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¿… y es que los Masones tienen humor?


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¿… y es que los Masones tienen humor?

 

 

 

 

Autor: Iván Herrera Michel/ Fuente: Pido la Palabra

Un tópico poco frecuente de encontrar en la literatu­ra Masónica lo constituye el del humor que acompaña no solo a los alegres ágapes de la Orden, sino además a cere­monias solemnes que inesperadamente se ven asalta­das por una anotación jocosa.

La imagen propagada en mi país, es la de que un Masón es una persona grave, con ademanes solemnes, conversación trascendental y medio malgeniado; y es que hasta García Márquez, se refiere a la “mala bilis de Masón” de su abue­lo para explicar su mal carácter.

Algo de esto hay, pero lo cierto es que los Masones, además, son grandes bromistas, y practican todas las modalidades del arte, desde el inocente comentario fes­tivo, hasta el cruel humor negro, pasando por el fino apun­te cortesano de doble filo y la comicidad irreverente, sin olvidar el temible sarcasmo. Todo se celebra con buena disposición de ánimo dentro de un arraigado espíritu de tolerancia y fraternidad. Lo que divide a los Masones tiene mucho más que ver con los temas serios que con los cómicos.

Lo paradójico del caso, es que los Masones, con todo lo formal por lo que se les toma, e inmersos en una aso­ciación que cuenta con una gran cantidad de solem­nidades, son capaces de hacer seriamente su trabajo mientras ven el lado más frívolo de la cuestión bromeando permanentemente sobre ellos mismos o sobre lo que están haciendo.

Hay Masones que se han vuelto célebres por su repertorio de chistes y la gracia que tienen para contarlos en los banquetes, sin desmedro del reconocimiento ge­neral de sus altas calidades Masónicas.

Cada Gran Logia tiene un miembro que, por su natural talante, divierte a sus Hermanos y alegra las reuniones. También ha habi­do grandes cómicos que se han incorporado a las colum­nas de la Masonería. Los más conocidos son Charles Chaplin (Charlot), Stan Laurel y Oliver Hardy (El Gordo y el Flaco), Mario Moreno (Cantinflas) y Peter Sellers.

Pareciera que, el del humor, fuera un tema sencillo. Sin embargo no lo es. El filósofo italiano Humberto Eco sostiene que mientras la tragedia es un género de carácter universal, el humor lo es de aplicación local. Como ejemplo de esto, trae a cuento el hecho innegable de que el humor de los anglosajones parece tonto a los pueblos de estirpe latina, mientras que la picaresca del sur de Europa a ellos les resulta incomprensible. Y ni hablar de los chistes chinos en Occidente o del humor mexicano en los países escandinavos. En Colombia, igual sucede con la alegría del costeño y del antioqueño, difícil de entender para un andino o un santandereano.

En claro contraste con lo anterior, la muerte de Electra a manos de su hijo, las tribulaciones de Hamlet, los pro­blemas que les acarrean a Madame Bovary y a la Karenina sus adulterios, y los arrepentimientos de un joven ruso por la muerte de una usurera, son de interés uni­versal.

Asimismo, los 100 años de soledad de una familia del caribe colombiano son fácilmente comprensibles para un chileno.

Entonces, no es nada sorprendente que en Occi­dente -y ya en una escala más amplia- aunque estemos bastante impermeabilizados para la comedia oriental, seamos capaces de entender sus tragedias. Asimilamos perfectamente la parte dramática del clásico japonés “Rashomon” del director Akira Kurosawa, pero no enten­demos realmente la razón del por qué o cuándo se ríen sus protagonistas. Sus carcajadas se nos antojan exóti­cas, o por lo menos exageradas. Cosa muy distinta nos sucede con “Tiempos Modernos” de Chaplin, “Johny English” de Mr. Bean o las aventuras del “Chavo del 8”.

La Masonería no obedece a tendencias diferentes, y en ella sucede algo similar en relación con las anécdo­tas humorísticas provenientes de contextos culturales distantes. Un Masón saltando por encima de una cabra es una figura muy inglesa, que definitivamente no nos dice nada a los latinos, mientras que la esposa de un Masón que se refiera a su rival con el calificativo de “Pro Tempore” provoca más de una sonrisa. Y pensar que cuando le conté a la hija de un Masón (que nos conoce bastante bien), sobre la materia de este artículo, me sor­prendió con la pregunta: “¿… y es que los Masones tienen humor?”.

