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Los iniciados (II) – Diario Masónico


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Los iniciados (II)

 

 

Para no alargarnos demasiado podemos retomar el hilo de nuestro paseo histórico dando un salto desde la antigüedad clásica para a irnos ya a la plena Edad Media.

Cuando prácticamente solo los Gremios de Masones Operativos, algunos pocos monjes y los Caballeros de las Ordenes Militares eran dueños del saber, y conocían como profundizar en los Misterios antiguos. Así pues en un momento dado, por los siglos XII y XIII, los únicos dueños del saber continuador de las escuelas iniciáticas son los Masones y también los Templarios, y es difícil imaginar los unos sin los otros.

Los Masones construían castillos, templos, murallas, pero los Templarios, con su también poder temporal, eran la parte importante receptora del trabajo de los masones y aun más, eran artífices del dominio económico que permitía a Obispos, Nobles y Reyes hacer frente a los gastos económicos que comportaban las impresionantes construcciones del medioevo. En fin, Masones y Templarios compartían trabajos, saber y ceremonias iniciáticas heredadas de los antiguos; por ello os hablo ahora un poco de los Caballeros Templarios ya que de los Masones Operativos medievales seguramente estáis bien informados.

No hace falta repetir las vicisitudes de la historia de los Templarios y de su brutal desaparición en 1314. Yo acabo de haceros notar las indudables conexiones y complicidades que debían de existir entre Masones y Templarios. Pero lo más interesante son las semejanzas entre la iniciación de un Caballero Templario con las de incluso un masón actual. Ello nos ha llegado a través de retazos históricos, pues estas ceremonias eran evidentemente secretas.

Sabemos que el neófito Templario pasaba por un periodo de reflexión frente a una calavera, era sometido a un interrogatorio de “de donde venís” “sois de buena voluntad” y se pregunta a la asamblea “si entre vosotros hubiera alguno que conozca algo que impida..”

como en la cámara de reflexión del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Se le menciona al que se inicia el ideal de llegar a ser como la piedra pura del cielo, alusión muy congruente con la piedra pulida de los masones. Y hay también aquella ceremonia turbadora de muerte y resurrección, y resurrección a la luz, cuando el novicio ha de pasar sobre una tumba abierta, en este caso de Jesucristo, simbolizada con una cruz.

Adicionalmente no son menos significativos para la comparación del contenido iniciático del Temple con el Masónico los hechos de que el Gran Maestre del Temple sea nombrado en muchos escritos como el “Arquitecto” y que su símbolo de mando fuera el ábaco, el bastón sagrado de los Maestros constructores de Templos desde los lejanos tiempos de Egipto. Es más está perfectamente atestiguado que en la celebración del solsticio de San Juan de invierno se reúnen Templarios y Masones, y que los Maestros de ambas Ordenes encienden personalmente las hogueras rituales.

La persecución y destrucción de la Orden del Temple marca también un hecho trascendental para los Masones. Muchos Caballeros logran escapar y es de lógica incontrovertible el que algunos buscaran refugio entre los Francmasones.

De aquí nace la reivindicación de que algunos Templarios habrían creado el Rito Masónico denominado Escocés Rectificado y ello da lugar a que en nuestras ordenes colaterales, en muchos lugares de Europa, esté presente el Rectificado constituyendo Prioratos con el título de “Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa”.

El relato se basaría en que ciertos Templarios se habrían refugiado en Escocia, cerca de Heredon, donde fueron acogidos por los Caballeros de San Andrés del Cardo.

Esto está atribuido hacia el 1340, aunque existe otra versión según la cual el Rey escocés Bruce los habría acogido y habría fundado en su honor la Orden del Cardo en 1313.

Por el lado de los Masones operativos en aquella época, lo que sí es un riguroso e incontrovertible hecho, es la existencia atestiguada de Logias muy estructuradas en Inglaterra hacia 1.212 y en Francia (en Amiens) hacia el 1.221, y los francmasones estaban dotados de constituciones muy elaboradas, que podemos suponer venían ya de mucho tiempo antes. Algunas de estas constituciones las encontramos publicadas, como en el caso del Manuscrito Regius del 1390. Y es un hecho fundamental el que desde el mismo momento de la desaparición del Temple hasta hoy mismo, existe en la Masonería una constante mención de los ideales Templarios de sus hazañas y ritos.

