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MASONES UNIDOS PARA CONSTRUIR ¿QUÉ..?


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MASONES UNIDOS PARA CONSTRUIR ¿QUÉ..?

 

 

 

 

Hace unos días me preguntaba un lector del blog ¿Sí era posible la fusión de estructuras masónicas…? A la par de la pregunta, emitía la Gran Logia de España (GLE) un vídeo en el cual el Gran Maestre: Oscar de Alfonso, planteaba el lema de su organización para este año ¡Unidos para Construir!

Y de forma paralela, un alto dignatario «regular» español planteaba en un foro social, que se estaban abordando en estas fechas una intensa batería de trabajos en pro de la Masonería Universal.

Estas tres cuestiones, conforman en parte el sustrato de la situación masónica española, que es evidente está muy alejada de las circunstancias socio-políticas que confluyeron en el levantamiento masónico de 1717, del cual se celebra ahora el tricentenario, aunque debemos de pensar que la masonería actual, las actuales MASONERIAS, son hijas de muy diferentes paternidades, y aunque todos nos revistamos con mandil y guantes blancos, y hagamos a veces los mismos ritos o parecidos, no somos iguales, parecemos iguales, pero la realidad tras el paso de 300 años, es que nuestra diversidad y pluralidad, se ha ido patentizando cada día más.

Y esta realidad deviene, en que unos nos embridamos en el nacimiento de 1717, y nos sentimos hijos naturales de esa apuesta política cuasi utópica, que quiso superar el marco establecido por una situación política-religiosa muy determinada.

Con el transcurso del tiempo esta tomó diversas derivas y mixturas, lo cual dio como fruto un variado y plural racimo de estructuras masónicas, que hoy reconocemos como masonería adogmatica, o liberal, por supuesto, ello supone un amplio espectro masónico, con notables diferencias en cuanto al ser y al estar y proyectarse.

Por otro lado, hay quien igualmente celebra 1717, como santo y seña, pero la realidad histórica nos demuestra que sus genes históricos, no están radicados en dicha fecha, ya que no fue una refundación, sino que su historia que va más allá, y cuya herencia o querencia se enraíza o se quiere con toda la legalidad en los Antiguos Deberes.

Ni que decir, que estas membresías masónicas, en su momento combatieron las bases fundacionales de 1717, con un desmarque y una decidida apuesta, basada en la regresión hacia la Masonería Antigua, hacia la llamada Masonería Noaquita.

No en vano estos, tacharon a los anteriores de descristianizar las estructuras masónicas, por tanto reforzaron su corpus con una serie de tomas de posición, forzando los cambios constitucionales de 1723, con las modificaciones de 1738 y 1756, y asumiendo Ahiman Rezon , como su nueva Constitución.

Lo cual conformó toda una línea de actuación masónica, fundamentalmente materializada a través del Act of Union de 1813, y los distintos landmarks se han ido estableciendo a los largo del siglo XIX y XX, para de este modo acotar los linderos de esta masonería tildada de Regular o dogmática.

Y por cierto, anotar que se escribe poco y se habla menos de la figura de Laurent Dermott y su propuesta Constitucional, como intenso regulador de la llamada Masonería de Tradición. Se cita a Anderson y se deja en el olvido a Dermott padre moderno de la masonería de Tradición.

Está claro, que la querella entre Antiguos y Modernos, fue algo más que un desencuentro historicista.

Fue una ruptura que ya en su momento Anderson la materializó, cuando hizo patente la renuncia a hacerse eco de los Old Charges, como referente para la nueva singladura; tras años de lucha y vicisitudes, la deriva entró en una reforma totalizadora en la Inglaterra de 1813, lo cual dio lugar, no solo a la aparición de Gran Logia de Inglaterra (GLUI), sino que ello prefiguró para el futuro, la articulación de dos grandes modelos en que se iba a constituir de ahora en adelante el trabajo hiramista: en masonería regular y la masonería liberal.

Es evidente respondiendo al lector que preguntaba ¿Sí era posible unir Orientes?

Hoy no estamos en las circunstancias de 1813, ya que nuestras aquiescencias, idiosincrasias, y preferencias en la plasmación de nuestro quehacer masónico, es diferente en lo teórico y en la praxis, en parte porque partimos de bases sibilinamente diferentes que marcan la diferencia: caridad no es fraternidad, e igualdad para unos supone no marginar al otro, por cuestiones de género, o de reconocimiento.

Por tanto, el gran abismo que se ha ido abriendo a lo largo de los 300 años, hoy lo tenemos materializado en dos claros bloques masónicos, que sin bien son parecidos en las formas y en los modos, el antagonismo queda manifiesto de forma continuada, pese a la propuesta de buscar una ansiada universalidad masónica.

