Los Caballeros de Colón

La organizacion de los Caballeros de Colón “no es gratuita” y cuentan con más de millón y medio de miembros en el mundo. Es considerada la mayor organización laica del catolicismo y cuenta con “Consejos” en Estados Unidos, Canadá, México y Filipinas. 

Fue fundada en New Haven el 29 de marzo de 1882 por el sacerdote Michael J. McGivney, de origen irlandés. Podemos observar que la fecha es casi coincidente con la época de las grandes excomuniones vaticanas en contra de la Masonería.

Nace como una asociación exclusiva de hombres, a partir de la idea del papel secundario de la mujer. Toman el apellido del descubridor Colón (Columbus en inglés) porque él introduce el catolicismo en el Nuevo Mundo. Los requisitos para su ingreso son el de ser católico y no ser divorciado; en caso de que uno de sus miembros llegue a divorciarse, puede seguir siendo caballero de Colón mientras no vuelva a casarse, pues entonces cometería adulterio ante los ojos de la Iglesia.

Una de las grandes controversias provocadas por los “Knights of Columbus”, su nombre original (Caballeros de Colón), fue el haber nacido como una ínsula católica militante, en medio del pensamiento protestante.

Ayudó su inserción sin embargo, la fórmula caballeresca fraternal que imitaba irónicamente, a la Masonería, cuyo peso en Estados Unidos era innegable. Pero si ello en sí fue polémico, lo fue más su juramento, el cual fue denunciado ante el Congreso de los Estados Unidos por su contenido criminal y discriminatorio en contra de los masones, en contra de quien no sólo se oponían maldiciones y blasfemias, sino también se ligaba mediante juramento a sus miembros, a cometer crímenes sangrientos en contra de los masones y sus familias.

Se puede leer el contenido de ese Juramento en las páginas de Ciudad Acacia y en particular en la dirección http://www.civila.com/acacia/CabColon.htm

Esta organización fue proscrita temporalmente hasta que demostraron cabalmente que se había cambiado el contenido de dicho juramento. Incluso se comenzó a aceptar la presencia de la mujer aunque en grupos separados.

Así se formaron la asociación de las Damas Isabelinas para las esposas de los caballeros, una organización para sus hijas -las Colombinas de María- y una organización juvenil masculina denominada “Los Escuderos de Colón”.

Los Caballeros de Colón constituyen no sólo una organización religiosa laica, sino que a través de los vínculos de ayuda mutua, establecieron una poderosa empresa de seguros que ofrece valiosos servicios financieros a la Iglesia Católica, otorgándole préstamos en condiciones sumamente favorables.

Sus objetivos han sido de carácter fraternal, aunque reivindican dentro de sus postulados la beligerancia en contra del pensamiento ajeno a la fé católica y la reivindicación de sus postulados dentro de la ética privada y pública.

En México opera desde principios de este siglo. En 1905 es nombrado por el mando de los Caballeros en Estados Unidos, al general retirado John B. Frisbie como diputado territorial para este país.

El primer mexicano que se hizo cargo de esta agrupación fue el Doctor Fernando Zárraga en 1916 y posteriormente gente relevante como el historiador Jesús Galindo y Villa.

Dentro de la historia de México en que los principios liberales se institucionalizaron en la Constitución de 1857 a partir de Benito Juarez en la segunda mitad del siglo XIX, después de años de guerra civil con los grupos conservadores azuzados y financiados por la Iglesia; en la Constitución de 1917 se rescata y afina la esencia anticlerical y este grupo comienza a articular diversas estrategias en contra de la vigencia de la Constitución y en particular de sus apartados que establecen la educación laica y la separación del Estado y de la Iglesia.

Para dimensionar la diferencia que se estableció entre el Estado mexicano y la Iglesia, cabe destacar que el Papa excomulgó esa Constitución y años más tarde se promovería una guerra civil denominada Cristera, por su grito de guerra: “¡Viva Cristo Rey!”.

En este sentido, los Caballeros de Colón impulsó la formación de grupos conservadores antigubernamentales y por añadidura antimasónicos.

Así nacen La Unión Nacional de Padres de Familia en 1917; la Liga Defensora de la Libertad Religiosa en los años 20; la Unión Nacional Sinarquista (movimiento que aglutinó a los cristeros y cuya doctrina era abiertamente totalitaria y autodeclarada cercana al fascismo); la Legión Mexicana de la Decencia y más recientemente el Comité Nacional Provida y la Asociación Nacional para la Moral. Esto no descarta los vínculos con grupos como Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana y Testimonio y Esperanza Enlace en la Comunidad, A.C.

El discurso público de estas organizaciones confunde con frecuencia al Gobierno con la Masonería y no es raro escuchar hoy en día a políticos del partido conservador Acción Nacional, hablando del Revolucionario Institucional englobando a sus miembros como un reducto de masones trasnochados, aunque en los últimos años se han dedicado a atacar al neoliberalismo, aprovechando para denostar y descalificar de paso a las organizaciones eminentemente liberales como la masonería y a hacer proselitismo en favor de la doctrina social de la Iglesia.

Recientemente -podemos citar como ejemplo-, que estalló un escándalo por la desaparición de cuantiosísimos recursos destinados a la Cruz Roja, en virtud de que durante varios años, sus principales dirigentes en México, miembros de estas instituciones conservadores, desviaron esos recursos para intereses aún no aclarados.

El debate público incluyó declaraciones en el sentido de que la Masonería enquistada en el gobierno pretendía descalificar al presidente de la Cruz Roja José Barroso Chavez (Caballero de Colón y ex Gran Maestre de la Orden de Caballeros de Malta en México), por su defensa de la vida y su posición en contra del uso del Condón como medio para prevenir el SIDA y desde luego, la promoción de la abstinencia como único medio fiable para evitar su propagación.

Posición respetable, pero inaceptable para el dirigente de una organización internacional dedicada a la salud humana como lo es la Cruz Roja. Al final, se demostraron sus ilícitos y Barroso Chavez fue retirado del cargo.

Entre las acciones públicas que son visibles en México por parte de los Caballeros de Colón, son su indumentaria similar a la del grado 30º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado aunque más hispanizada.

Realizan una marcha anual con sus indumentarias para venerar a Agustín de Iturbide supuesto “libertador de México” -obviamente no pueden aceptar que Miguel Hidalgo y Costilla, un cura iniciado masón y excomulgado explícitamente, sea el padre de la Patria-; una misa el 12 de octubre y algo más profano, su participación en las muestras de intolerancia con que vejaron las muestras pictóricas y fotográficas en diversos años en la Ciudad de México y Aguascalientes.

Hoy en día los Caballeros de Colón agrupan a aproximadamente 6,000 matrimonios divididos en 95 grupos repartidos en todo el país, excepto Chiapas, Tabasco y Oaxaca.

Cubren una cuota anual de 500 pesos (50 dólares) de los cuales 160 se destinan a un fondo de defunción y sus deudos reciben una ayuda económica al morir. Sus cargos directivos se renuevan anualmente.

Diversos personajes de gran relieve en la política y el empresariado en México son miembros de los Caballeros de Colón, aunque su presencia ha ido disminuyendo dado el peso y la dinámica de grupos como el Opus Dei, que tienen una mentalidad más práctica (aunque de mayor control sobre sus miembros), frente a ciertos ritualismos que aún mantienen los Caballeros y que derivan de su afán por repetir fórmulas cercanas a la Masonería.

Alfonso Sierra Lam 33º