El autómata ajedrecista “El Turco” fue una máquina de ajedrez construida en el siglo XVIII que se hizo famosa por su capacidad para jugar al ajedrez contra oponentes humanos.

El Turco fue construida por Wolfgang von Kempelen en 1770 y se exhibió en toda Europa y América del Norte durante más de 80 años. Aunque la máquina era en realidad operada por un ser humano escondido dentro de ella, su capacidad para jugar al ajedrez y derrotar a oponentes humanos fue impresionante para la época.

En 1850, “El Turco” fue destruido en un incendio en Filadelfia. Aunque la máquina había sido desacreditada como un fraude años antes, su destrucción marcó el final de una era en la que las máquinas mecánicas eran vistas como una maravilla tecnológica y una fuente de entretenimiento popular.

¿Cómo funcionaba?

El Turco era una máquina de ajedrez que se creía que era un autómata que jugaba al ajedrez. Fue construido y revelado por Wolfgang von Kempelen en 1769. Tenía la forma de una cabina de madera con un maniquí vestido con túnica y turbante sentado sobre él. La máquina fue exhibida en toda Europa y América del Norte durante más de 80 años.

Aunque la máquina era en realidad operada por un ser humano escondido dentro de ella, su capacidad para jugar al ajedrez y derrotar a oponentes humanos fue impresionante para la época. El ser humano que operaba la máquina podía ver el tablero de ajedrez a través de una serie de espejos y podía mover las piezas utilizando una serie de palancas y engranajes.

Después de que la máquina fuera desacreditada como un fraude, se descubrió que el ser humano que operaba la máquina era en realidad un jugador de ajedrez profesional que había sido entrenado para jugar al ajedrez ciego. Aunque la máquina en sí misma era una farsa, su capacidad para jugar al ajedrez y derrotar a oponentes humanos sigue siendo impresionante.