Un masón moderno debe de tener, para bien comprender el sentido que pueda imprimir a su personal camino iniciático, un gran interés por conocer la historia de la masonería antigua, pues por algo somos una hermandad, una familia, y a quien no le interesa conocer de donde viene para saber a donde va!!. Hay miles de libros serios sobre la historia de la masonería y los masones. Algunos sobre su antiguo pasado en general, y otros sobre los particulares de un país o incluso de una región o de una ciudad.

Rechazad los escritos de esoterismos tontos y de fantasías; con una simple ojeada ya veréis si son un panfleto.

Como que el tema “masonería” despierta mucho interés siempre hay desaprensivos que explotan el tema para vender libros. Con todo tienen mucho interés los libros antimasónicos, pues con sus ataques, y por pasiva, uno se va reafirmando en nuestros valores e ideales. Una buena práctica es la búsqueda de publicaciones sobre nuestro Arte. Yendo de viaje es bueno husmear por librerías, por tiendas de Grandes Logias y, como no, también entre los libros de viejo. Todos los Hermanos deberían de tener su propia biblioteca de libros masónicos. Son sus propias herramientas de investigación y de elaboración de su camino hacia el inalcanzable fin del conocimiento iniciático perfecto. Hay tema para toda una vida.

En cualquier caso os recomendaría como libros de cabecera la Historia de la Masonería de nuestro amigo el jesuita José Antonio Ferrer Benimeli, y una traducción de las Constituciones de Anderson que, a parte de sus especulaciones más o menos fantasiosas sobre los orígenes de la Masonería, contiene las Reglas por las que aun nos regimos los Masones Regulares hoy.

Quizás un libro interesante para que vuestro nexo de unión con los Hermanos de la antigüedad se consolide es el tener un ejemplar del poema Regius que he citado ya que contiene las reglas, normas y constituciones de unos Hermanos del 1390. Este libro, cuyo original está escrito en inglés arcaico y se halla la British Library, se puede encontrar traducido a diversas lenguas. Es absolutamente apabullante como en el Regius se dice en esencia todo lo que seguimos diciendo y se describe todo lo que seguimos haciendo. Incluso yo recomendaría el leer versículos del mismo en Logia.

Claro que este poema tiene el interés adicional de ser uno de los pocos documentos escritos que nos han llegado, pues como es sabida la trasmisión era oral y el secreto es siempre bien guardado.

Sin embargo el libro no rompe ningún secreto y en cambio insta a guardarlo. Tampoco cita palabra secreta alguna ni fórmula alguna de juramento de iniciación, pero algunas muy similares a las de hoy se han encontrado en constituciones de masones como las de Canterbury y otras. Estas formulas de juramento antiguo son la esencia que debería trasmitirse a los nuevos iniciados, porque son el nexo que une nuestra cadena de Hermanos a los de todos los tiempos. Varían algo según tiempos, pero vienen a decir lo mismo.

Es espiritualmente elevador pensar en los miles de Hermanos que siglos atrás dijeron…..”Juro por Dios y San Juan (patrón de los masones junto con los Cuatro Coronados) asistir a la Logia, obedecer al Maestro, guardar las llaves (se refiere al secreto) …bajo la pena de tener la g.r. y la.l.a.del m. y arrojada a la orilla allí donde el flujo y el reflujo de las olas llegan cada día dos veces ….”

He hecho una referencia a los Templarios pero que quede claro que si bien tenemos una organización colateral, de la que os hablare más adelante, llamada Gran Priorato de España de las Ordenes Militares, Masónicas y Religiosas del Temple y Malta, jamás osan los Masones proclamarse descendientes de la Orden de los Templarios, como han hecho un sinnúmero de grupos, algunos con nefastas consecuencias.

Ved, ya en el Siglo XIX fue entregado a Napoleón Bonaparte una carta, supuestamente del Siglo XIV, la llamada Carta Larmenius, según la cual Jacques de Molay habría entregado antes de morir la maestranza del Temple a este tal Larmenius, y en función de ello existiría una sucesión legítima, que Napoleón reconoció, creando la Orden Soberana y Militar del Templo de Jerusalén, y que aun hoy existe.

