Benimeli: «Ninguna dictadura, ni de izquierdas ni de derechas, admite a los masones»
El mundo celebra este año el Tricentenario de la primera Gran Logia del mundo. Pero, ¿porqué nació la Masonería Moderna en 1717?
Según explicó el historiador José Antonio Ferrer Benimeli, uno de los mayores conocedores de la historia de la Masonería, cuatro de las 20 logias de constructores que había entonces Londres fundaron la primera Gran Logia del mundo para afrontar la falta de iniciativa del entonces anciano Sir Christopher Wren, el arquitecto de la Catedral de San Pablo que había coordinado los trabajos de reconstrucción tras el Gran Incendio de Londres.
Sin embargo, en plena decadencia del mundo de los gremios, tras la elección de su primer gran maestro, abandonaron definitivamente el arte de la construcción y la Masonería adquirió sus actuales esencias.
«A partir de ese periodo, la masonería se transformó en una institución con un fin ético susceptible de propagarse por todos los pueblos civilizados«.
Esto explicó Benimeli durante su participación en Masonería 3.3, un evento organizado por la Gran Logia Provincial de Canarias de la Gran Logia de España junto a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas que pretende conmemorar durante tres meses los tres siglos de historia de la Masonería a través de las charlas de ocho expertos y masones en el Palacete Rodríguez Quegles.
El espacio gremial que había acogido a los constructores de catedrales sirvió de «lugar de encuentro de hombres de cierta cultura, con inquietudes intelectuales, interesados por el humanismo como fraternidad por encima de las separaciones y oposiciones sectarias que tanto sufrimientos y muertes habían ocasionado en la Europa de la Reforma por una parte y de la Contrarreforma por otro. Les animaba un deseo de encontrarse en una atmósfera de tolerancia y fraternidad«.
Para Benimeli, la Masonería del siglo XVIII «amplió el concepto de sociabilidad frente a otros intentos más locales, como las sociedades literarias o los círculos; su búsqueda de paz, tolerancia y fraternidad va a adoptar una dimensión más universal, más cosmopolita«.
Frente a la «sociabilidad gremial, corporativa, la Masonería quería construir una nueva sociedad basada en la tolerancia política, religiosa y social; buscaban una igualdad fraternal por encima de las diferencias sectarias o estamentales; querían constituir una reunión de hombres creyentes por encima de las divisiones políticas y religiosas del momento, conocerse y trabajar juntos a pesar de tener opiniones diferentes«.
Benimeli recordó que «en ninguna dictadura, ni de izquierdas ni de derechas, se admite a los masones. En la III Internacional Lenin y Trosky declararon la incompatibilidad entre ser masón y miembro del Partido Comunista y luego los imitaron Musolini, Hitler, Petain, Salazar, Franco… de la misma forma que hoy están rigurosamente prohibidos en todos los países islámicos»
«La Masonería es tolerancia y respeto ante la libertad de pensar y creer de los demás, una asociación donde tienen cabida todos los creyentes. Esto lo comprendieron muy bien Juan XXIII y Pablo VI que recibieron al entonces primado de la Iglesia Anglicana, que era masón, o al Patriarca Atenágoras, que también lo era».
Fuente: El Oriente
jotenegro
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