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La Virtud


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Virtud es aquel poder interior que permite al hombre tomar y llevar a término las decisiones correctas en las situaciones más adversas para cambiarlas a su favor; el virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un objetivo común. El virtuoso es el que “sabe remar contra corriente”. Es el alma y el espíritu el ser o el no ser de cada persona usando su corazón como el supremo mediador.

Una virtud es una cualidad positiva de un ser, persona o cosa, exponiendo mediante calificativos las ventajas de dicho ente. Es, también, una de las herramientas más importantes para el éxito. Platón plantea que el ser humano dispone de tres poderosas herramientas: Intelecto, Voluntad y Emoción

Para cada una de estas existe una virtud:

Sabiduría, para identificar las acciones correctas, saber cuándo realizarlas y cómo realizarlas. Valor, para tomar estas acciones a pesar de las amenazas, y defender los ideales propios. Autocontrol, para interactuar con los demás seres y ante las situaciones más adversas cuando estamos realizando lo que debemos hacer para lograr nuestros propios fines.

Y a estas tres añade una más: Justicia, para respetar las ideas de los demás sin abandonar las nuestras; para compartir los frutos de nuestras acciones y ayudar a los otros a realizar las suyas.

Sócrates nos dice que la virtud nos permitirá tomar las mejores acciones y con ella podremos distinguir entre el vicio, el mal y el bien  y que la virtud se puede alcanzar por medio de la educación fundamentada en nuestra moral y en nuestra vida cotidiana.

Los estoicos (movimiento filosófico fundado por Zenón de Citio) sostenían que la virtud consistía en actuar siempre de acuerdo con la naturaleza que, para el caso del ser humano, concebido como ser racional, se identifica con actuar siempre de acuerdo con la razón, evitando en todo momento dejarse llevar por los afectos o pasiones, esto es, todo lo irracional que hay en nosotros, que no puede controlarse y por tanto debe evitarse. Los estoicos consideraban que la virtud, como facultad activa, era el bien supremo.

LAS VIRTUDES CARDINALES  

Las virtudes Cardinales clásicas reconocidas por el cristianismo son cuatro y representa  lo que pudiéramos distinguir, por medio de los sentimientos nacidos del Corazón, para poder observar una Conducta Real, Positiva y Consciente en el hombre de Espíritu Noble, para el fin de que pueda hacer uso libre de sus pensamientos, para que inicie sus acto en forma razonable, y para que ejecute sus obras con resultados imperecederos pero sin olvidar que sus actividades deben llevar como norma la estricta sujeción a los dictados que le demandan la PRUDENCIA, la JUSTICIA, la FORTALEZA y la TEMPLANZA,

TEMPLANZA 

Templanza, para la doctrina cristiana, es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados y compartidos. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar ‘para seguir la pasión de su corazón’,  La templanza es a menudo alabada en el Antiguo Testamento: ‘No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena’ (Si 18, 30). En el Nuevo Testamento es llamada ‘moderación’ o ‘sobriedad’, Es la lucha racional, contra la lucha pasional de los placeres humanos no espirituales. Pero la palabra implica una balanza positiva, tener templanza es ser equilibrado.

PRUDENCIA

La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, definida por los Escolásticos como la “recta ratio agibilium, para diferenciarla del arte recta ratio factibilium. De comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado. Actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas.

FORTALEZA

En la doctrina cristiana, fortaleza es una de las virtudes cardinales que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad. La fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el eventual sacrificio de la propia vida por una causa justa.

JUSTICIA 

La justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca de la equidad y de la búsqueda del bien común. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.

LA VIRTUD TEOLOGAL

La VIRTUD TEOLOGAL, tomando en cuenta el origen de su lengua , que es Griega, en su voz “THEOS”, que significa Dios, indica que fue inventada e impuesta, a nombre del Ser Supremo, a quien se atribuyen las palabras de “FE”, “ESPERANZA” Y “CARIDAD”, como otras tantas VIRTUDES o cualidades propias de la Religión Cristiana, mismas que deben practicar con devoción todos sus adeptos, en forma consciente y fuera de toda hipocresía, sin embargo, sus preceptos están considerados Filosóficamente, como una de las Tres más bellas VIRTUDES, tomando en consideración que; quienes guían sus actos con toda FE, los que abrigan una esperanza con todo fervor, y los que con nobleza y altruismo, practican la CARIDAD; desde luego que se hacen merecedores a toda clase de consideraciones, de distinciones y de honores, captándose el aprecio y el agradecimiento de la Sociedad.

