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La epidemia masónica


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La epidemia masónica

 

 

 

En el año que cumplo perteneciendo a nuestra orden debo decir que una situación me ha sorprendido mucho negativamente, situación de la que oigo a mis hermanos quejarse y que cada cierto tiempo veo un trazado que la aborda en alguno de los foros internacionales, por lo que llego a la conclusión de que es generalizada.

Me refiero a los hermanos inconstantes, los silentes o dormidos; esos que adornan nuestras nóminas logiales pero no nuestros templos, y que cuando logras contactarlos e indagar la razón de su lejanía, te hablan de desencantos, desilusiones, de lo que esperaban recibir en la masonería y que nunca llegó.

Hermanos, estos no son masones. Es común en un masón sacar el pecho y alzar la frente al mencionar los nombres de los ilustres hombres que dibujaron la sociedad de hoy y que tenemos el honor de llamar hermanos, pero pocas veces nos sentamos a analizar que hacia diferente a estos individuos.

La respuesta es simple, eran hombres cuyo carácter los obligaba a dar antes de recibir, a ser catalizadores, a no poder estar callados o tranquilos cuando hay algo torcido que puede ser enderezado, hombres que llegaron a nuestra orden con las mismas exageradas expectativas que la historia le carga al hombro, pero al darse cuenta de que era una sociedad de humanos, defectuosa por naturaleza, no sintieron desilusión ni perdieron el empuje, se dedicaron a hacer crecer la orden sabiendo que el trabajo realizado y la convivencia con los hermanos serían el motor de crecimiento del individuo y serviría también con entrenamiento para que, llegado el momento, ese espíritu de cambio y entrega se expandiera más allá del templo.

El hermano que hoy se queja de que no recibe instrucción, desde una silla con vista a una gran biblioteca, posee una cualidad que lo hace inmune al fuego, impermeable al agua, ajeno a la tierra e incapaz de sentir un fresca brisa, una cualidad opuesta a los valores masónicos, la misantropía.

De nada vale llevar un anillo con la escuadra y el compás, cerrar tu firma con los tres puntos, o hacer alarde de unos dígitos si tu ausencia e indiferencia te hacen perder la característica esencial de un masón: que tus hermanos te reconozcan como tal.

El conocimiento no es luz si no ilumina a quienes te acompañan en el viaje de la vida, por eso en nuestros ritos es a veces más importante un ágape que una cátedra, virtud y ciencia deben ir de la mano o el templo construido no resistirá ninguna prueba.

G. Smester

 

 

 

Publicado por:

Diario Masónico

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Comments

  1. Hermes    

    Porque ventilar situaciones masónicas a la indiscreción de profanos?. Esta página no debe ser «pública»

  2. Jotenegro    

    La epidemia existe porque permitimos que así sea.Una causa primordial de esta razón es la de no saber elegir las piedras correctas.Un mayor énfasis y mejor criterio en la selección de los candidatos es esencial.No cualquiera pude acceder a la luz masónica. Cada la logia debe tener un perfil mínimo del elemento digno de tal favor.Luego, una correcta docencia y una correcta selección a la hora de pagar el salario. Piedras a medio pulir o pulidas a la rápida no son buenas para la construcción, siempre serán causas de algún deterioro en la Obra.

  3. C.M.    

    Soy de los que mencionais, querido hermano, pero procuro practicar en el mundo lo que en ten.: tratan muchos. No ambiciono honores ni dadivas, ni porto el anillo, pero tengo claro que el mas.: ha de servir por amor a la humanidad. No espero que me reconoscais, pues mi labor debe ser discreta. La verdad hermano, no espero nada de la mas.: que no pueda obtener por mi mismo.

    Temgo porque doy.

  4. Aldo Remo Pedrini Escobar    

    Q.:H.:
    Tienes razón, pero el camino evolutivo es totalmente individual. No todos vamos al mismo ritmo y ciertamente hay quienes llegaron y fueron aceptados, pero por alguna razón están atorados. Muchas veces hay razones familiares con las que el H.: debe luchar, cuando es la señora se pone más difí­cil ya que no todas las damas aceptan de buen agrado que el marido se ausente semanalmente y llegue a medianoche otras veces son los compañeros de trabajo, en fin cada mente es diferente y pasa por diferentes procesos…Parte de nuestra enseñanza es la tolerancia, tarde o temprano se integrarán…un abrazo…

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