Pero esa pretendida universalidad, es una utopía referencial, a la cual no se le inca el diente, salvo para manifestarla a modo de bienqueda, y para adornar nuestros escritos; pero en España, digamos que se ven pocos actos tendentes a lograr unos milímetros de acercamiento, por más que se invoque la hermandad fraterna, o se diga que se trabaja en pro de esa esperada y esperanzada Universalidad Masónica.

Personalmente, no creo en esas bonitas propuestas, porque la realidad del día al día, me hace desconfiar de estas utópicas formulaciones, y el ejemplo es claro, en lo que va de tricentenario, no ha habido ni un solo acto, ni hay sobre la mesa, ni una sola propuesta tendente a que las estructuras masónicas españolas se sienten juntas en un acto de confraternización.

Es más, la famosa campaña de recogida de avales acerca de la Honorabilidad de la masonería por parte de la GLE, oportunidad única para haber caminado juntos, no ha sido capaz de aunar voluntades pese a las proclamas de ¡Construir Juntos’,

Y mucho me temo, que detrás de todo este tinglado de los avales haya ciertas operaciones de mercantilización apoyadas en esos avales, como ya se intentó con la operación de la recogida de los papeles masónicos del exilio y la creación de un sistema documental sui generis que en su día quiso lanzar la masonería regular española, en un ensayo de hacerse omnipresente, y querer ser el referente histórico de algo que no representa, por mucho papel patentizado que haya de por medio.

Y no estoy planteando que una masonería, sea mejor que la otra, cada una tiene sus obligaciones, sus deberes e imposiciones, y cada uno lidia desde su membresía como cree preciso su opción personal,

Por tanto no hay una masonería buena y otra mala, hay MASONERIAS, distintas y plurales y en todas cuecen habas…, pero es evidente que teoría y praxis deben ir de la mano de una ética coherente; y de puertas afuera eso no parece que se esté dando, o eso parece, em algunas de ellas.

Indicaba el Gran Maestre de la Gran Logia de España en un vídeo la propuesta para el 2107 de ¡Construir Unidos!

He escuchado el discurso, que evidentemente tiene un problema al estar dictado en clave interna, y dedicado a la membresía masónica de la Gran Logia, el cual se ha expuesto al gran público mediante las redes sociales;

Pero digamoslo claro y alto , y en clave de pluralidad masónica ese llamado es una proclama vacía, sin apenas consistencia, y ante la cual muchos masones liberales, es evidente que no nos sentimos concernidos, puesto que la propuesta viene de la mano, de aquello que muy bien expresó el GM. en Barcelona ante el President de la Generalitat, de un «papel institucional de la masonería que debe ser «siempre irrelevante»».

Por tanto, en esa llamada a Construir, es una interiorización vacía y hueca, es irrelevantes en cuanto al cívitas, por la misma razón que exponía el GM., cada uno tiene su opinión y la ejercita en el ámbito privado»,

Para eso no hace falta unirnos.

Esta es una llamada, que en parte nos incapacita para un posible caminar juntos en pos de la manoseada universalidad masónica, construida esta sobre bases conservadoras, puesto que hay un gran parte de la masonería que está más en la consecución de aquello que propuso el que fuera Gran Venerable del Gran Capitulo de Rito Francés: Jean-Georges Plumet, que se enmarca entre el quehacer de Newton y Matternich, cuya utopía era que se pudiera lograr la República Universal de los Masones. Este es el reto del siglo XXI, del cual ya hablé en su momento,

Ese desafío no pasa no por una masonería aquiescente, sino por una masonería de combate, donde poco encaja una masonería no relevante, cuando ante las situaciones de crisis, de destruccióon de valores de nuestro país, debiéramos estar por una masonería de la indignación y del compromiso.

Por eso GR. Oscar Alfonso para construir, es necesario que saber el qué, el cómo, el cuándo y con quién, y sobre todo para qué …,

Y no parece que tras la proclama que usted ha lanzado (Oscar de Alfonso) todas esas esas cuestiones estén presente, al menos desde la pluralidad masónica, aunque no digo nada, si tal alocución es la justa y necesaria, para la masonería regular española camino del siglo XXII,

Es su obra y su proyección, como estructura y como Maestros Masones, sabrán lo que es justo y perfecto, al menos para su fraternidad, que no es la de todos, sino un trozo de las MASONERIAS ESPAÑOLAS, que somos los que somos y nos definimos como nos definimos, sin intentar quitarles nada ni hurtar bondades. Nuestro valor como masones liberales es trabajar en neustras pequeñas y modestas logias,ajenas a los oropeles y los collarones, dedicadas a la reflexión, interna y externa, y proyectándonos fuera, porque queremos y deseamos SER RELEVANTES, nuestros antecesores de 1717 así lo signaron, y esa es nuestra herencia. y no será si la suya, estimado GM, Oscar Alfonso.

Víctor Guerra. MM.:.

Publicado por:

Diario Masónico

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