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La meta secreta de la masonería


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La meta secreta de la masonería

 

 

 

La meta secreta de la Masonería que es la de tomar librepensadores y sabios más arriba de la condición común y hacerlos aún mejores; y esa formación se hace por selección e iniciación. Según el manual de la Organización, la definición es: Institución filantrópica, filosófica y progresiva..

Teniendo por objeto el ejercicio de la beneficencia, el estudio de la moral universal, el análisis de las ciencias y de las artes, la práctica de todas las virtudes.

Su enseñanza se extiende sobre todo a un punto: la Tolerancia.

Esa tolerancia permite pues a sus miembros de pertenecer a no importa qué religión o concepción con la obligación de su parte de reconocer las mismas libertades a los otros. Debido a ese hecho, la masonería no es una religión, pero de otra parte, seria inexacto también de pretenderla antirreligiosa. En las reuniones, la religión es discutida, comentada y la teología, sin ser puesta en duda, puede ser analizada y debatida; ello se debe a que los adherentes tienen derecho a la palabra y no están sometidos a un dogma obligatorio. El Franc-masón puede dar su aviso por o contra no importa qué ideología.

En los países occidentales y de Fé cristiana en general, algunos han pretendido que la Masonería era anticristiana…. Nada más falso, la mayor parte de los –Masones son cristianos, pero muy a menudo anticlericales, lo cual es diferente. Se puede suponer sin embargo una mayoría de Protestantes por una minoría de Católicos en las Logias Masónicas. Esto provendría a que los Masones, en principio de Fé cristiana se oponen no obstante a los dogmas, no aceptan como cierto la idea de la transubstanciación, protestan contra la infalibilidad del Papa, etc… Cuestiones rechazadas por los Protestantes que no dejan por ello de ser mucho menos buenos cristianos. Se puede también, a pesar de ser de confesión católica, adherir á la -Masonería, ya que en efecto no es esta Institución la que va contra la Religión sino más bien la religión apostólica romana quien sería entonces antimasónica. Mientras que no se le pide al católico de abandonar su Fé para adherir a la Masonería, las autoridades eclesiásticas condenan a los Masones.

Cristianos, Judíos, Musulmanes y hombres de todos los pensamientos, están reunidos en el seno de la Masonería en un espíritu fraternal lo que va contra los dictados de Roma y hace pensar que esa organización está dirigida contra el Clero, mientras que ella permanece independiente de toda religión fanatizada y persigue su meta de establecer una gran familia humana sin ningún prejuicio contra quien o qué ello sea.

En efecto, los Masones son por la mayor parte, seres que han simplemente evolucionado, es decir que sin renegar su Fé de origen, ellos se han elevado a un grado superior de comprensión y no sienten más la necesidad de una disciplina religiosa. En consecuencia, los miembros no estaban obligados a abandonar su. primera religión, conservando generalmente las bases de sus concepciones originales aumentadas de nuevas « realizaciones ». Así se verá los cristianos: Protestantes o Católicos, no practicantes del Culto, pero que permanecen fieles a los principios de la cristianidad en su aspecto moral, social y aun a veces, teológico.

El mismo fenómeno se pasa en Oriente donde se verán los Budistas, los Zoroastrianos, los Hindus, etc… adherir a la Masonería, continuando aun a veces la práctica del culto de su religión de nacimiento.

Es preciso repetirlo aun una vez, la Masonería no es una religión, sino más bien una Escuela de Iniciación; su ritual, antiguo corno el mundo, toma un simbolismo cuyos elementos provienen de fuentes innumerables: Gnosis, Hermetismo, Qabbalah, Sufismo, Yoga, matemática pitagórica, etc.

Se reconoce que la Iniciación masónica es superior a las otras iniciaciones: un ritual de muerte y de resurrección. El « Gabinete de Reflexión » en el cual es introducido el profano, antes de su iniciación, esta pintado interiormente en negro; osamentas, un cráneo humano son colocados y a veces ocurre que él sea situado en un pasaje practicado bajo tierra. Esto simboliza evidentemente la tumba. El profano debe despojar el « hombre viejo ». Ese Gabinete simboliza igualmente el grano del cual hablan las Escrituras: « Si el grano no muere después que ha sido echado en la tierra, no queda más que él. Pero si él muere, dará mucho trigo ». Ocurre que esa frase sea pintada sobre la pared. La palabra « neófito » significa por otro lado: « nueva planta ».

Con las nociones de iniciación, estamos bastante lejos de los ideales democráticos que son aquellos de la mayoría de los Masones, prosigue el autor del artículo antes citado. La Iniciación está reservada a una « élite ». La palabra « élite » tiene la misma raíz que « elegido ». Pero « elegido » en el sentido en el cual lo comprendía el Cristo cuando él decía: Hay muchos llamados y pocos elegidos, para poder ser iniciado, es preciso poseer ciertas calificaciones. La individualidad debe ser tomada tal como ella es en efecto, con todos sus elementos constitutivos y hay calificaciones concernientes a cada uno de esos elementos, comprendido el elemento corporal ».

No hay ahí nada de injusto y no es orgullo que considerarse como dedicado a ser iniciado. Se admite bien que todo el mundo no es capaz hacer matemáticas superiores, de ser artista, sucede lo mismo para un oficio, ya que la iniciación masónica era al origen una iniciación artesanal. La iniciación masónica es, en fin, una iniciación de « pequeños misterios » para emplear un término usado en la antigüedad griega: los «pequeños misterios » comprenden todo aquello que se relaciona al desarrollo del estado humano encarnado en su integralidad; ellos llegan pues a la perfección de ese estado, es decir a la restauración del estado primordial. Los «grandes misterios » conciernen la Realización de los estados suprahumanos: tomando al ser en el punto en lo cual lo han dejado los « pequeños misterios » y que es el centro de dominación de la individualidad humana: ellos lo conducen más allá de ese dominio, hasta el estado incondicionado que es la liberación final. En la primera fase se puede hablar de « realización horizontal ». En la segunda, de « realización vertical ». Es preciso ante todo llevar al centro para poder elevarse en seguida, siguiendo la dirección del eje, en los estados supraindividuales

 

 

 

Publicado por:

Diario Masónico

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