Frente a esta objeción inesperada, y como prueba de lo contrario, presentamos la siguiente muestra de chistes provenientes de aquí y de allá, en la cual se ha querido reseñar los que definitivamente son Masónicos, dejando de lado, aquellos que sustituyen referencias ajenas por otras Masónicas. Al­gunos de los consignados son anécdotas reales cuyos prota­gonistas aún sirven a la Orden.

CAMBIO DE FOCO

P: ¿Cuántos Masones se necesitan para colocar un foco?

R: No se puede decir. Es secreto!!

QUORUM PARA CAMBIAR UN BOMBILLO

Cuántos Masones se necesitan para cambiar un bom­billo?

Se necesitan 21:

2 para quejarse que el foco no funciona.

1 para pasar el problema a una comisión, Consejo o al Venerable Maestro.

3 para estudiar la luz en la Logia.

2 para evaluar el tipo de luz que usan los del Opus Dei.

3 para objetar eso.

5 para planear una cena de celebración del cambio de bombillo.

1 para prestar una escalera, donar el foco e instarlo.

1 para ordenar la placa recordatoria y hacerla colocar.

2 para reclamar que «así no se hacia antes».

1 para afirmar que el nuevo foco es irregular.

TRIÁNGULO PARA UNA BOMBILLA

¿Cuántos Masones se necesitan para cambiar una bombilla?

Tres. Uno para atornillarla, uno para leer una Plan­cha sobre los méritos de la anterior bombilla, y uno para quejarse de que esa no es la manera de atornillar una bombilla en el R:. E:. A:. y A:.

NIÑO CURIOSO

En un concurrido entierro en Bogotá de un Masón muy conocido, en el que se llevaba a cabo en el cemen­terio el Ceremonial de Honras Fúnebres Masónicas, los Masones asistentes se hallaban decorados con Mandiles de duelo del 3° Grado. Mientras tanto, un niño de 8 años de edad se resistía a abandonar el lugar como quería su madre, llamando la atención de todos. Gritaba con insis­tencia:

-“Mamá!’ Suéltame!!! ¿no ves que van a enterrar a un pirata?”.

PRINCIPIO CREADOR

En una Logia de la ciudad de Montería, Colombia, se iniciaba un nuevo Masón. El Venerable Maestro le indica al Experto indagar acerca de si el candidato creía en un Principio Creador, a lo cual éste contestó después de cumplir su cometido:

-Venerable Maestro, el candidato afirma que no cree.

-Volvedle a preguntar, Q:. H:. Experto. Insistió el Venerable Maestro.

-(después de entrar y salir) Venerable Maestro, que
no cree.

-Q:. H:. Experto, (abriéndole los ojos) le ruego indague bien.

-(después de volver a entrar y salir) Venerable Maes­tro, el candidato definitivamente no cree.

Entonces el Venerable Maestro llama al Experto a su lado, y luego de explicarle al oído la situación, la calidad de los invitados y los preparativos de la masticación, le solicita que solucione el problema de la mejor manera posible.

El Experto abandona nuevamente el Taller y al rato vuelve y anuncia muy orgulloso en voz alta:

-¡Venerable Maestro, el candidato ya cree!

¡¡QUIÉN VA!!

Sucedió en una Ceremonia de Iniciación en Montería, en la que se inciaba el sobrino del Seg:. Vig:. de la Logia:

Seg:. Vig:. -i¡Quién Va!!

Candidato: -!!Yo, Tío!!

GADU

V.O.H. era un Masón a quien le gustaba adornarse con gran pompa con Mandiles y Collarines vistosos, boto­nes de solapas relativos a Grados y Ritos, medallas Ma­sónicas recibidas a lo largo de sus continuos viajes por la Costa Atlántica en donde había fundado varias Logias, etc.

En una ocasión, después de una larga ausencia, visitó una Logia de Barranquilla con tan mala suerte que llegó después de haberse iniciado los trabajos. Tocó con la batería del Primer Grado, y sucedió que al salir el Oficial res­pectivo (un Masón muy joven que no lo conocía) para ver quién tocaba, éste se impresionó con lo majestuoso de la vestimenta.

Al volver adentro, para notificar la llegada de un Her­mano que adivinaba importante, anunció muy orondo:

-Venerable Maestro y Queridos Hermanos todos, en el pórtico del Templo se encuentra un Querido Hermano Masón que a juzgar por los arreos que trae parece que se trata del Gran Arquitecto del Universo.

SERENIDAD

A raíz del cisma Masónico vivido en Barranquilla a finales de la década de los 80s, la incipiente Gran Logia del Norte de Colombia, al no tener sede propia, se reunía en las oficinas del Cementerio Universal de Barranquilla, con mucha dignidad y orgullo.

