comprenda. Durante casi tres horas en un salón del lobby del hotel capitalino se oyó su voz, sin arrepentimiento, asumiendo el reto que le brindó ese momento histórico de todo lo que aconteció alrededor del piloto y su grupo, en el último momento.

Libró su propia batalla secreta. Registró cada nombre y cada momento, hasta que Oscar Pérez fue llevado a enterrar. William Jiménez Gaviria se vistió para la ocasión; corbata negra y camisa blanca. Fue así el único masón que estuvo a unos metros del momento en que el cuerpo de Oscar Pérez era enterrado. Y aunque al piloto del Cicpc lo habían destituido de la logia a la que pertenecía, el Coordinador de Investigaciones Estratégicas del Senamecf, lo consideró un hermano a quien rendirle la despedida.

Hubo tanta preocupación entre funcionarios gubernamentales y policiales ante lo que pudiera ocurrir con la muerte del piloto Oscar Pérez, que algunos pensaron en irse del país. Cuando se creía que el cadáver iba a ser cremado y con ello habría una reacción violenta por parte de sus seguidores, algunos se prepararon. “Esa noche, ya se había ido para San Antonio del Táchira, a punto de atravesar la frontera, el comisario José Humberto Ramírez Márquez, actual director de Senamecf”.

El Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) se inauguró el año pasado con el crematorio, con unos equipos argentinos de muy buena calidad. Está en la entrada del Cementerio General del Sur. “El jefe del crematorio, Ángeles Colmenares, sacó las llaves del crematorio y le dijo al coronel Domingo García: ‘coronel, tenga las llaves, si usted quiere cremar el cuerpo de ese señor (Oscar Pérez) hágalo usted’. También se opuso a esa acción”.

Hubo un movimiento de algunos masones para que el cuerpo fuera enterrado a determinada hora por razones místicas.

La orden oficial, luego de vencer el fantasma de la cremación, era enterrarlo sin que a ningún familiar le diera tiempo de llegar. Aun así la tía y la sobrina se habían quedado cerca y llegaron a tiempo para el entierro.

“Desde las 3 de la madrugada había un dispositivo militar desde el arco donde está en el Centro Portugués hasta el cementerio del Este. Desde las 4 estaba minado de funcionarios de Inteligencia. El Gobierno tiene fotos de todo lo que pasó ahí. A mí no me dejaron pasar desde la entrada del cementerio”, dice Jiménez.

Reconoce que “la doctora Ana Nóbrega, que es una gran profesional, tomó la precaución de embalsamar los cuerpos de Oscar Pérez y todo su grupo”.

¿Cómo salió usted de Venezuela?

Salgo el 14 de mayo 2018. Precisamente, yo cruzando el puente internacional Simón Bolívar y se estaba realizando un acto, donde estaba María Corina Machado del lado venezolano y Álvaro Uribe del lado colombiano; a los cinco minutos, las autoridades colombianas cierran el puente.

¿No hubo problemas?

No, cuando me vine de Venezuela, un grupo de personas me escoltó hasta la frontera. Un oficial superior de la aviación para no tener problemas en la salida. Yo no sellé mi pasaporte de salida. Cuando estaba a mitad del puente internacional Simón Bolívar, me detuvo la policía de Colombia y me esperaba el jefe de control migratorio, Mauricio Jiménez, quien me dijo que me fuera a descansar y nos veíamos en tres días, como en efecto ocurrió y ahí empezó mi travesía hasta que llegué a Perú.

¿Cómo llega usted al cargo de Coordinador de Investigaciones estratégicas en la Inspectoría del Senamecf?

Yo ejercía el derecho privado y defendí al oficial de la Guardia Nacional César Fernández; en ese período conocí a su tío el coronel Domingo Argenis García Pérez, quien después me invita a formar con él parte del Senamecf. El coronel venía trabajando con el general de división (GNB) José Eliécer Pinto Gutiérrez. La misión que le dieron, tanto el ministro como el general, fue la depuración. En el Senamecf se había hecho un vicio el retardo en la entrega de los reconocimientos médicos legales, les cobraban para entregarles los cadáveres mafiosos, por eso el coronel destituyó, a más de siete directores nacionales, entre ellos al doctor Freddy Rincón, hermano de Iván Darío Rincón, ex presidente del Tribunal Supremo.

¿Por qué lo destituyó?

Detectamos que se habían hecho más de mil inhumaciones (sepulturas) de cadáveres de personas que no fueron reclamadas, pero las autoridades y el personal sí tenían la identificación de ellas. Con esas identidades se habrían comprado aeronaves, yates, bienes raíces, propiedades de actores de figuras gubernamentales.

¿Usaban las identidades para ser testaferros?

Algo así. Eso fue lo que se decía que hacían con esas identidades. Otra cosa que nos causó ruido fue en el Hospital Páez del estado Bolívar, donde el Senamecf no tiene morgue y por ello se habilita el espacio del hospital. En las evidencias, como los proyectiles, por ejemplo, el Senamecf los tiene en resguardo en la Sala de Control de Resguardo de Evidencia, pero por poco tiempo y luego deben ser remitidas a balística del CICPC. Desde que llegamos al hospital encontramos evidencias que tenían hasta 7 años acumuladas. Otro caso fue lo del cementerio Chirica.

¿Cuál es ese caso?

