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Apuntes sobre la beneficencia en la masonería


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Tomado del Diccionario Akal de Francmasonería, (Ediciones Akal S.A. 1997)

BENEFICENCIA.- La Masonería no es una institución filantrópica, sino un método de trabajo que cultiva el espíritu de la filantropía y de ayuda a los demás, como una simple y espontánea manifestación de la fraternidad.

La máxima masónica «haz el bien por amor al bien mismo» condensa el espíritu de la beneficencia, aquel que hace del masón un hombre «entregado» y con la mano tendida para acudir en todo momento en ayuda de otros (masones o no), sin más distancia que la causalidad entre benefactor y ayudado.

Por ello, al acto de «socorro masónico» se le denomina Beneficencia, porque beneficia o «hace bien»; se diferencia de la limosna (que humilla o rebaja a quien la recibe y enorgullece a quien da) porque se practica de forma anónima, secreta y espontánea (es un acto de conciencia).

Es costumbre extendida que los masones, asociados entre ellos, funden instituciones y cajas de fondos para el desarrollo de actividades benéficas (hospedajes para pobres, hospitales, escuelas para analfabetos, fondos de pensiones, sostenimiento básico a parados y viudas, orfanatos, etc.), que son sostenidas económicamente por la tesorería de la logia y el tronco de la viuda (que se nutre, fundamentalmente, de los donativos de los hermanos).

El ejercicio cotidiano de la beneficencia se realiza simbólicamente al final de las tenidas, cuando el hermano Hospitalario.

Él hace circular el Tronco de la Beneficencia o Tronco de la Viuda («Una viuda y sus hijos» es como se designa a la Francmasonería), donde los hermanos depositan fondos para utilizarlos exclusivamente en estas causas, que se entregan al Hospitalario (una vez contabilizados por el Secretario, quien refleja la cantidad total en el acta).

El Tronco de la Viuda está dispuesto de forma que cada hermano introduzca su mano con el óbolo, de forma que nadie pueda saber cuánto ha depositado, ya que la mano que da con verdadero espíritu de fraternidad debe esconderse (es un acto íntimo y de entrega). A este acto concurren todos los miembros de la Logia, de forma que el hermano que no pueda estar en una tenida, previamente se lo comunica a otro, delegando en él su óbolo, constatando así la comunión en espíritu de todos los masones en el ejercicio de esta virtud.

El socorro que se dispensa con lo recaudado por el Hospitalario (tanto lo recaudado en el saco, como lo que se le entrega fuera de ceremonia) se registra en un libro que sólo él administra y que se sella al terminar su mandato, evitando que otros hermanos conozcan su contenido.

El verdadero espíritu de fraternidad y solidaridad pasa por prevenir las necesidades y dificultades, y contribuir a eliminarlas: «Ayudar a alguien a caminar es mejor que proveerlo de muletas«, si esto es posible.

Elevarse sobre los sentimientos y concepto profano de la caridad, para realizar la verdadera fraternidad del iniciado, es parte del Ideal del masón, donde el mismo espíritu rige lo que uno hace por los demás como lo que haría para sí mismo; sin ninguna obligación y sin esperar ninguna gracia o reconocimiento. «Unidos por un lenguaje misterioso -dice Marconis- los masones esparcidos sobre la tierra, en todas partes en donde hayan penetrado las luces, no forman más que una sola familia, un solo pueblo de hermanos. Un lazo sublime los une a todos: la beneficencia«.

Tomado de: Manuel de Paz.- Reflexiones metodológicas en torno a la historia masónica del archipiélago canario, páginas 244-255:

“…Siguiendo con el esquema propuesto, vamos a tratar ahora de los aspectos benéfico-filantrópicos que, como es sabido, ocupaban un puesto destacado dentro de la actividad masónica, y son importantes, además, por cuanto constituyen un tipo de trabajo masónico que incide claramente en el entorno social del taller.

La fuente normal de ingresos para fines humanitarios era el tronco o saca de pobres o de la viuda, o sea, la colecta obtenida a base de los donativos de los hermanos, depositados en ese lugar común al término de las sesiones, y de cuyo baremo podemos obtener datos sobre la capacidad económico-benéfica de la logia.

Ahora bien, ¿quiénes eran los beneficiarios? En general puede afirmarse que el destino social de las partidas es triple:

a) Socorro a viudas, huérfanos, marginados y familias desvalidas.

b) Ayudas a masones necesitados, sean o no de la propia logia, y

e) Subvenciones a entidades benéficas no masónicas y otras actividades filantrópicas.

Teniendo en cuenta, pues, estos parámetros deducimos que, salvo algunas excepciones, la buena voluntad superó siempre a las disponibilidades y a las realizaciones de los hermanos de Canarias…”

PUBLICADO EN: http://canarianfreemasonry.org/inicio/archivos/897

Tomado de la R.·.L.·. Simb.·. Delta Nº 77, de Lima, Perú.

Publicado por:

Diario Masónico

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