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La Luz, los Cinceles grandes y los Mazos débiles


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La Luz, los Cinceles grandes y los Mazos débiles

 

 

 

Por Rodrigo López

¿Qué es lo que el Aprendiz escucha antes de ser llamado Hermano? ¿Qué es eso de lo que tanto hablan los libros y rituales? ¿Que representa eso llamado “la luz”?

La luz, es nuestro más bello y comprensivo símbolo, pues significa la ciencia que enseña las leyes de conservación y perfeccionamiento de la Vida, tanto en el hombre como en la Sociedades, esta es el símbolo de la inteligencia que descubre, inventa, enseña, guía, lucha y triunfa.

Si bien la luz es nuestro más perfecto estado de inteligencia y tolerancia, encontramos hoy, hombres a oscuras, sociedades enteras consumidas en penumbras.

¿Nace el hombre a oscuras? ¿Es la sociedad quien lo oscurece? Preguntas quizás más que trilladas, cuyas respuestas aun no han sido encontradas.

El hombre como piedra bruta, falla hoy al dar sus tres golpes, y entiende que solo es necesario uno: “Pide y te darán”, dejando así de lado la búsqueda para encontrar la verdad, y el llamado para ingresar al templo del conocimiento.

La historia de las piedras de Salomón, demuestra que el crecimiento es posible, que de una roca insulsa e imperfecta que proviene de lo más bajo, puede salir una perfecta piedra digna de ubicarse y formar parte del mas esplendido templo. Quizás, el problema que existe hoy, es que los individuos no desean perfeccionarse, no pretenden mejorar y solo pretenden ser uno más del sistema, cómodo en un rutinario trabajo que en nada ayuda a expresar su verdadera esencia.

En una Sociedad actual donde parece más importante el consumismo y el qué dirán, parece ser que las luces del conocimiento brillan con muy poca intensidad. Es común encontrar jóvenes mas preocupados por conseguir un trabajo que por conseguir un título. Es normal, que la juventud este más preocupada por conseguir un estándar de vida como el publicitado por las revistas, programas y propagandas, que por conseguir el sueño de la familia, del progreso, del conocimiento que tanto deseaban en antaño.

En tiempos anteriores, encontrábamos que la voluntad, fuerza y persistencia eran el motor más grande que tenía el individuo, al cual le resultaba complicado acceder al conocimiento por cuestiones sociales y económicas. Hoy teniendo acceso a miles de fuentes de conocimiento, encontramos que esa fuerza de búsqueda, esa voluntad de aprender no existe. Con cinceles más grandes que los de ayer, los mazos de hoy golpean con mucha menos fuerza.

Es el modelo social y económico de un mundo cambiado, el que insta a las nuevas juventudes a abandonar los ideales y a dejar de luchar por objetivos claros, y en un mundo como el de hoy, dudo si nuestra vida merece ser vivida sin un buen ideal.

El interés en las ciencias se ha perdido por no ser hoy un trabajo rentable económicamente; la política, como herramienta transformadora y de cambio, se ha perdido de la vida de los jóvenes, por culpa de aquellos que han hecho de este arte, un mero negocio; el arte de educar se ha convertido solo en un trabajo mal pago, robándole a los maestros todas las ilusiones de crear jóvenes con mejores futuros.

¿Como cambiar una sociedad desinteresada en el porvenir, como modificar el pensamiento del hombre que desperdicia su vida y juventud en una dosis de droga? ¿Que hacer para brindar un futuro mejor a nuestros hijos?

Parecen hoy preguntas más que importantes, y debe saber el pueblo, que sin hombres preparados no existen sociedades futuras, y que sin hombres libres, no existen sociedades justas.

Reza José Ingenieros en su libro El hombre mediocre: “Los hombres y pueblos en decadencia, viven acordándose de donde vienen. Los hombres geniales y los pueblos fuertes, solo necesitan saber a dónde van” “No hay perfección sin esfuerzo, los mediocres no cosechan rosas por temor a las espinas”.

Solo el trabajo hará de esta sociedad una sociedad más justa. Cuando el hombre sienta lo que cuesta vivir, no quitará vidas con tanta liviandad, cuando el hombre conozca lo que es el sacrificio, valorara más el esfuerzo ajeno.

Como hijos de la luz es nuestro deber socorrer no solo a nuestros hermanos, sino también a cuanto profano lo necesite, y es nuestra tarea ayudar a que los mazos golpeen hoy con más fuerza que nunca, y que los cinceles sean más grandes cada vez, es nuestro deber intervenir en una Sociedad caótica para poder así lograr un mejor futuro para este mundo que durante siglos ha protegido nuestra augusta Organización.

Somos iluminados, irradiemos luz sobre las tinieblas, cada uno, desde lo mínimo, desde lo poco en su hogar, inculcando valores sobre nuestra descendencia, lograremos quitar poco a poco el manto de oscuridad que nos tapa.

No es suficiente poner al hombre en presencia de la Verdad para que le resulte comprensible. La Luz no ilumina el espíritu humano sino cuando nada se opone a su irradiación. Mientras nos ciegan la ilusión y los prejuicios, reina en nosotros la oscuridad, y nos hace insensibles al esplendor de la Verdad.

Con la intención de un mundo mejor, con salud que lo proteja, fuerza que lo sostenga, belleza que lo adorne y luz que lo ilumine.

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Publicado por:

Diario Masónico

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Comments

  1. Washington A Salcedo    

    Querido y respetado hermano Rodrigo López.
    Gracias por este artículo me gustó mucho muy buena inspiración y sabias palabras.Trajo a mi memoria al escritor Sr. José Ingenieros y su libro el hombre mediocre el mismo que lo leí cuando estuve en el colegio ,esto hace ya mucho tiempo.
    Fraternal Saludos y Abrazos para todos ustedes.
    Truly yours Washington .•.

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