De acuerdo con la Ley de Cementerios, cada municipio debe habilitar un área en el cementerio, que llaman La Morguecita, que permite hacer las autopsias de cadáveres en avanzado estado de descomposición y no llevarlo a la Morgue. En el cementerio de Chirica, en Ciudad Guayana, nos encontramos con más de 17 cadáveres, algunos ya eran puro huesos. En muchos de esos cuerpos encontrados ahí, incluso tiros en la cabeza, están involucrados funcionarios del Cicp. El informe se le llevó al ministro Luis Reverol.

¿Alguna de esas denuncias, tuvo respuesta?

No, más allá de una que otras destituciones o remociones, pero no hubo procesos judiciales ni investigaciones.

Volvamos a su salida del país. ¿Qué lo empujó a salir?

El 15 de enero de este año, faltando 15 minutos para las 7, el coronel Domingo García, el comisario Ramón Barrientos y yo, recibimos el cuerpo del piloto Oscar Pérez y de los otros seis acompañantes. Antes, como a las 5 y algo, llegaron los dos primeros cuerpos, el de Heyker Vásquez y otro de ese grupo (colectivo Tres Raíces). Esos cuerpos venían con mucho despliegue policial. Yo tuve cruce de palabras con funcionarios de Fuerzas Especiales (FAES), que venían acompañado con funcionarios de la DGCIM (Dirección General de Contra Inteligencia Militar).

¿Recuerda alguno de esos funcionarios del FAES?

Tendría que ver sus fotos, pero con ese alboroto que se armó allí.. De hecho el ministro Reverol le dio orden al coronel de que se desconectaran todas las cámaras del circuito cerrado y se incautaron los teléfonos al personal de radiólogos, administrativo.

¿Quiénes fueron hasta el lugar de los hechos en El Junquito?

El coronel Domingo García, como director del Senamecf; el subdirector, comisario general (Cicpc), Luis Rodríguez; y el doctor Sinuhe Villalobos, director de Evaluación Médico Forense del Senamecf, quien debió haber hecho la evaluación en el mismo sitio de los acontecimientos, como dice la Ley, pero él hizo eso fue en la morgue. Es por eso que las actas de defunción están suscritas por médicos que nunca vieron los cadáveres.

¿Y por qué cree usted que el doctor Sinuhe no firmó ese protocolo?

Este no es cualquier caso. Desde un principio, y desde las altas esferas del poder, había instrucciones que le dieron al director.

¿Quién se las dio?

El general Pinto Gutiérrez, del general Reverol y del vice ministro Márquez. No sé por qué el doctor Sinuhe hizo los exámenes pero no los suscribió.

No estaría de acuerdo.

Pero sé que él sí firmó unas cosas en el despacho, que están guardadas por ahí.

Usted me dice que hubo órdenes superiores…

Del ministro Reverol, que usaba al general Pinto o al viceministro. El día 16 el ministro tenía prevista un pronunciamiento ante el país, a las 10 de la mañana, desde el despacho, pero como no tenía los exámenes de toxicología. A las 10:15 había una fuerte presión de Reverol. El coronel le dijo que el tiempo no da para tener esos exámenes. Reverol entonces le dijo al coronel: yo necesito tener esos exámenes ya y que en ellos se reflejen que ellos (Oscar Pérez y su grupo) habían consumido alcohol o drogas.

¿Estaba forzando los exámenes?

Si, y es por eso que Atilia Graterol, directora del Departamento de Toxicología, le dijo al coronel que necesitaba más tiempo. Es más, el Fiscal Noveno Militar se metió al Laboratorio para presión psicológica.

¿Y qué apareció en los exámenes?

Bueno, la doctora le colocó allí unos valores que hacían ver que sí había presencia de alcohol y de otras sustancias.

¿Qué cadáveres ingresaron a la morgue?

Primero, el de los dos colectivos. El de Heyker Leobaldo Vásquez Ferreira (CI: 16.342.391), autopsia hecha por la Anatomopatóloga Forense Ana Nóbrega. Causa de muerte: Schok Hipovolémivo por el paso de un proyectil al tórax; Nelson Antonio Chirinos Cruz (CI: 19.296.253), autopsia realizada por la médico legista Scarlet Romero. Causa de muerte: traumatismo craneoencefálico severo pro fractura de cráneo por proyectil disparado en la cabeza.

¿Después llegan los de Oscar Pérez y su grupo?

Más o menos a las 6:50 PM. El de Oscar Alberto Pérez (CI. 15.948.499), traumatismo craneoencefálico severo por herida por arma de fuego disparada a la cabeza; Abrahan Israel Agostini Agostini (CI. 18.032.293) hemorragia subdural fractura de cráneo por tiro en la cabeza, igual causa la de Lisbeth Andreína Ramírez Mantilla (CI: 18.880.866); José Alejandro Díaz Pimentel (CI. 15.498.581), traumatismo craneoencefálico severo por fractura polifragmentaria de cráneo por proyectil en la cabeza; Jairo Simón Lugo Ramos (CI. 16.016.560), fractura de cráneo por disparo en la cabeza; Daniel Enrique Soto Torres (CI. 18.573.800), herida proyectil único al cuello; y Abraham Noé Lugo Ramos (CI. 19.176.929), herida por arma de fuego al tórax.

Nota aclaratoria, Oscar Perez y Jose Pimentel fueron miembros de la Gran Logia de la Republica de Venezuela

@Williamjimenezg

Fuente: venezolanos en USA

Publicado por:

Diario Masónico

Contenido Relacionado

shadow

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.