Siempre he pregonado por mi singularidad lo que alguna vez dijo Fernando Savater: “No soy ni de los unos ni mucho menos de los otros”, pero esta vez no he podido ser indiferente al clamor y fervor del pueblo boliviano al cual me he sumado en estos días de zozobra entre lo soso y lo atroz que estamos viviendo en este ocaso eterno que obnubila cualquier mente, sin la esperanza de un amanecer…
Sólo me queda apelar a la conciencia individual de quien lea mi lacónico y conciso relato cronológico, que sería maravilloso fuera un relato de la literatura fantástica, pero que infortunadamente es una realidad.
El pasado 20 de octubre de 2019 se realizaron las elecciones nacionales en Bolivia en medio de un sinnúmero de dudas, que como premonición se vaticinaba la convulsión.
Según el artículo 168 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, un presidente en Bolivia puede ser reelecto por una sola vez de manera continua, pero Evo Morales, logró una autorización del Tribunal Constitucional para su re-postulación en 2014, y consiguió ya en medio de dudas su tercer mandato.
El 21 de febrero de 2016, el presidente intentó conseguir la habilitación para un cuarto mandato mediante un referéndum para modificar la Constitución, pero obtuvo un rechazo del 51,30% de la población boliviana.
A pesar de ello, el Tribunal Constitucional Plurinacional boliviano, dictaminó en noviembre de 2017 que el límite de dos periodos (Morales lleva tres, repito) para el mandato presidencial constituía una “violación a los derechos humanos”.
Origen de los disturbios
Realizados los escrutinios y teniendo como resultados en boca de urna una segunda vuelta inminente comparado con el sistema TREP (Transmisión rápida de resultados electorales), que el mismo Tribunal había dotado para no generar dudas, al 83% del cómputo oficial como por arte de magia desapareció de la red y luego de 23 horas, aunque parezca inverosímil se reactivó dándole la ventaja suficiente a Evo Morales para ganar en primera vuelta.
Cientos de irregularidades y denuncias con pruebas por parte ingenieros especializados, como es el caso del Ing. Villegas como un solo ejemplo, hicieron determinar al Comité Cívico Pro Santa Cruz y los demás Comités el día martes 22 del presente un paro cívico indefinido con protestas pacíficas a las cuales se han adherido el resto del país entero.
Dos fallecidos
Teniendo como respuesta por parte del Presidente del Estado Plurinacional de Boliviano la arenga hacia sus militantes del partido de cercar las ciudades y dejar sin alimentos a la población en general, “Para saber hasta dónde aguantan” y atacando también de manera violenta las manifestaciones pacíficas que aciagamente han cobrado los dos primeros decesos el día de hoy para el infortunio de la familia boliviana y ante la mirada pasiva de la policía, que está bifurcada entre la obsecuencia al gobierno y el pueblo.
El gobierno ahora ha propuesto, y es más, comenzará una auditoría por parte de la OEA, la cual no ha sido aceptada ni por los cívicos ni por la oposición, aludiendo que, no existe ningún tipo de garantías sobre la imparcialidad de la misma, con el antecedente que se tiene con lo acaecido antes en una auditoría en Venezuela.
¿Jesús o Barrabás?
No se trata de parcializarse con nadie, tampoco se trata de estrabismo ni de discursos alienantes, peor aún de exhibicionismos rimbombantes cuando se quiere reflejar la realidad a través de este manifiesto personal, que lo único que busca, es hacer escuchar la voz y el sentimiento de un pueblo boliviano que a pesar de su diversidad de razas, está más unido que nunca en un solo clamor: recuperar la democracia…
Nos hemos liberado del hábito para vivir en la incertidumbre, en un conflicto sin fecha de caducidad donde prima la tozudez de la tiranía…
Por: Eduardo Eid Rodríguez
Gran Maestro del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Valle de Santa Cruz – Or. de Bolivia
31 de octubre de 2019
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