LA VIRTUD SOBRENATURAL

El término SOBRENATURAL, nos da la idea de una corriente  en contra de los Fenómenos o de las Obras de la pro¬pia Naturaleza, es lo que constituye, en todos sentidos un definido y elocuente SACRIFICIO Moral y Material, para el hombre, tomando en cuenta que el esfuerzo que se desarrolla, corresponde a un acto sumamente DIFÍCIL de llevar a la práctica, en forma completamente desinteresada, y con la sola convicción de SERVIR a nuestros semejantes, ya que esas acciones se ejecutan en forma completamente INCONDICIONAL y con absoluta ABNEGACIÓN; o en otras palabras, esta VIRTUD también consiste en hacer precisamente un Supremo ESFUERZO para adquirir el acopio de VOLUNTAD, que a su vez nos proporcione la suficiente POTENCIA, para renunciar a todos nuestros intereses particulares, y poder afrontar cualquiera situación, con TEMERIDAD, con OSADÍA o con HEROÍSMO, tratando de sobreponerse a las imponentes FUERZAS o FENÓMENOS propios de la Naturaleza.

Los rituales

Entonces;  dentro de los preceptos morales que encontramos en los Rituales Masónicos se debe considerar a La Virtud  como una prenda simbólica de suma PERFECCIÓN,  pues precisamente es una  de las cualidades que se requieren, para que sea admitido a iniciación el candidato, y que además, existan los antecedentes de que sea LIBRE PENSADOR, que tenga VOLUNTAD PROPIA, así como que sepa demostrar una DISCRECIÓN ABSOLUTA, estos tres preceptos de la Ética Masónica, constituyen las principales condiciones que nuestra Institución requiere para franquear sus puertas a los Profanos que deseen participar de las enseñanzas impartidas por el gran número de Hombres INDEPENDIENTES que forman la Logia, en consecuencia el iniciado, desde el momento en que se le proclama entre Columnas, aprende a ahondar pozos sin fondo a sus bajas pasiones, y a construir poderosos y fuertes Templos dedicados a la VIRTUD.

También debemos tomar muy en cuenta, que el Masón que no acepta a las VIRTUDES como una norma de su conducta, que no propaga sus tendencias Morales, y que no hace de ellas el único y firme apoyo de su vida ÍNTIMA, PRIVADA Y SOCIAL, y que además, guiado por ese hecho, se separa de su estricta y rígida observancia, desde ese momento demuestra que ABANDONA SU MISION y deja de cumplir con los Sagrados Principios que JURÓ PROPAGAR ante el ARA.

Los preceptos morales

Sin embargo, esa es la razón por la que existen Espíritus de hombres con inteligencias VULGARES y por lo mismo, no les es dado COMPRENDER la importancia que contiene el estudio de los preceptos Morales puesto que, al observar esa actitud, se apartan de la Senda Positiva que los conduce hacia la verdadera VIRTUD Y A SER HOMBRES TRASCENDENTALES, dentro de la sociedad masónica y más aún en la sociedad profana, ya que la VIRTUD, en todas sus acepciones, es lo que constituye a la SALUD, a la FUERZA y a la BELLEZA del Alma.

Para terminar, sólo nos resta establecer que éstos son los CONCEPTOS que la Filosofía Masónica define acerca de las VIRTUDES HUMANAS, cuya práctica, como ya se dijo antes, es muy DIFICIL de llevar adelante si no se poseen las DOTES de Moralidad, de las Buenas Costumbres y de una EDUCACIÓN ESMERADA.

Es mi pa:. V:. M:.

Mario C :.
A:.M:.

Fuente: yomason.com

Publicado por:

Diario Masónico

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