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Desenmascarar al hipócrita, nuestro mejor homenaje a «Charlie Hebdo»


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Desenmascarar al hipócrita, nuestro mejor homenaje a «Charlie Hebdo»

 

 

 

Garibaldi 

Desde nuestro medio de comunicación nos sentimos consternados por los acontecimientos que han tenido lugar en Francia durante estos tres últimos días. Nos sentimos así porque somos nosotros, los que en nuestro deber cívico de proporcionar información sobre la masonería y sus valores, podríamos haber sido también víctimas.

Los enemigos del librepensamiento que someten a los pueblos en nombre de dioses moldeados conforme a sus intereses económicos, podrían haber actuado en nuestra contra, bien a nivel tecnológico, intentando silenciarnos a través de hackers, o bien mediante amenazas y acciones contra nuestra integridad física.

Advertimos, por algunos mensajes que nos han llegado a la redacción, que los creyentes religiosos son los que más nos han amenazado por escrito en diversas ocasiones, enviando mails como «arderéis en el infierno putos masones» o «sólo me queda saber dónde estáis para ir a buscaros y quemaros vivos en el nombre de Jesucristo». Curiosamente todos ellos hacen referencia o reconocen profesar la religión católica.

Es evidente que mostrar la Luz bajo los criterios de la Razón y la Libertad, es algo peligroso, porque siempre habrá fanáticos que incurran en violencia verbal y/o física. No obstante, pensamos que nuestro mejor homenaje a las víctimas y al pueblo francés, es seguir escribiendo, seguir informando con la mayor veracidad posible sobre masonería, esa doctrina ausente de dogmatismos, seguiremos escribiendo sobre los que pensemos con total libertad y sin censuras, seguiremos contribuyendo desde la humildad a una utopía llamada MASONERÍA UNIVERSAL, alejados de los dogmatismos entre Obediencias, y dando cabida a todos los que quieran participar en nuestro querido Diario Masónico.

Por otro lado, queremos denunciar la hipocresía de Occidente cuando se ataca su modo de vida, la repercusión en los medios de comunicación que se utiliza como excusa para posteriores ataques a los pueblos musulmanes, mientras en el mundo fallecen 1.500 niños al día por malnutrición. Esa contradicción es la que nos impele a denunciar estas situaciones como M.·. M.·., ya que debemos cumplir con una de nuestras máximas: «Desenmascarar al hipócrita»

Es esta doble moral, la de la indignación selectiva y no permanente, la que nos consterna sólo cuando nos atacan a nosotros, ausente de una compasión continua, ésa es la que genera las desigualdades que originan tales barbaridades. El mejor ejemplo es que el mismo día del atentado en París, otro sacudió Yemen, mediante una bomba en un autobús, cuyo saldo dejó 37 víctimas mortales y 66 heridos. Nada se ha oído de él.

Tampoco ha trascendido demasiado que en 2013, las últimas cifra conocidas, y según las conclusiones que recoge el Instituto para la Economía y la Paz, en su último Índice de Terrorismo Global, todos los parámetros para registrar la violencia terrorista muestran aumentos. Se registraron casi 10.000 ataques en 2013, lo que representa un incremento del 44% respecto a 2012. La cantidad de víctimas mortales ascendió un 61 % en un solo año, pasando de 11.133 en 2012 a 17.958 en 2013.

El dolor por los muertos debe ser diario, aún más si cabe en el caso de su condición de niños inocentes que también son víctimas de un sistema depredador que devora sin misericordia a sus hijos. Ésta es la causa principal de que las religiones se tergiversen hasta tal punto en que deriven, a manos de unos pocos exaltados, en un medio de beligerancia contra el opresor occidental. Pedimos tolerancia mientras permitimos una lacra como el hambre y la miseria, en donde la democracia y la libertad son sólo palabras huecas ante la necesidad de cubrir las necesidades más primarias. Esta emergencia básica, despierta en los que la padecen sus instintos más básicos, aferrándose así a las doctrinas que les proporcionan una satisfacción inmediata, sino física, al menos espiritual, aunque sus fines sean tan perversos como los constatados estos días.

Como masones conscientes de nuestro entorno, nuestro mejor homenaje es seguir escribiendo. Condenando una intolerancia y la otra, la que no se ve ni sale en los periódicos.

Publicado por:

Garibaldi

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