Personalmente creo que el astuto Napoleón intentó con este reconocimiento crear una Orden en contrapeso de la del Hospital de San Juan de Jerusalén (dicha de Malta) que de facto había él disuelto en 1796 ocupando la isla de Malta, y como consecuencia de ello se encontraba con el problema de que Caballeros dispersos, sobre todo en los Estados Italianos, reivindicaban la soberanía de Malta y difundían un mensaje antinapoleónico. En cualquier caso existen numerosas ordenes que se reclaman seguidoras o hasta herederas de la de los Templarios.

El Vaticano ha realizado un censo donde aparecen más de cuatrocientas con los más variopintos objetivos. Como la de la magia en la Ordo Templis Orientis, la lucha contra la droga de los Caballeros de la Alianza Templaria, la alquimia de la Orden del Temple Cósmico, o la Orden de los Caballeros del Temple y la Madre de Dios. Generalmente son gentes de buena voluntad e incluso realizan actividades meritorias, pero en algunos casos el espíritu templario ha sido profundamente mancillado como lo es en el caso del Ku Kux Klan americano que reivindica herencias templarias, o en la Orden de los Nuevos Templarios que fundo en 1907 Von Liebenfels de carácter racista y a la que perteneció el Jefe de las SS Himmler.

Lo mas adecuado es decir que los legales herederos, al menos jurídicos y materiales, de los Templarios lo fueron los Hospitalarios, los Caballeros del Hospital de San Juan de Jerusalén, vulgarmente dichos de Malta. Quizás os chocará que os hable ahora un poco de ellos pero veréis sus también existentes conexiones con la Masonería.

De los Hospitalarios tampoco es necesario disertar ahora sobre sus hechos históricos, sobradamente conocidos por todos vosotros. Me limitaré a las conexiones con la Masonería que tenemos perfectamente documentadas y bastará con decir que los Hospitalarios, después de las pérdidas sucesivas de Arce, Rodas y Creta, y estando asentados en Malta no tenían una vida tranquila.

Se encontraban en la frontera marítima que separaba a los otomanos de los reinos europeos. Para esto precisamente estaban ahí. Pero por otra parte siempre tuvieron un, llamemos, activo intercambio cultural, y ello tanto por el hecho de la movilidad de los mismos Caballeros, provenientes de las clases altas nobiliarias de las diferentes lenguas europeas, como por el hecho de ser La Valetta, en Malta, puerto obligado de paso y refugio de escuadras y mercaderes de todo el mundo. Mucho del intercambio cultural de los siglos XVIII y XIX lo es gracias a los puertos. Y la masonería, ya en su esquema actual de masonería no operativa, sino solo especulativa, también es muy difundida por comerciantes y militares.

En cualquier caso está atestiguada por sus propias actas la existencia en Malta desde 1764 de la Logia Harmony and Secrecy y que, fijaos, se dice literalmente en sus documentos que se rige por la “Doctrine of the Lodges of St. John of Scotland”, aquellas precisamente que reivindican desde antiguo el haber incorporado a los fugitivos Caballeros del Temple y su herencia espiritual y ritual. Esto es un poco como el eslabón perdido por el que podemos intuir, entre los Caballeros en Malta, no solo interés iniciático por la Masonería sino un recuerdo del espíritu templario, sanjuanista y solsticial latente desde siempre.

También en Malta aparece otra Logia con un nombre similar, la St. John Lodge of Secrecy, que en el Registro de la Gran Logia de Inglaterra, la Logia madre de toda la Masonería Regular mundial, estaba inscrita con el número 539, siendo años después renumerada con el 448.

Pues bien, según sus actas pertenecían a esta Logia altos cargos como varios Bailos – que son los jefes de las casas de las diferentes lenguas o nacionalidades, o jefes en provincias de ultramar – y también el mismísimo Gran Maestro Rohan que se inició en 1756 y su posterior y último sucesor Hompsech de Branderburgo.

La Masonería debía ser desde hacía tiempo muy activa en Malta, como lo atestiguan los escritos del Papa Clemente XII instando al Gran Maestre a prohibir la actividad masónica en Malta, lo que se tradujo en una Orden del Gran Maestre en el 1740 prohibiendo las reuniones masónicas, pero que seguramente fue más formal que efectiva, no solo por lo que acabamos de explicar de las Logias documentadas sino por el curioso hecho, también documentado, de que el Gran Inquisidor en aquel momento, Joan Felip Scotti, también era masón.