En una ocasión, después de una elegante Iniciación en ese sitio que se prolongó hasta la media noche, un Hermano Masón, vestido con smoking caminó solo y des­preocupado hacia el lugar en donde estaba parqueado su carro. Al pasar por la puerta del cementerio, un asal­tante salió de pronto de unos arbustos cercanos y con cuchillo en mano le preguntó burlón y amenazante:

-¿ y es que a usted no le da miedo pasar por aquí a estas horas?

La respuesta serena del Masón no se hizo esperar:

-La verdad es que cuando estaba vivo sí me daba miedo.

LAPSUS

Un Orador, que en su vida privada es ganadero, en un discurso durante una Iniciación: “Esa cabuya que guinda ahí, representa”

PREFERENCIAS

El mismo Orador, en una circunstancia parecida: “Pre­fiero que me degüellen antes que “.

FUEGO

El oferente en un ágape, con la copa en alto: FUEGO!! MAS FUEGO!! SIEM ..

El mesero despistado: CORRAN!! CARAJO!!! QUE SE ESTÁ PRENDIENDO ESTA VAINA!!!!!!

DE LOS BUENOS

El Retejador: ¿Es usted un Masón Regular?El Visitante: No, Hermano, ni de riesgos!! Los Maso­nes Regulares son otros, Yo soy de los buenos.

AY!! MAMITA MÍA!!

Un Masón con asombro en un banquete: “Masón, ron y comida Ay!! mamita mía’

HINCHAS BARRANQUILLEROS

En una Ceremonia de Instalación de Dignidades en Barranquilla, al formarse la cadena respectiva, la palabra que se puso a circular fue “Unión”, que es como se denomina comúnmente al equipo “Unión Magdalena” de la vecina ciudad de Santa Marta.

Por alguna extraña circunstancia, la palabra que le llegó al Maestro de Ceremonia fue “Júnior” que es el nombre del equipo de fútbol local.

Tocó repetir con otra palabra.

SOSPECHOSO

Un Compañero Masón al Gran Maestro el dia siguien­te a su Aumento de Salario:

-Muy Respetable Gran Maestro, he venido a hablar con usted un asunto que sucedió anoche y que no me ha dejado dormir. Un Hermano del Grado de Maestro dejó entrever que a mí se me tenía como sospechoso, a mí me aclaran de qué diablos soy sospechoso. En mi vida me he robado nada!! y si de la Logia se perdió algo, a mí me hacen el favor de sacarme del problema

Yo podré ser nuevo entre ustedes y ustedes pueda que no me conozcan todavía bien, pero: A mí se me respeta!!.

PUNTO DE VISTA

La esposa de un Masón al momento de verlo salir para su Aumento de Salario:

-Tú dices que vas a la Logia para un Aumento de Salario, pero viendo lo que te has gastado yo creo que vas es a una disminución de Salario.

SUSTO

En Cartagena de Indias, el edificio de la Gran Logia cuenta con un viejo pozo de agua. Hace algunos años, en la Iniciación de dos candidatos, un Masón bromista lanzó dentro de él una piedra grande gritando:

– Hermano, ya yo arboleé (lancé) el mío, Dale ahora con el tuyo.

– Naturalmente, los dos candidatos tomaron sus cosas y no han vuelto hasta hoy.

CARIDAD

Un cartero, en su ruta, recogió una carta dirigida a Dios. Viendo que no estaba cerrada y como no tenía ninguna estampilla, la abrió y la leyó.

Era de un hombre que estaba pasando un momento difícil y pedía ayuda a Dios. La carta pedía 5000 dólares para que su familia pudiera pasar la semana. El cartero, que era Masón, llevó la carta a su Logia esa tarde, la leyó y pidió donativos para ese infortunado remitente.

Los Masones, queriendo ayudar, hicieron una colecta y reunieron 2.500 dólares entre todos. El Secretario puso el dinero en un sobre de la Logia y se lo dio al cartero para que lo despachara al día siguiente, lo que en efecto se hizo.

Pasaron un par de días, y el cartero volvió a encontrar un sobre sin cerrar en el buzón, dirigido a Dios. Una vez más, abrió el sobre y leyó la carta que agradecía a Dios por el dinero, pero le pedía que en otra ocasión le haga sus envíos por otra empresa de correos, porque los Masones se habían quedado con la mitad de lo solicitado.

FRATERNIDAD

Un médico y un plomero estaban en la misma Logia.

El domingo por la mañana, el médico se despertó con su baño tapado, así que llamó al plomero, el cual le contestó: «pero yo no trabajo los domingos ¿No podría esperar hasta mañana?»

El doctor le dijo: «Tampoco me gusta trabajar los domingos, pero si tú estuvieras en problemas y te sintie­ras mal, Hermano, yo acudiria prestamente a ayudar­te» .

«OK», dijo el plomero y acudió de inmediato donde el médico, subió las gradas y observó el baño… tomó dos aspirinas de su bolsillo y las tiró al inodoro. «Ahí está, dijo, si no mejora para mañana llámeme otra vez y acudiré de inmediato.»

SIGILO

Un hombre estaba caminando por el parque de su zona cuando se percató que en la cancha vecina había una furiosa pelea.

-¿Qué está pasando?, preguntó a un espectador que miraba desde las graderías.

-Es un partido entre dos Grandes Logias.

-Ahh … dijo el hombre. ¿Y en cuánto va el marcador?

-No sé, le dijo el otro, es un secreto que los jugadores han jurado guardar.

ESTUDIO

Un viejo Masón, mientras visitaba en su casa a un Hermano recién iniciado, su esposa lo llevó a un lado y le explicó que su esposo había comenzado a comportar­se de una manera extraña desde su incorporación a la Orden.

«Se encierra en el baño por horas y termina murmu­rando a solas con su librito azul», fue la explicación.

Cuando caía la tarde, en la Logia le preguntó cómo iba todo. «Ah, bien», contestó.

Le preguntó entonces acerca de su comportamiento y si había algo de qué preocuparse. «No», respondió. Y entonces: ¿por qué leer ahí el libro azul? «Es que es la única habitación que tengo con el piso a cuadros .. » res­pondió.

A LAS PUERTAS DEL CIELO

Un cansado anciano Masón, cuyo cabello ya estaba gris, llegó a las puertas del cielo cierto día.

Cuando le preguntaron qué era lo que más había hecho en la tierra. Respondió que su papel era ofrecer los brindis de la Logia a la que pertenecía.

San Pedro le dijo entonces. Mientras sacudía la cam­pana, «pasa y entra, Hermano. ya has tenido suficiente infierno … »

ARREOS

Juan y Miguel eran dos Masones de los que gustan de tener sus propias decoraciones y no depender de los de su Lo­gia. En una ocasión, al colocarselas para una Te­nida de su Logia, a Juan se le salió de su caja un par de medias de seda femenina. Miguel extrañado observó:

-Me pregunto, Juan, ¿qué hacen aquí esas cosas? …

Juan dio una mirada y susurró:

-Recuerdas la Tenida Blanca del año pasado? Miguel respondió afirmativamente y Juan continuó: -No se lo digas a nadie, pero al regresar a casa me detuve en un barcito en donde conocí una bella dama. Parece ser que ella olvidó sus medias en el carro y mi esposa las encontró. Le dije que era porque había subi­do a un Grado superior en la Masonería, así que desde entonces ella siempre me las guarda en mi caja junto con mis guantes.

BORRACHITO

Un hombre camina por la calle, a la una de la maña­na, muy bebido.

Un policía lo detiene y le pregunta adónde va en esas condiciones.

El borrachito le contesta:

-Oficial, eshtoy yendo a un shaaasrla sobre la Ma­shoonería y su importancia para la familia….

El policía entonces le pregunta:

-Bueno, ¿Pero a quien le puede interesar semejante charla a esta hora de la noche?

-¡A mi mujer … cuando syyeegue a mi casha! …

EN EL CIELO

Cuentan que un Masón, Maestro de su Logia, llegó al Cielo y se encontró con San Pedro, ante el cual se identificó como miembro de la Orden.

Éste le preguntó:

-¿De qué Logia?-Orgullosamente, respondió: “Fraternidad N° 1”.San Pedro le llevó entonces a la Sala de los Relojes Masónicos. El Maestro, asombrado, miró alrededor.La sala estaba llena de relojes, cada uno con el nom­bre de una Logia en una placa de plata. Lo extraño es que cada reloj daba una hora diferente. Preguntó, en­tonces, por qué, y San Pedro le informó que las maneci­llas de cada reloj se movían solo cuando alguien de la Logia cometía un error en el ritual.El Maestro preguntó, entonces, dónde estaba el reloj de su Logia, a lo que San Pedro respondió:-Ah .. Ese está en la cocina.-¿En la cocina? ¿Y por qué?

Por que ese lo usamos de abanico.

 

 

 

Publicado por:

Diario Masónico

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