Y ahora con relación a los Caballeros del Hospital y nuestro Gran Priorato llegamos a un hecho histórico fundamental para nosotros. La legitimidad del colateral de la Gran Logia llamado Gran Priorato de España le viene de haber sido establecido por el Gran Priorato de Inglaterra en el año 1994, en una ceremonia que se realizo precisamente en la Gran Logia de Barcelona, y se celebró con un Servicio Religioso en el Monasterio de Montserrat presidido por su Abad. Este Gran Priorato de España, y como es habitual entre las organizaciones masónicas, sustenta su autoridad territorial por el reconocimiento de que como tal le dan todos los otros grandes prioratos del mundo.

Pues bien, el Gran Priorato de Inglaterra, piedra madre angular de los Grandes Prioratos, se rige aun actualmente por unos estatutos aprobados el 24 de junio del 1791, siendo en aquel momento su Gran Patrón el Príncipe Eduardo de Inglaterra.

Lo cual no quiere decir que exista solo desde entonces, sino seguramente de mucho antes, puesto que algunos Caballeros, que venían de corporaciones ya existentes, simplemente se reunieron aquel día de San Juan para dotarse de una estructura administrativa única y que continúa hasta hoy en día.

Y si esto ocurre en 1791, ello quiere decir que al menos los Caballeros masones existentes en Malta debían de forzosamente conocer la creación y existencia de este Gran Priorato, puesto que la ocupación de la Isla por Napoleón, y la dispersión y practica desaparición de los Hospitalarios, no se produce hasta 1798. Por lo tanto nuestro Gran Priorato en su forma actual es durante unos años coetáneo con la Orden de San Juan de Jerusalén y bastante anterior a la disolución de la Orden por Napoleón.

Como ya os había comentado los Caballeros se dispersaron por varios estados no ocupados por los franceses y es muy lógico que algunos buscaran refugio en Inglaterra, sobre todo entre los masones. Con todo los que quedaron vagando por los Estados italianos fueron finalmente acogidos, ya mucho más tarde, y solo en 1834, por el papado, lo que ha dado lugar a la actual organización de la llamada Soberana Orden de Malta, cuyos miembros han de ser exclusivamente cristianos católicos, y que cuenta con sacerdotes y conventos de monjas, y realiza una benemérita labor de enseñanza y hospitalaria, sobre todo en Roma y Austria con su servicio de ambulancias, un poco como la Cruz Roja, una organización también creada en su día por el Masón Hermano Dunant.

En algunas ocasiones el Gran Priorato de Inglaterra y la Soberana Orden de Malta han realizado actividades de beneficencia conjuntas.

El Gran Priorato de España y la Preceptoria que yo mismo presido este año se reúne en la Sala Capitular del Monasterio de Santa Ana de Barcelona, antigua abadía del Siglo XII que ha quedado escondida entre edificios por la zona de la Plaza Cataluña, y que a su vez es también la sede de la Orden del Santo Sepulcro, fundada en el Siglo XIII y también ahora llamada Capítulo Noble de Aragón y Cataluña.

Bueno solo he querido ofreceros un relato anecdótico y sucinto, con algunos ejemplos curiosos, de cómo los Misterios antiguos vienen de tiempos inmemoriales y han llegado hasta hoy en día a nuestra Masonería y también a nuestras organizaciones colaterales como el Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado o el Gran Priorato de España, las dos líneas del filosofismo que se prolongan de las Logias rojas de escocés o de las azules de la emulación o las verdes de San Andrés.

Bueno, si habéis tenido la paciencia de leer este escrito, que en el fondo también me ha servido a mi mismo como “deberes de masón” para profundizad en el Arte, os doy las gracias por vuestra atención, y deseo que, a través de algunos retazos de las anécdotas de la historia, hayáis podido entrever toda la carga iniciática, cultural, humana, social y benéfica que los siglos han ido transmitiendo a nuestros miembros y ello tanto por el hecho de ser todos masones como también miembros de los cuerpos colaterales para cultivar el filosofismo y el espíritu caballeresco, valores que intentamos instaurar en nosotros mismos y llevar al mundo, junto con aquellos grandes ideales masónicos de tolerancia, fraternidad.

Pero el mensaje que fundamentalmente este trabajo intenta transmitidos, queridos Hermanos, es esta pervivencia de los iniciados que buscamos la luz interior y el bien de la humanidad, siendo nosotros, los Masones, los justos y legítimos herederos de los Misterios de la antigüedad.

Ramon Viñals i Soler

 

 

Publicado por:

Ramón Viñals

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